La Sed (segunda parte)
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Esteban Granado
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La Sed (segunda parte)
Y necesita un arma.
No soporta la idea
de llamarse profeta desarmado.
Ha de vivir con ella,
ha de ser otro hombre con pistola,
otro muerto con ganas de matar.
(Apuntaremos a la sien del mundo;
una vez, dos, tres veces
apretaremos el gatillo y dejaremos que la sabia
naturaleza actúe conforme a sus preceptos.
Seremos asesinos,
iguales en el hierro, en la sed de venganza,
o seremos patriotas,
llevaremos banderas en la piel.)
Así, cuando le miren,
sabrá que reconocen su postura
y reconocerán su acento peligroso
cuando les hable de la fría noche
en su pequeña lengua de babel.
(Seremos religiosos,
elevaremos torres infinitas
en homenaje a nuestra fortaleza.)
...
Desesperado es la palabra, el mantra,
y lo repite y lo refrenda y casi
lo inocula en un plato de lentejas,
y casi lo eyacula
entre los muslos fláccidos de una mujer adulta.
Y todo porque él, en su ignorancia,
en su interior -abarrotado ahora
de fantasmas civiles-,
en el grotesco precipicio de su miseria incontrolada,
guarda un vestigio de sinceridad,
esconde un átomo sobresaliente
de glorioso veneno
que deforma su espíritu.
Tras esa inclinación,
flaquea su osadía:
siquiera balbucea una plegaria,
mucho menos un verso
que insinúe el color de la verdad.
Y todo porque él
es, de principio a fin, una mentira.
¡Oh, la gran travesura!,
la piedra en el zapato de charol.
...
Mientras otros crecían insultantes,
él asistía a clases de violencia,
inolvidables clases de jerarquía y llanto,
cursos acelerados de impudicia,
como ríos valientes
ajusticiados por el mar en calma,
seminarios de miedo y perdición.
La piedra en el zapato de los días de fiesta,
sometidos al mismo
simulacro de incendio,
a la misma presión, tan destructiva,
de los lunes, los martes y los miércoles
sujetos al estudio del sistema nervioso,
jornadas extenuantes
que se desarrollaban sin orden ni concierto
fabricándole un mundo
de ansiedades y anhelos infrecuentes.
¡Qué gruesa diferencia
latía en su infantil premonición!
El distintivo rojo que autoriza distancias
y más tarde dispensa sacrificios,
la culpabilidad transustanciada,
el estigma fluvial
en el pavor que inspiran los océanos
al mineral afluente desnutrido.
La vida bajo el yugo del amor imposible.
A veces, protegiendo sus órganos vitales,
esquivando caricias dolorosas.
De pronto, contagiado del ánimo sereno
de las sombras abiertas,
forjándose un destino soportable,
ahí, contra las tablas,
igual que un pobre toro moribundo,
llenos los ojos de belleza y tránsito.
...
La belleza era una porque sí.
Ya no había belleza en ningún lado,
ni en la glauca extensión de los bosques discretos,
ni en las ligeras piedras de las torres,
ni acaso en la fragancia del jardín imprudente.
Sólo ella era hermosa por completo.
Sólo en ella cobraba algún sentido
la idea de la plena certidumbre.
Una sola mujer en el planeta,
en la galaxia entera,
en el vasto universo escurridizo,
con sus piernas de amor, su mirada lejana
y esa piel erizada de vacío,
esa luz germinal e inaccesible.
Una mujer con una sola voz,
el planeta con una sola voz,
la galaxia con una voz vibrante...
¡Qué anuncia el universo
sino la destrucción de la belleza?,
¿qué, sino el nacimiento de una nueva pasión?
...
Despiadado, se indulta de continuo
-gobernador de toda su amargura-,
perdona sus pecados,
en especial los más escandalosos,
y purga, sin embargo, la única virtud
que atenúa su esencia depravada,
la esperanza secreta del amor,
la casita encantada del amor,
donde nadie despierta
y ejecutan los elfos sus danzas olvidadas.
Ha de surtir al mundo de su estética
-las obscenas visiones que perturban
el dominio del ángel,
el teatro desnudo de artificio-,
para desalojar al demonio del arte
de su costoso palco
con vistas a los negros corazones,
para obligar al genio a desmentir su origen
y a rechazar de plano la divina patria
que le atribuyen los esclarecidos,
¡ah, los pequeños sabios!,
inmunes al contacto de la noche.
