Misterio y pasión en la intimidad
Publicado: Sab, 23 May 2009 19:31
En cada paso dado al son de una balada,
quedaba el amor grabado en el parqué
con el fuego esencial del romance,
y la llama, que al roce de sus tacones,
extraía el zumo de la felicidad
de unos ojos encarcelados en las pupilas del deseo.
Y danzaban todos aquellos destellos,
volcados sobre la brutal pasión de dos cuerpos agarrados
mientras eran asesinados la desidia y el rechazo
y derramaban los jugos que nuestras bocas reclamaban.
Era, como amanecer entre sabanas de seda
bailando un vals con sorbos de amor
e insinuaciones recostadas sobre los hombros.
Ella, balbuceaba entre el desafío de unos botones abiertos
y una piel erizada y rendida a sus encantos,
el tiempo, jugaba con arenas de excitación
y dunas humedecidas por la lluvia de los poros de su piel.
Era el momento,
ese instante que casi nunca obedece cuando se busca,
el que una balada había convertido en mágico.
Entre una niebla íntima quedaron dormidos,
el mutismo se apoderó de unos pasos de baile.
Dos labios se fundieron.
Ella Fitzgerald y Frank Sinatra
abandonaron en silencio la sala.
Misterio y pasión en la intimidad.
quedaba el amor grabado en el parqué
con el fuego esencial del romance,
y la llama, que al roce de sus tacones,
extraía el zumo de la felicidad
de unos ojos encarcelados en las pupilas del deseo.
Y danzaban todos aquellos destellos,
volcados sobre la brutal pasión de dos cuerpos agarrados
mientras eran asesinados la desidia y el rechazo
y derramaban los jugos que nuestras bocas reclamaban.
Era, como amanecer entre sabanas de seda
bailando un vals con sorbos de amor
e insinuaciones recostadas sobre los hombros.
Ella, balbuceaba entre el desafío de unos botones abiertos
y una piel erizada y rendida a sus encantos,
el tiempo, jugaba con arenas de excitación
y dunas humedecidas por la lluvia de los poros de su piel.
Era el momento,
ese instante que casi nunca obedece cuando se busca,
el que una balada había convertido en mágico.
Entre una niebla íntima quedaron dormidos,
el mutismo se apoderó de unos pasos de baile.
Dos labios se fundieron.
Ella Fitzgerald y Frank Sinatra
abandonaron en silencio la sala.
Misterio y pasión en la intimidad.