Editorial Alaire

Julio Serrano Castillejos escribió:LA LIBERTAD


Cuando el niño nace es
un pedazo de cielo al infinito,
es una flor sin tallo
que siembra escurridiza entre sus manos
y en la tierra fugaz
espantado y absorto de su grito.

Con pensamiento, profundo, sin culpa,
el hombre viene libre
camina taciturno por los campos
en un himno de aromas
y respirar es casi como un canto.

En la niñez primaria la libertad
es el parto de luz, reja sin puerta,
badajo sin campana,
pasión abierta, ablución plenaria,
fuga del iniciado
y cielo claro a la oración abierta.

Y la libertad siempre concebida
como alma fuerte y pura
es el resorte que nos da la vida
al pie de un hechizo
y nos quita las piedras del camino.

Por eso mi alma nunca martirizo
ni con talón descalzo
me acerco desafiante al precipicio.
Somos de barro y carne,
de sangre, de polvo y de delirio,
de matojos enraizados en los surcos
y mucho de suplicio.

Los códigos reprimen libertades,
mientras las religiones
de todas las proezas hacen lanzas.
La carne tan humana
abandona por siempre el paraíso
y cubre con su sangre
las prisiones en pago del delito.

Al final encontramos el alivio
en el camino eterno:
el hombre es siempre libre
de proponer sus ritos funerarios.

Julio Serrano Castillejos – Día del Padre de 21-VI-2009.

Luna de Nos escribió:

Julio Serrano Castillejos escribió:LA LIBERTAD


Cuando el niño nace es
un pedazo de cielo al infinito,
es una flor sin tallo
que siembra escurridiza entre sus manos
y en la tierra fugaz
espantado y absorto de su grito.

Con pensamiento, profundo, sin culpa,
el hombre viene libre
camina taciturno por los campos
en un himno de aromas
y respirar es casi como un canto.

En la niñez primaria la libertad
es el parto de luz, reja sin puerta,
badajo sin campana,
pasión abierta, ablución plenaria,
fuga del iniciado
y cielo claro a la oración abierta.

Y la libertad siempre concebida
como alma fuerte y pura
es el resorte que nos da la vida
al pie de un hechizo
y nos quita las piedras del camino.

Por eso mi alma nunca martirizo
ni con talón descalzo
me acerco desafiante al precipicio.
Somos de barro y carne,
de sangre, de polvo y de delirio,
de matojos enraizados en los surcos
y mucho de suplicio.

Los códigos reprimen libertades,
mientras las religiones
de todas las proezas hacen lanzas.
La carne tan humana
abandona por siempre el paraíso
y cubre con su sangre
las prisiones en pago del delito.

Al final encontramos el alivio
en el camino eterno:
el hombre es siempre libre
de proponer sus ritos funerarios.

Julio Serrano Castillejos – Día del Padre de 21-VI-2009.

No sé si capto la intención de tu poema sólo se me ocurrió pensar al comenzar a leerlo 'cuando el niño nace....' un adulto suele estropearlo, visto esto, desde el lado mismo de la libertad.
Es cierto que del momento que nacemos en sociedad, debemos atenernos a ciertas normas, pero siempre me he cuestionado hasta qué punto somos todos y cada uno 'libres' en pensamiento y obra, supongo que es algo demasiado abstracto.
Somos libres de 'elegir', no lo sé... optamos entre opciones dadas, entonces es eso una elección? en fin, me gustó tu poema, y esos dos versos finales tal vez son los que más invitaron a esta 'reflexión', por cierto me encantaron. Saludos, Luna de Nos.-

Pilar Morte escribió:Reflejas el camino de la libertad a su paso por esta tierra. La libertad externa es imposible, pero la interna casi es más difícil. Me gustó leerte
Un abrazo
Pilar