EL EJEMPLIFICADO DICTAMEN LACERANTE DEL AYER
Publicado: Mié, 17 Jun 2009 4:06
El ejemplificado dictamen lacerante del ayer
La fuerza del apasionado sistema letal
es un fuego que presiona las guaridas.
Sistemáticamente la palabra recorre los laberintos
con lejanos reestablecimientos.
El alma se alza sobre el mundo.
Pétalos hieren filosas soledades.
El filo irrisible acosa destemplanzas.
Existe una rosa enamorada, perfecta,
la prisión exaltada de los pájaros delicados.
La complejidad y el miedo recorren
terrenos precipitados
locas galerías en el celeste alumbramiento.
Los murciélagos acechan la sangre
el firmamento cósmico ilegal.
Habla la página invisible de los milagros
con ángeles premonitorios.
Yace en el fulgor la hoja
la flor dulce de estos atardeceres.
Se repliega el olfato delincuente de la ausencia
como una flecha aguda en parpadeo.
La voz me habla y habla al universo,
a las palomas y a los cuervos de la ciudad.
Penetran estas misiones los ojos
esos miles de ojos dilatados en la creación/poema,
dictan los dioses esas voces
el ejemplificado dictamen lacerante del ayer.
JAVIER DICENZO
La fuerza del apasionado sistema letal
es un fuego que presiona las guaridas.
Sistemáticamente la palabra recorre los laberintos
con lejanos reestablecimientos.
El alma se alza sobre el mundo.
Pétalos hieren filosas soledades.
El filo irrisible acosa destemplanzas.
Existe una rosa enamorada, perfecta,
la prisión exaltada de los pájaros delicados.
La complejidad y el miedo recorren
terrenos precipitados
locas galerías en el celeste alumbramiento.
Los murciélagos acechan la sangre
el firmamento cósmico ilegal.
Habla la página invisible de los milagros
con ángeles premonitorios.
Yace en el fulgor la hoja
la flor dulce de estos atardeceres.
Se repliega el olfato delincuente de la ausencia
como una flecha aguda en parpadeo.
La voz me habla y habla al universo,
a las palomas y a los cuervos de la ciudad.
Penetran estas misiones los ojos
esos miles de ojos dilatados en la creación/poema,
dictan los dioses esas voces
el ejemplificado dictamen lacerante del ayer.
JAVIER DICENZO