El poema, rasgándose
Publicado: Mié, 22 Jul 2009 1:55
Parece que te entrometes bajo mis dedos
cuando por el frío que corre
me embargo a rasgar el papel con una u otra herida pendiente;
tus fogosos, púrpuras contornos tiñen el por-venir…
Me dejo escurrir, guiño la tarde de hojalata
despabilando el cadáver gris en papel periódico;
pero me deslizo, tú aprietas el cigarrillo
y se soma entre el humo una mano,
entre la penumbra abrazamos un dolor,
es más fácil, y escribo tu espalda, rascando.
Hondo aire, última botella bebida
y un arrabal suelto a la madrugada, lo recuerdo,
pero es mejor si estás,
contándonos la esperanza con labios escarlatas (rojos),
sed obcecada como una espera a ciegas,
porque es oscuro, así nos llega el desvelo.
Pero si estás me escondo salpicándome en ti
y lo mojamos todo.
Naufragio
hasta perder la palabra:
tinta ahogada.
La puerta no se ha abierto,
vienes a envenenarme y corre el frío
y hay un hondo ruido que rasguña trémolo la noche,
las paredes, el papel. Tiemblo.
cuando por el frío que corre
me embargo a rasgar el papel con una u otra herida pendiente;
tus fogosos, púrpuras contornos tiñen el por-venir…
Me dejo escurrir, guiño la tarde de hojalata
despabilando el cadáver gris en papel periódico;
pero me deslizo, tú aprietas el cigarrillo
y se soma entre el humo una mano,
entre la penumbra abrazamos un dolor,
es más fácil, y escribo tu espalda, rascando.
Hondo aire, última botella bebida
y un arrabal suelto a la madrugada, lo recuerdo,
pero es mejor si estás,
contándonos la esperanza con labios escarlatas (rojos),
sed obcecada como una espera a ciegas,
porque es oscuro, así nos llega el desvelo.
Pero si estás me escondo salpicándome en ti
y lo mojamos todo.
Naufragio
hasta perder la palabra:
tinta ahogada.
La puerta no se ha abierto,
vienes a envenenarme y corre el frío
y hay un hondo ruido que rasguña trémolo la noche,
las paredes, el papel. Tiemblo.