Editorial Alaire

Herida mortal

Tiene que absolver el mundo la poesía suicida,
esa introspección delatante de los aconteceres.
Busco la palabra exacta en el infinito
la recurrencia y males donados por los asesinos.
Mi fe va en mi poesía
en todos los ilegales retornos al mas allá.
No me basta la sentencia ni el fuego perpetuo.
A mi vienen los vientos del infierno,
la incontrolable caricia desangrada.
Revierto al destino y al destino revierto.
Cada día calculado magistralmente
cuando hay pasión cuando hay desolación,
mi esperanza desfallecida por los universos.
¿ Que herida mortal hay en mi?
Soy el que parpadeó los despertares
me hallo tendido con amantes lejanos
en un punto cósmico sin retorno y sin fin.

JAVIER DICENZO

Me has sorprendido con el vocabulario que empleas en esta ocasión, difícil pero bien colocado. Te adentras en una reflexión íntima que probablemente no tiene otra respuesta que la propia poesía.

Un abrazo.

Ingnacio, estoy en una desesperación muy grande. Los caminos a veces se me cierran, y mis emociones son muy fuertes, tal vez el fracaso, la soledad. Tambien situaciones que vivo me llevan a desesperarme y creo que mi lucha es contra el destino.
javier

Un poema duro e impactante.

De las heridas mortales también se sana, precisamente, el primer síntoma de recuperación está en saber en donde duele y por qué. No desesperes, lucha contra el destino si no te hes favorable pero hazlo con las armas adecuadas y mirándolo de frente, no falla.
Ánimo, compañaro!

Marrevuelta: Creo que voy contra el destino, y esto no se si tiene retorno. Voy como en una selva, acechando las sombras. Al escribir este poema veo que no me alcanza ni la palabra para expresar el abismo que hay en mi, todos me dicen si vas a salir adelante, por supuesto que puedo salir, pero la soledad y los contratiempos son dificiles y a veces inevitalbles.
javier