No tuviste la culpa
Publicado: Sab, 06 Jun 2009 18:37
Existe un enigma en el comportamiento,
irreverente, a veces nauseabundo,
que enrollamos para esconderlo en su interior,
con alma de cielo en tormenta
y suspiros replicados,
por no saber de su existencia.
Y tú, tú no tuviste la culpa.
No tuviste la culpa
cuando al mirar al cielo
no volaron pájaros hacia el infinito.
No tuviste la culpa
de que la tarde oscureciera demasiado temprano
y fuera devorada por la noche hambrienta.
No tuviste la culpa
que las horas no fueran capaces de bañar
la orilla de la penumbra,
y que las huellas en la arena
perecieran al abrazo de las olas.
No tuviste la culpa
de que el ayer caducara hoy,
que las uñas se agrietaran
y ejercieran de astillas de tu propia imagen.
No tuviste la culpa
el dolor aparece sin espera,
es insultante con las situaciones,
capataz voraz de las sensaciones.
No tuviste la culpa,
es dolor, el que no siempre
deambula testigo de la muerte.
No tuviste la culpa
si la sonrisa gesticuló ausente en tus rasgos.
No tuviste la culpa
y es algo indecente sentirte solo,
solo, tan indecente como homicida.
No tuviste la culpa
pero fuiste cómplice
del asesino anónimo de ti mismo.
No tuviste la culpa,
no la tuviste,
porque vivir no es ser culpable,
tan solo,
un vulgar esclavo de haber vivido.
irreverente, a veces nauseabundo,
que enrollamos para esconderlo en su interior,
con alma de cielo en tormenta
y suspiros replicados,
por no saber de su existencia.
Y tú, tú no tuviste la culpa.
No tuviste la culpa
cuando al mirar al cielo
no volaron pájaros hacia el infinito.
No tuviste la culpa
de que la tarde oscureciera demasiado temprano
y fuera devorada por la noche hambrienta.
No tuviste la culpa
que las horas no fueran capaces de bañar
la orilla de la penumbra,
y que las huellas en la arena
perecieran al abrazo de las olas.
No tuviste la culpa
de que el ayer caducara hoy,
que las uñas se agrietaran
y ejercieran de astillas de tu propia imagen.
No tuviste la culpa
el dolor aparece sin espera,
es insultante con las situaciones,
capataz voraz de las sensaciones.
No tuviste la culpa,
es dolor, el que no siempre
deambula testigo de la muerte.
No tuviste la culpa
si la sonrisa gesticuló ausente en tus rasgos.
No tuviste la culpa
y es algo indecente sentirte solo,
solo, tan indecente como homicida.
No tuviste la culpa
pero fuiste cómplice
del asesino anónimo de ti mismo.
No tuviste la culpa,
no la tuviste,
porque vivir no es ser culpable,
tan solo,
un vulgar esclavo de haber vivido.