Mirando geranios en ventanas que no habían (Blanca Sandino)
Publicado: Jue, 23 Jul 2009 19:10
No sé si es su mejor poema, seguro que no, pero sí el que a mi más me gusta. Egoístamente lo traígo para, sobre todo, mi disfrute.... porque usa símbolos que amo: la Fontana, Desayunos con Diamantes, los sueños que se nos fueron y los que nadie nos puede robar... Es precioso este poema...
MIRANDO GERANIOS EN VENTANAS QUE NO HABÍAN
mirando geranios en ventanas que no habían»
Mario Marqués
Se sorprende el furtivo al escuchar: mientes.
Quizá porque se lo dice la chica que cruzó hacia la lluvia
(naufragio era su voz, y te llamaba),
cuando la noche olía a derrota,
retornaban de nuevo las cigüeñas
y los aleros se cubrían de nieve blanca y gris;
la que recuerda que no había lanzado
-todavía- una moneda a la Fontana di Trevi
y no le dolía el dolor,
ni el amor
ni las rodillas de rezar en Saint Sulpice,
ni en remolinos sobre cualquier espejo
imaginaba un desayuno con diamantes,
porque aún buscaba geranios en ventanas que no habían,
y no quería, como quiere hoy,
volver a aquello que vale poco o nada: volver
(¡qué difícil oficio el de ser luz!).
Volver. Con la tarde deshecha a la espalda
y los cabellos teñidos de vientos azul Sena,
a su niñez de azúcar y de nueces.
Blanca Sandino.
MIRANDO GERANIOS EN VENTANAS QUE NO HABÍAN
mirando geranios en ventanas que no habían»
Mario Marqués
Se sorprende el furtivo al escuchar: mientes.
Quizá porque se lo dice la chica que cruzó hacia la lluvia
(naufragio era su voz, y te llamaba),
cuando la noche olía a derrota,
retornaban de nuevo las cigüeñas
y los aleros se cubrían de nieve blanca y gris;
la que recuerda que no había lanzado
-todavía- una moneda a la Fontana di Trevi
y no le dolía el dolor,
ni el amor
ni las rodillas de rezar en Saint Sulpice,
ni en remolinos sobre cualquier espejo
imaginaba un desayuno con diamantes,
porque aún buscaba geranios en ventanas que no habían,
y no quería, como quiere hoy,
volver a aquello que vale poco o nada: volver
(¡qué difícil oficio el de ser luz!).
Volver. Con la tarde deshecha a la espalda
y los cabellos teñidos de vientos azul Sena,
a su niñez de azúcar y de nueces.
Blanca Sandino.