Foro de relato corto, EL AMOR EN RETA.

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

Moderador: Hallie Hernández Alfaro

Alicia Acuña
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Foro de relato corto, EL AMOR EN RETA.

Mensaje sin leer por Alicia Acuña »

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Desde hace algunos años paso mis vacaciones en Reta, un pueblo de pescadores al sur de la provincia de Buenos Aires. Allí, en mi pequeño paraíso - como yo lo llamo - encontré el silencio y la paz ideal para escribir. Esta es la historia de uno de sus pobladores y comienza una mañana de otoño. Cuando todavía los rayos del sol entibian la arena y la piel de los últimos veraneantes que pasean a la orilla del mar, encontré a un viejo marino sentado en una roca. Tenía la piel curtida por la sal, los ojos acostumbrados a ver más allá de las olas, descubrir nuevas tierras o una nueva isla.Él oteaba el horizonte, como esperando ver llegar una nave, un barco ó simplemente alguien que lo viniera a buscar. Parecía tener puestas en las aguas del lugar sus ilusiones, sus sueños y recuerdos, pero también su pesar. Me acerqué para preguntarle si podía acompañarlo en silencio a compartir su soledad, el hombre sonrió y me dijo: - Siéntese aquí, a mi lado, voy a contarle una historia-.-
“-Vea, hay días como éste en que no se puede diferenciar con precisión la separación entre el cielo y el mar. Es como si ambos se unieran dando al mundo la unidad que nosotros imaginamos. Sentado en esta roca aún puedo sentir, en mi cuerpo, como los flancos de la nave vibran al romper la calma del mar. Veo como en sueños la blanca espuma, transformada en estela, que corre como despidiendo el paso de aquel que turbó su quietud”.-Estaba fascinada, como un niño, por sus palabras y esperando que continúe con el relato.-”Viera usted a los delfines jugando a acompañarnos; a las ballenas danzando al son de sus surtidores, como estatuas vivientes en medio del mar talladas”.-En su voz hay nostalgia; dolor, no me atrevo a preguntar nada para no romper el mágico momento. Y él, como en un cuento, se pone a cantar bajito una canción de piratas contando del amor que los marineros tienen en cada puerto. Que sería el motor que los impulsa a seguir cruzando los mares; a enfrentar las batallas, garbosos y sonrientes, a borrar la tristeza en los días de tormenta que los obliga a permanecer encerrados en sus camarotes, a solas con sus recuerdos. Pasa una gaviota y con su chillido nos saca del ensueño del momento, miro su rostro, dos lágrimas como perlas brillan al sol. Me es difícil contener una caricia; un abrazo, siento que está sufriendo, en su boca se dibuja una sonrisa y al mirar sus ojos azules, puedo ver el reflejo del amor grabado en el fondo de sus recuerdos. Y me dice - “¿Sabe usted?, en esta misma roca ella me esperaba cada atardecer, tejiendo con sus pequeñas manos puntillas blancas como la espuma del mar.
-El viento alborotaba sus ensortijados cabellos dorados y llevaba hasta mis oídos el susurro de sus canciones, que al penetrar en mi corazón lo calmaban y alegraban, haciendo que ansíe el regreso. Ni el sol que dañaba su delicada piel, ni el impetuoso viento que, en raudos remolinos al levantar la arena, atrevido la azotaba, podían impedir la espera de mi amada. Desde la planchada del barco, al llegar, yo podía divisar su figura, orlada en rojos y naranjas, como pintada por el sol que caía hacia el ocaso. El arduo trabajo de la pesca mar adentro, recoger las redes en el momento preciso, faenar las presas para embalar, poco a poco van desgastando el cuerpo, de tal manera que desear el regreso y el merecido descanso a veces se convierte en un sueño. El recuerdo del amor, del tibio calor del hogar, los besos y caricias sanando las heridas provocadas por algún pez en su huída, borran con un suspiro los días y las noches pasados en el frío o en medio de una tempestad-”. -Llegado este punto del relato, mis ojos comenzaron a recorrer la playa, buscándola, quizás tomaba sol en la arena, o jugaba con las olas en la orilla del mar. Más allá está la laguna de los pájaros, podría haber ido a ver volver a las bandadas buscando sus nidos, o caminar hasta la bahía de los enamorados a pasear en silencio, recordando momentos del pasado. El marino extiende sus manos y toma las mías, me mira y sonríe. Me dice: - “Un día, al volver, no la vi sentada en la roca esperando el regreso de los barcos; mi corazón comenzó a latir enloquecido; mis ojos - como los suyos - también la buscaron en la playa. Salté a la arena; corrí hasta la casa, al no encontrarla comprendí que la brisa se había llevado el calor de mi amada. Abrí las ventanas y grité al viento, -¡¿Por qué no me avisaste?
! Yo también me hubiera muerto!, ni siquiera me contestó. Entonces me encerré en la soledad de nuestro cuarto, a llorar el dolor de nuestro amor perdido”.-Se quedó un instante en silencio y siguió contando: “Después, el correr de los días, el pasar de los años, van suavizando las heridas. El habernos amado tanto dejó en mi corazón una tibieza que me acompaña para seguir viviendo, aunque sólo sea por el recuerdo de todo lo dulcemente compartido. Ahora ya no salgo al mar y todos los días vengo a la playa. Me siento en la roca y espero que venga a buscarme, porque muy dentro de mi corazón sé que nuestro amor perdura más allá de la muerte-. Va cayendo la tarde sobre Reta, sin darme cuenta, los paseantes se han ido, me despido del viejo marino y prometo visitarlo otra vez, él me mira y sonríe. Regreso a mi cabaña en medio de los médanos, enciendo la chimenea, me preparo un café, tengo un poco de frío. Quiero contarles la historia antes de olvidar algún detalle, preparo la máquina de escribir .Recuerdo que al principio sentí tristeza; ahora, invade mi corazón el profundo deseo, ó podría decir un sueño, de encontrar algún día el amor y vivirlo tan plenamente como el marino y su amada. Aquí... en Reta, en “mi pequeño paraíso”.

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Alejandra Goerne
Mensajes: 1735
Registrado: Dom, 27 Ene 2008 1:02
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Alicia: No sé si tu escribiste el poema o fue Soledad Rey o son la misma? :? Pero aún así, quiero comentar que es un relato muy bien narrado. Y bueno, las historias de mar y marineros y de adioses y de esperas, siempres son lindas. Saludos para ti. :wink:
Alicia Acuña
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Mensaje sin leer por Alicia Acuña »

:P :P Muchas gracias Alejandra por tus palabras...y sí yo soy Soledad Rey, yo buscaba un seudónimo y un amigo me puso éste. Pasa que cuando comencé a escribir lo hacía sólo para apartar la soledad qué había en mi corazón...Un gran abrazo cordial para tí. :P
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