Editorial Alaire

No me detengo.
Tú no puedes hacerlo tampoco.
De repente las manos
vuelan detrás de algo que
ni siquiera me pertenece.
Tan pronto fluyen de los ojos
como de la garganta callada,
letras, magia y tormento
¿La luz cómo una llaga?
Y se ocultan.
Llevo el silencio conmigo,
el castigo es la palabra.

No puedes detenerte, ni debes. Esa luz alumbra y quema, hiere y acompaña. Lo dices muy bien, ese silencio que obliga a la palabra. Muy bueno.

Un beso con cariño.

Me ha encantado la idea... es preciosa... Además creo que esa precisión que te leo últimamente le hace mucho bien a tu poesía...

Un placer,

Carmen

Me gustó leer tu poema. Dice en su brevedad
Un abrazo
Pilar

"¿La luz como una llaga?
Y se ocultan,
Llevo el silencio conmigo.
El castigo es la palabra."

Me impacta este poema, Carmen. Es breve y al mismo tiempo enorme.
Un gusto leerte.

Besos.

Como se precisa tu voz Carmen. Siempre vengo Alegre a tu ventana.

Vuelas alto mujer

Abrazos en la distancia

Grandiosidad suprema. Felicitaciones.

Es preciosa la idea del poema, Carmen,y la escribes con mucha sensibilidad.

Se palpa la belleza en todos los versos. Gracias por dejarlo.
Un saludo

El castigo no es la palabra, al menos en tu caso, y esa luz en tus poemas resplandece. Excelente, Carmen. Besos.