Editorial Alaire

No puedo repetir el amago de la luz,
ni el puñal en sus horarios
ni tampoco el patio que se cansa
o finge luna en los crucigramas del ser.

¿A qué feraz guardián enseñaré la llama de un color
que se dobla insolente?

Veo los pechos que cuentan cifras y no me miran.
Veo la motocicleta herida en su quietud.

Mi calle tiene un bar llamado tabú,
es redondo, allí el humo juega con los patines
de tu angular esfera.

¿Deberé nombrar la plaza,
cuando inventábamos el gemido del metal,
sin temer al desierto, a la bruja gris que no habla?

Hoy vendré a mis orillas como un narciso triste,
con un secreto sin edad que ya conoce tu alba,
también tu cataclismo.

¡Oh, dolor que se pega al deseo,
la bruma en el jardín,
la flores tropicales con caballos en las corolas
y tu petunia sagrada en mi aguja de hélices!

Mi calle es como un lento camino,
en su mercurio la fiebre busca apellidos,
ácidas ramas sin pupila,
hongos que a la media tarde sonríen,
almanaques donde espejea tu nombre
como un incendio de agua.

Oh, dolor que se pega al deseo,
la bruma en el jardín,
la flores tropicales con caballos en las corolas
y tu petunia sagrada en mi aguja de hélices!


Muy buenos versos, idea muy original y bien tratado el poema.
javier
te espero en mi obra

javierdicenzo80 escribió:Oh, dolor que se pega al deseo,
la bruma en el jardín,
la flores tropicales con caballos en las corolas
y tu petunia sagrada en mi aguja de hélices!


Muy buenos versos, idea muy original y bien tratado el poema.
javier
te espero en mi obra

Muchas gracias, Javier, por tu visita y comentario. Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:
No puedo repetir el amago de la luz,
ni el puñal en sus horarios
ni tampoco el patio que se cansa
o finge luna en los crucigramas del ser.

¿A qué feraz guardián enseñaré la llama de un color
que se dobla insolente?

Veo los pechos que cuentan cifras y no me miran.
Veo la motocicleta herida en su quietud.

Mi calle tiene un bar llamado tabú,
es redondo, allí el humo juega con los patines
de tu angular esfera.

¿Deberé nombrar la plaza,
cuando inventábamos el gemido del metal,
sin temer al desierto, a la bruja gris que no habla?

Hoy vendré a mis orillas como un narciso triste,
con un secreto sin edad que ya conoce tu alba,
también tu cataclismo.

¡Oh, dolor que se pega al deseo,
la bruma en el jardín,
la flores tropicales con caballos en las corolas
y tu petunia sagrada en mi aguja de hélices!

Mi calle es como un lento camino,
en su mercurio la fiebre busca apellidos,
ácidas ramas sin pupila,
hongos que a la media tarde sonríen,
almanaques donde espejea tu nombre
como un incendio de agua.

Tus poemas son una explosión de imaginación, como una película de Tim Burton. Encadenas una imagen tras otra, a cual más colorida. Son muchos versos que me han fascinado, pero ese "incendio de agua" me ha gustado mucho por la antítesis que supone.

Un abrazo, Ramón.

Tus poemas dan lugar para todo, Ramón, no hay límite alguno en tu palabra. Eres lejos una de las mejores lecturas en todos los lugares.

Un abrazo.

Martín Desormeaux.-

mucha calidad...para mi gusto, tu poesía y la de Marian, (aunque no me gusta comparar), se asemejan mucho por la cantidad de imágenes que se van derrumbando ante los ojos de los lectores...es la poesía quer a mi , en cierto modo, me gusta leer...un abrazo y mi admiración señor Ramón...

Es un precioso poema espléndido se mire por donde se mire... desde el tema, su desarrollo y por la cantidad de imágenes y metáforas preciosas. Siempre la calidad sobrevuela tus escritos.
Un abrazo, amigo.
J. manuel

tus metáforas fascinan. Un gusto leerte
Un abrazo
Pilar

Mi calle es como un lento camino,
en su mercurio la fiebre busca apellidos,
ácidas ramas sin pupila,
hongos que a la media tarde sonríen,
almanaques donde espejea tu nombre
como un incendio de agua.



Excelente Ramón. Siempre es un hermoso viaje venir a tus letras. Considero que la originalidad de las imágenes y la calidad poética con esta escrito, hacen de este poema un obra artística envidiable.
Un abrazo Ramón.

Óscar Bartolomé Poy escribió:

Ramón Carballal escribió:
No puedo repetir el amago de la luz,
ni el puñal en sus horarios
ni tampoco el patio que se cansa
o finge luna en los crucigramas del ser.

¿A qué feraz guardián enseñaré la llama de un color
que se dobla insolente?

Veo los pechos que cuentan cifras y no me miran.
Veo la motocicleta herida en su quietud.

Mi calle tiene un bar llamado tabú,
es redondo, allí el humo juega con los patines
de tu angular esfera.

¿Deberé nombrar la plaza,
cuando inventábamos el gemido del metal,
sin temer al desierto, a la bruja gris que no habla?

Hoy vendré a mis orillas como un narciso triste,
con un secreto sin edad que ya conoce tu alba,
también tu cataclismo.

¡Oh, dolor que se pega al deseo,
la bruma en el jardín,
la flores tropicales con caballos en las corolas
y tu petunia sagrada en mi aguja de hélices!

Mi calle es como un lento camino,
en su mercurio la fiebre busca apellidos,
ácidas ramas sin pupila,
hongos que a la media tarde sonríen,
almanaques donde espejea tu nombre
como un incendio de agua.

Tus poemas son una explosión de imaginación, como una película de Tim Burton. Encadenas una imagen tras otra, a cual más colorida. Son muchos versos que me han fascinado, pero ese "incendio de agua" me ha gustado mucho por la antítesis que supone.

Un abrazo, Ramón.

Gracias Óscar, siempre dejas interesantes comentarios. Un abrazo.

Martín Desormeaux escribió:Tus poemas dan lugar para todo, Ramón, no hay límite alguno en tu palabra. Eres lejos una de las mejores lecturas en todos los lugares.

Un abrazo.

Martín Desormeaux.-

Eres muy generoso, Martín, no es por quedar bien pero tus poemas son citas ineludibles para mi. Un abrazo.

Jaume vendrell KYUSS escribió:mucha calidad...para mi gusto, tu poesía y la de Marian, (aunque no me gusta comparar), se asemejan mucho por la cantidad de imágenes que se van derrumbando ante los ojos de los lectores...es la poesía quer a mi , en cierto modo, me gusta leer...un abrazo y mi admiración señor Ramón...

Posiblemente tengas razón, Jaume, creo que hay algunos puntos comunes entre la poesía de Marian y la mía, aunque la de ella tiene más calidad. Gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.

En este carrusel de imágenes me abandono y dosfruto de esta historia de amor-desamor que interpreto en el congolomerado de imagenes que voy diseccionando de tu genial poema.
Es un viaje leer un poema tuyo
Pero luego tengo que volver...a la realidad.

Un fuerte abrazo y mis felicitaciones.

Joan

Mi calle es como un lento camino,
en su mercurio la fiebre busca apellidos,
ácidas ramas sin pupila,
hongos que a la media tarde sonríen,
almanaques donde espejea tu nombre
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Te dejo mi huella y mi deleite.


Un abrazo, amigo