Editorial Alaire

Otro sábado derruido
duermo descalza, buscando los cordones flojos de mis brazos
apoyo amargamente la frente entre la piel aglutinada
hoyos acuosos, como negras bocas vienen a prestarme cobijo.
yo mantengo una pausa inquieta, no miro, por que mirar haría de mí
una cansada copa que yace entre los pedazos… vaciada por la tierra…
y ya es domingo…
ésta monstruosidad de periférica telefonía…
no hay tiempo, no hay abrazos ya
queda clavada mí cabeza entre la pantalla y el teclado…
voy a perderte y siempre sucederá así
siente como tiembla mi voz, susurros obcecados,
como ecos entre las rocas del a-m-o-r.
4 sílabas dilatantes...
Y te cuento entre tanta masturbación de letras
Que comprendo que no hay prórrogas, no hay póstumos
Platea hincada entre máscaras y arremolinados bufones que se derriten entre el polvo
Una súbita fulguración de madera crujiendo en el silencio
Se me apretujan las piernas, descuelgan prístina
Inmanencia de mofletes, homeóstasis de siluetas convulsas
Que llenan las noches, ésta casa sin nombre:
la neurótica vigilia antes de concebir la ruptura.

Bonitos versos teñidos de agradable felicidad, un gusto cualquier ruptura.

Saludos

Un buen poema, Eliane. Las imágenes son angustiantes y desesperadas, se respira un aire de dolor inevitable. Hay belleza y fuerza en el transcurrir de los versos.

Bienvenida seas y esperamos más de tus aportes.

Hallie

Como me alegra tenerte por aquí, mi querida compañera de versos. Abrazos.

El dolor se respira en estos hermosos versos.
Un placer compartir contigo
Un abrazo
Pilar