Una estética burda,
que mire de reojo,
fundada en el temor a su propio reflejo.
Una moral incursa en el delito,
torpe como los dedos de un anciano.
...
Qué torpes para el beso los labios de un anciano,
labios conmovedores
de movimiento injusto:
recuerda la energía de su padre,
la fuerza en blanco y negro de sus manos enormes
que apretaban montañas,
el premioso declive de su concentración.
Está en la encrucijada,
en una rebanada espaciotemporal
que vira como un buque
de guerra sobre el ríspido oleaje
de sinceros pronósticos y conmemoraciones,
sin timonel risueño,
expuesto a la equidad elemental del clima
que lo mismo reparte el maná que las piedras,
el céfiro que el norte huracanado.
El bourbon contradice su reciente propósito de enmienda
con industrial implante,
se ve minimizado su anhelo de justicia
y forcejea con las apariencias.
Vislumbra y cree en alguien
más bello que la Luna,
pero ve las verrugas y ve los moratones
y las venas añiles dilatando los muslos
y ya no se enamora,
sino que aguarda cauteloso a la siguiente epifanía.
Menuchin redivivo,
era un tísico impacto de criatura...
y recuerda las manos de su madre
rompiendo en él, tempestuosas, dos tempestades azotando,
rizando el rizo, destruyendo puentes,
forjando espuelas en la boca fresca,
égidas en el llanto indiscutible.
Fuera, la luz remata su espléndida labor;
el gato blanco asilvestrado del parque riela en lontananza
y los autos sestean sus motores;
las cosas son, en general, menos de lo que eran cuando
el día aquilataba su argentina opulencia
y desgranaba raptos de bravura
sobre sus metafísicos contornos.
De pronto, algo le zumba y le confunde
(el dedo en el gatillo es proverbial
en el buen policía,
el suyo roza la palanca breve
-fricción que diviniza-,
galante con tal dalle en miniatura,
y el hombre cede paso al coloso troyano,
amurallado en su talón de Aquiles,
ebrio de impunidad aguardentosa).
Unfarotierraadentrounmercancías
unpuertounaeropuertounmatadero,
o un sueño de hojalata
que brinda una visión abrupta del destino.
A la vez, con el trueno y la sabática
zambra del campanario,
el aullido mistral de la alarma antirrobo
y el berrinche de un niño pendenciero.
¡Gansa totalidad!
El hecho supersónico,
sucede en un abrir y cerrar de ojos,
novedosa agresión.
Entonces, abre puertas y ventanas
para que el hipnotismo ciudadano
acceda a su morada indecorosa
y le saque del coma de la iluminación.
Le pican los mosquitos
y se rasca la cara
con el grosero afán de un perro flaco;
le amanece una voz televisiva
por los orientes de la heráldica placa del asesino a sueldo,
seguida de otras muchas que conminan y ofenden:
se acuerda del amor -verdadero demiurgo-
y es como si el amor le recordase
toda una vida afuera, inmaculada
de aureolas y nimbos y medallas al mérito inconsciente,
una clásica vida familiar
con su lazo de amor interactivo,
su villanía esférica, su lastre.
...
(Tampoco le han cogido de la mano)
FIN
- Diego Javier Oruña
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cuando les hable de la fría noche
en su pequeña lengua de babel."
Me maravilla esta línea final de la estrofa. Se me ha quedado dentro como un dolor necesario.
"Y todo porque él
es, de principio a fin, una mentira.
¡Oh, la gran travesura!,
la piedra en el zapato de charol."
Estas imágenes lo absorben todo sin miramientos...(aplausos y un sorbo de Malbec simbólico)
"se acuerda del amor -verdadero demiurgo-
y es como si el amor le recordase
toda una vida afuera, inmaculada
de aureolas y nimbos y medallas al mérito inconsciente,
una clásica vida familiar
con su lazo de amor interactivo,
su villanía esférica, su lastre. "
Grandioso este cierre que deja una mancha de pena en la vista, un latigazo inclemente en la historia de los hombres.
Esteban, de nuevo te agradezco haberme provocado esta suerte de trance lírico vicario. Ovación.
