Editorial Alaire

Hay una ofrenda de agua,
sobre la sed que supura de una boca
eternamente abierta.
Y corre en su curso un derecho
que no proviene del hacer,
aunque sí, del bruñir
de los goznes que penetran
la madera.
Piensa entre rejas,
mira que no hay aire suficiente,
ni garganta, ni pulmones, y que la piel
de tu cuerpo no tiene doce lenguas
para amortiguar el sudor,
que ha inundado los poros
de otra noche descubierta.

Un poema cuyo enigma atrapa, Carmen, el de esa noche descubierta quizás anclada en un encierro, quizás a punto de abrirse hacia una seductora oscuridad.
Un afectuoso saludo.
Julián Borao

Me gustó pasar por tus versos
Un abrazo
Pilar

¡Lo que son las cosas!. Se me ocurre dar una vuelta por los viejos poemas y me encuentro éste tuyo que, por esas circunstancias que ocurren a veces, no tuvo la atención que se merecía.
No voy a hacer su análisis porque me sugiere demasiadas cosas. Y eso es lo mejor de la poesía, que nos abre puertas interiores.

Un beso y confío en que ahora tenga más lecturas.

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No lo habia leido. Me encanta perderme entre tus misteriosas letras. Enhorabuena, poeta!

Besos - Iben



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"Hay una ofrenda de agua,
sobre la sed que supura de una boca
eternamente abierta.
Y corre en su curso un derecho
que no proviene del hacer,
aunque sí, del bruñir
de los goznes que penetran
la madera.
Piensa entre rejas,
mira que no hay aire suficiente,
ni garganta, ni pulmones, y que la piel
de tu cuerpo no tiene doce lenguas
para amortiguar el sudor,
que ha inundado los poros
de otra noche descubierta."


Magnífico trabajo, Carmen!

Enhorabuena y un abrazote.

Hallie

Interesante poema, Carmen, con un punto de enigma y misterio y con ese buen decir que te caracteriza. Un abrazo.