Editorial Alaire

Ennegrecido nudo en que se ahoga una fibra de hilo al edificio
con holanes de plástico embotellando aviones
para borrar el humo con el índice a trombosis de intento

Hay un musgo de muelle en la garganta
que soporta remansos de silencio
de babosas resbalan sus anuarios con la soga ungida por el cuello

¿Por qué adhiere algodones la camisa
a las sales que escurren por el cuerpo?
-albura en raudales de invierno-

¿Por qué cifran botones el rumbo de los agujeros?
-velámenes lechosos que se hincan vencidos por el tiempo-

Excelente poema, no alcanzo a penetrar su complejidad pero muy buenas imagenes.
javier

Sugerente imagen, con el vestido en la piel.

Saludos

Marcos.

javierdicenzo80 escribió:Excelente poema, no alcanzo a penetrar su complejidad pero muy buenas imagenes.
javier

Gracias Javier por detenerte en este enredo de sentires y ausencias.

Saludos.

Marcos de la Mancebía escribió:Sugerente imagen, con el vestido en la piel.

Saludos

Marcos.

Gracias Marcos por acercarte a esta ventana y dejar tu comentario.

Saludos y abrazos.

Ennegrecido nudo en que se ahoga
una fibra de hilo al edificio
con holanes de plástico embotellando aviones por el cielo
para borrar el humo con el índice
a trombosis de intento

Hay un musgo de muelle en la garganta
que soporta remansos de silencio
de babosas resbalan sus anuarios
con la soga ungida por el cuello

¿Por qué adhiere algodones la camisa
a las sales que escurren por el cuerpo?
-albura en raudales de invierno-

¿Por qué cifran botones el rumbo de los agujeros?
-velámenes lechosos que se hincan vencidos por el tiempo-

....................................................................................................................................
Este poema lo podríamos llamar de verso libre métrico mayor.
Cogemos heptasílabos, eneasílabos y endecasílabos, y los mezclamos a nuestro gusto. El resultado, habida cuenta de que no colocamos los versos a la manera tradicional, o sea, uno debajo del otro, sino que los colocamos de forma que cada uno de los versos aparezca como una unidad rítmico semántica ideal, sin importarnos ni el número de versos ni su longitud, el resultado decía, quiere acercarse a lo que perseguimos: una combinación de versos, cada uno de ellos con vida propia, atados unos a otros como hermanos siameses, formando una cadena versal llamada poema.

El ritmo ha mejorado mucho, pero, la estructura que empleas es demasiado complicada para ti; en este momento creo que deberías escribir combinaciones más sencillas.

Si no empiezas por el principio no podrás perfeccionar tu verso, siempre se te colarán gazapos, es decir, los poemas parecerán bien escritos pero no lo estarán.

La diferencia entre un poema bueno y un poema mediocre son los detalles. Los poemas geniales se quedan fuera de todo catálogo, pues se escriben muy de vez en cuando y no se pueden prever.

Un poema es como una partitura musical y, lo mismo que ella, se tiene que saber interpretar, pero, para que resulte una buena y fidedigna interpretación, tiene que estar bien escrito.

Los signos de puntuación, como ya te he dicho antes, son imprescindibles cuando estamos aprendiendo a escribir versos.

La sintaxis tiene que estar bien ordenada. Combinar bien las palabras es fundamental.

Las palabras que elijas tienen que intentar universalizar el mensaje, así, los modismos, etc., no son muy convenientes.

El verso libre es, a mi juicio, el último paso del aprendizaje del poeta.
Muchos autores empiezan por escribir verso libre, bien, que cada cual haga lo que quiera, pero yo opino que el verso libre, aun el métrico, necesita de una técnica muy depurada para que el resultado no sea una especie de prosa cortada al libre albedrío del autor.

Cuando ya se saben las claves del oficio, se puede hacer lo que se quiera, como si se quiere escribir del revés, pero, en todo caso, se tiene que ser capaz de saber lo que se acaba de crear.

Lo mejor sería que escribieras combinaciones de versos de un solo metro.

Empecemos por los endecasílabos. Procura que los versos acentúen en la sexta sílaba (endecasílabo a maiori) o bien, en la cuarta y octava (endecasílabo a minori)

Todos los versos, sean del tipo que sean, tienen que acentuar en la penúltima sílaba. Es por ello que cuando el verso termine en sílaba aguda le añadiremos una sílaba imaginaria, con lo cual ese verso tendrá 10 sílabas fonológicas y 11 sílabas métricas.

Cuando el verso termine en palabra esdrújula, para que el acento recaiga sobre la penúltima, descontaremos una sílaba, así, el verso tendrá 12 sílabas fonológicas y 11 sílabas métricas.

Seguiremos. Abrazos.

Rafel:

Me parece correcta la señalación que atribuyes al poema que me da oportunidad de reconocer los desaciertos. Así mismo intentar las formas clásicas del verso. Tengo mucha paciencia en ésto así que seguiré intentándolo.

Saludos y seguimos.