Enhorabuena!!
Besos.
Hallie
- Tristany Joan Gaspar
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- Esteban Granado
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Un abrazo,
Esteban
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Querida Hallie:
Gracias por tu apoyo incondicional a mis pobres intentos. Estos poemas largos-larguísimos requieren un esfuerzo extra de parte del lector que agradezco en lo que vale (aunque están hechos para leerse muy rápido, cuanto más rápido mejor, je).
Un beso,
Esteban
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Gracias, Joan, y no, no temas, que no hay tercera parte, con ésto se acabó. Celebro que te haya causado una impresión tan favorable.
Un abrazo y gracias de nuevo,
Esteban
Es un poema narrativo pero con mensaje, fantástico pero social, que además tiene la virtud del enganche, esencial para poemas XL.
He pasado un rato agradable, gracias por eso.
Un abrazo.
Luis Oroz.
- Esteban Granado
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- Registrado: Dom, 25 Nov 2007 10:12
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Aquí hablo del maltrato y de sus consecuencias. Pero trato de sostener un punto de ironía sobre el dramatismo de la acción, una suerte de humor negro. Como decía Marx, "no es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia".
Un abrazo y gracias por el comentario,
Esteban
- Amparo Bletisa
- Mensajes: 378
- Registrado: Dom, 25 May 2008 11:11
- Ubicación: Zamora.
Escribes muy bien Esteban y me gusta sobre todo el ritmo interno que tienen tus poemas siempre.
Pero insisto en que estos poemas extralargos, tan tochos son para lectores avanzados y por buenos que sean no crean adeptos entre nuevos lectores de poesía.
- carmen iglesia
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- Registrado: Mar, 03 Jun 2008 22:28
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- Esteban Granado
- Mensajes: 661
- Registrado: Dom, 25 Nov 2007 10:12
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Recuerdo el caso de un poeta que pasó por el foro que escribía unos poemas geniales, magníficos, antológicos, pero... eran muy largos, más que los míos; el resultado es que apenas obtenía comentarios ni lecturas y se las piró... Eso no dice mucho a favor del foro, en mi opinión, porque se supone que aquí venimos, aparte de a "interaccionar" a leer, si es posible, buena poesía.
Dicho esto, te agradezco que hayas aguantado hasta el final y que el ritmo te haya parecido interesante y conseguido. Lo de que escribo muy bien me ha llegado al corazón, jajaja...
Un abrazo,
Esteban
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Hola, Carmen. Me alegro de que te haya gustado el poema. Reconozco que publicar este tipo de poemas es abusar un poco de la confianza de los foristas, pero es que lo tenía por ahí muerto de risa desde hace unos años -el poema- y no sabía que hacer con él, así que me decidí a postearlo; y tengo más, jajaja...
Bueno, gracias por el comentario y un abrazo,
Esteban
- Óscar Distéfano
- Mensajes: 10508
- Registrado: Mié, 04 Jun 2008 8:10
- Ubicación: Barcelona - España
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re: La Sed (segunda parte)
Un abrazo.
Óscar
http://www.elbuscadordehumos.blogspot.com/
- Esteban Granado
- Mensajes: 661
- Registrado: Dom, 25 Nov 2007 10:12
- Ubicación: Burgos (España)
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Re: re: La Sed (segunda parte)
Tal vez, si leyeses el poema completo, conseguirías una mejor comprensión (la primera parte anda por ahí).
Un abrazo,
Esteban
-
- Mensajes: 30530
- Registrado: Mié, 09 Abr 2008 10:21
re: La Sed (segunda parte)
Un abrazo
Pilar
-
- Mensajes: 19647
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
-
- Mensajes: 7693
- Registrado: Sab, 20 Sep 2008 18:59
re: La Sed (segunda parte)
Me admira y me da envidia contemplar como se puede escribir poesía de la buena en tal cantidad y además en verso libre, ese tipo de verso que a mí me cuesta tant plasmar.
Me gustó todo el poema, pero me quedo con esta estrofa
Una mujer con una sola voz,
el planeta con una sola voz,
la galaxia con una voz vibrante...
¡Qué anuncia el universo
sino la destrucción de la belleza?,
¿qué, sino el nacimiento de una nueva pasión?
Un placer leerte. Abrazos.
Mario.