Editorial Alaire

La puerta está abierta
y como un ojo grande y cansado
descubre la luz, se cierra.

Ya no hay tardes como aquellas
ni escribo como entonces,
en libretas con anillas.

El papel ahora es un niño,
la luz naranja lo adormece
y un recuerdo se repite:

Mi madre
toda amarilla y de espaldas.

-Duérmete hija,
sólo será media hora.

Tu voz tiene algo muy especial Carmen. tus palabras resultan tiernamente conocidas, cargadas de miles y miles de recuerdos, que el corazón entiende.


y un recuerdo se repite:

Mi madre
toda amarilla y de espaldas.

un placer leerte. Mi abrazo y mi admiración siempre.

Hola Carmen

¡Ah, la siesta! Ahora que ando medio jubilado he vuelto a descubrir ese placer, amiga mía.
Me encantó tu poema, tiene reminescencias de la niñez.
Un abrazo.
Mario.

.



Un placer siempre disfrutar de tu poesia tan especial, querida Carmen. Enhorabuena, poeta!

Besos - Iben



.

Ahora somos nosotros quienes miramos a nuestros hijos mientras duermen.

Para siestas, las de antes, de pijama y orinal.

Hay ternura en tu siesta.

Un abrazo

Marcos

Precioso, Carmen, el poema tiene toda la ternura del momento.Me gustó
Un abrazo
Pilar

Ternura que envuelve esa siesta querida Carmen.

Mi abrazo afectuoso dejo aquí.

Maricruz

Me sumo a los que celebran este poema
que rescata los hondos y tiernos matices
de tus recuerdos. Tu estilo le brinda una
magia especial al cuadro.

Un abrazo, apreciada amiga.
Óscar

Carmen Alegre escribió:La puerta está abierta
y como un ojo grande y cansado
descubre la luz, se cierra.

Ya no hay tardes como aquellas
ni escribo como entonces,
en libretas con anillas.

El papel ahora es un niño,
la luz naranja lo adormece
y un recuerdo se repite:

Mi madre
toda amarilla y de espaldas.

-Duérmete hija,
sólo será media hora.

Carmen ... me llevaste tan lejos en el tiempo ... Y me emocioné, me emocioné mucho recordando las tardes de la infancia.

"y un recuerdo se repite:

Mi madre
toda amarilla y de espaldas."

¡Qué belleza!

Besos.