Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:No adivino el color de la espera

La senda se extiende bajo el cielo sin nombre,
y no halla pinceladas albas,
ni alegría en los ojos renovados.
Desapareció la piedra del camino
revelando el foso indiferente.

Se apagó la candela en el rincón vacío

Hoy el tiempo disipa el espacio
y arrincona los besos,
haciendo humo de la sed, y vaciando
el contenido de las escudillas.
Hoy el reloj se come el presente
devolviendo nostalgias dulces.

Y duele el cuerpo, como duele el alma
mientras las huellas se columpian
en la inercia del péndulo,
y los vientos silencian la canción
que sostuvo la armonía.

Pasear por los sueños sonámbulo
con la mirada abierta a calles incoloras;
o buscar -sin regresar a lo perdido-
alivio a la retina hueca.

Seguir despierto al camino
y andar, como el que espera

Pilar Morte escribió:No adivino el color de la espera

La senda se extiende bajo el cielo sin nombre,
y no halla pinceladas albas,
ni alegría en los ojos renovados.
Desapareció la piedra del camino
revelando el foso indiferente.

Se apagó la candela en el rincón vacío

Hoy el tiempo disipa el espacio
y arrincona los besos,
haciendo humo de la sed, y vaciando
el contenido de las escudillas.
Hoy el reloj se come el presente
devolviendo nostalgias dulces.

Y duele el cuerpo, como duele el alma
mientras las huellas se columpian
en la inercia del péndulo,
y los vientos silencian la canción
que sostuvo la armonía.

Pasear por los sueños sonámbulo
con la mirada abierta a calles incoloras;
o buscar -sin regresar a lo perdido-
alivio a la retina hueca.

Seguir despierto al camino
y andar, como el que espera

Pilar Morte escribió:No adivino el color de la espera

La senda se extiende bajo el cielo sin nombre,
y no halla pinceladas albas,
ni alegría en los ojos renovados.
Desapareció la piedra del camino
revelando el foso indiferente.

Se apagó la candela en el rincón vacío

Hoy el tiempo disipa el espacio
y arrincona los besos,
haciendo humo de la sed, y vaciando
el contenido de las escudillas.
Hoy el reloj se come el presente
devolviendo nostalgias dulces.

Y duele el cuerpo, como duele el alma
mientras las huellas se columpian
en la inercia del péndulo,
y los vientos silencian la canción
que sostuvo la armonía.

Pasear por los sueños sonámbulo
con la mirada abierta a calles incoloras;
o buscar -sin regresar a lo perdido-
alivio a la retina hueca.

Seguir despierto al camino
y andar, como el que espera

Luna de Nos escribió:

Pilar Morte escribió:No adivino el color de la espera

La senda se extiende bajo el cielo sin nombre,
y no halla pinceladas albas,
ni alegría en los ojos renovados.
Desapareció la piedra del camino
revelando el foso indiferente.

Se apagó la candela en el rincón vacío

Hoy el tiempo disipa el espacio
y arrincona los besos,
haciendo humo de la sed, y vaciando
el contenido de las escudillas.
Hoy el reloj se come el presente
devolviendo nostalgias dulces.

Y duele el cuerpo, como duele el alma
mientras las huellas se columpian
en la inercia del péndulo,
y los vientos silencian la canción
que sostuvo la armonía.

Pasear por los sueños sonámbulo
con la mirada abierta a calles incoloras;
o buscar -sin regresar a lo perdido-
alivio a la retina hueca.

Seguir despierto al camino
y andar, como el que espera

Este poema Pilar, me parece, hace como ese péndulo, y va del dolor que puede representar a veces la espera, a la esperanza que encierra. En definitiva, lo que importa es el camino, cómo lo andamos, el 'mientras', eso que tantas veces se nos pierde. Me encantó leerte, un abrazo, Luna.-

Martín Desormeaux escribió:Me gustó leerte, Pilar, resalto esta estrofa:

"Y duele el cuerpo, como duele el alma
mientras las huellas se columpian
en la inercia del péndulo,
y los vientos silencian la canción
que sostuvo la armonía"


Es un texto que te lleva hasta el final como hipnotizado, cual uso de péndulo

Saludos.

Martín Desormeaux.-