Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:¿Cómo arrancar la hierba y velar el árbol,
abrigar las raíces del frío del miedo,
y proteger las ramas, la señal de su fruto?

Volver, como vuelve el marino en su afán,
su corazón mojado, cautivo por la fe,
seducido por la razón de los fondos
y las algas sin nombre.

Anduve un tiempo tras el mar inmortal,
inventada en luces por sus faros,
y el alma sin contar las horas muertas.
(cuando las manos cercaban acantilados
y la luna mostraba una playa sin límites).
Idealicé la infinitud del misterio,
la utopía nadando sin descanso,
y el horizonte por encima de los ojos.

Más tarde advertí el mar indescifrable
y mis cuencas ahogadas por sus aguas.
Vi que no hace río el manantial tapiado,
que mirar sin andar no atraviesa senda,
y que, solo seguir el trayecto, interpreta los pasos.

Pilar Morte escribió:¿Cómo arrancar la hierba y velar el árbol,
abrigar las raíces del frío del miedo,
y proteger las ramas, la señal de su fruto?

Volver, como vuelve el marino en su afán,
su corazón mojado, cautivo por la fe,
seducido por la razón de los fondos
y las algas sin nombre.

Anduve un tiempo tras el mar inmortal,
inventada en luces por sus faros,
y el alma sin contar las horas muertas.
(cuando las manos cercaban acantilados
y la luna mostraba una playa sin límites).
Idealicé la infinitud del misterio,
la utopía nadando sin descanso,
y el horizonte por encima de los ojos.

Más tarde advertí el mar indescifrable
y mis cuencas ahogadas por sus aguas.
Vi que no hace río el manantial tapiado,
que mirar sin andar no atraviesa senda,
y que, solo seguir el trayecto, interpreta los pasos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Qué buena entrega poética nos dejas, Pilar! La fuerza humana y filosofal de tus versos son un regalo hermoso para mi viernes.

Un abrazo enorme con mi sincera enhorabuena.

Hallie