Editorial Alaire

A Sara A., con amor y devoción, ahora más que nunca

La vida es una ilusión que huye despavorida cuando no estás conmigo.

La alegría se desvanece,
todo se cae,
incluso el telón de la noche;
y las estrellas,
que se deshacen como terrones de azúcar en la leche,
ya no me guían con su pálido fulgor.

Aquí no hay paredes que tapen mi desnudez,
ni aliento que me quite el frío.

Y tengo los pies entumecidos,
como si me hundiera en una ciénaga
a cada paso que doy,
tembloroso y vacilante,
sobre el barro de los días,
sin poder siquiera asirme al cordón de tu ombligo.

Muero de ausencia
mientras mi mirada se alza,
férvida e implorante,
hacia el disco lunar,
que me baña con su luz argéntea,
una luz mórbida y delusoria
que oscurece más que ilumina
la incierta senda del ánima.

Sobre el crujido de una rama,
noctua ulula como un faraute de desgracias,
extinguiendo la llama de Vesta.

Frente a mí,
tus pupilas dilatadas rielan como dos fuegos fatuos en un camposanto,
y un estremecimiento involuntario me sacude todo el cuerpo.

Y en mi nerviosismo
–no puedo evitarlo–,
tamborileo sobre el cráneo de Yorick.

La noche es un territorio demasiado hostil
para atravesarlo solo.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Me gustan tus poemas de amor, tiene el sello de lo auténtico. Un placer
Un abrazo
Pilar

Óscar Bartolomé Poy escribió:A Sara A., con amor y devoción, ahora más que nunca

La vida es una ilusión que huye despavorida cuando no estás conmigo.

La alegría se desvanece,
todo se cae,
incluso el telón de la noche;
y las estrellas,
que se deshacen como terrones de azúcar en la leche,
ya no me guían con su pálido fulgor.

Aquí no hay paredes que tapen mi desnudez,
ni aliento que me quite el frío.

Y tengo los pies entumecidos,
como si me hundiera en una ciénaga
a cada paso que doy,
tembloroso y vacilante,
sobre el barro de los días,
sin poder siquiera asirme al cordón de tu ombligo.

Muero de ausencia
mientras mi mirada se alza,
férvida e implorante,
hacia el disco lunar,
que me baña con su luz argéntea,
una luz mórbida y delusoria
que oscurece más que ilumina
la incierta senda del ánima.

Sobre el crujido de una rama,
noctua ulula como un faraute de desgracias,
extinguiendo la llama de Vesta.

Frente a mí,
tus pupilas dilatadas rielan como dos fuegos fatuos en un camposanto,
y un estremecimiento involuntario me sacude todo el cuerpo.

Y en mi nerviosismo
–no puedo evitarlo–,
tamborileo sobre el cráneo de Yorick.

La noche es un territorio demasiado hostil
para atravesarlo solo.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Hermoso, mi estimado Oscar! Un poema de amor maravilloso! Es uno de los que más me gusta. Transmite mucho, muchísimo.

Besos para los dos.

Un poema maravilloso, Òscar! Cada estrofa destila belleza, fuerza, emoción y esa erudicción personal que nos atraviesa cuando la inspiración se engalana!!

Ovación cerrada y saludos afectuosos para Sara.

Hallie

Óscar Bartolomé Poy escribió:A Sara A., con amor y devoción, ahora más que nunca

La vida es una ilusión que huye despavorida cuando no estás conmigo.

La alegría se desvanece,
todo se cae,
incluso el telón de la noche;
y las estrellas,
que se deshacen como terrones de azúcar en la leche,
ya no me guían con su pálido fulgor.

Aquí no hay paredes que tapen mi desnudez,
ni aliento que me quite el frío.

Y tengo los pies entumecidos,
como si me hundiera en una ciénaga
a cada paso que doy,
tembloroso y vacilante,
sobre el barro de los días,
sin poder siquiera asirme al cordón de tu ombligo.

Muero de ausencia
mientras mi mirada se alza,
férvida e implorante,
hacia el disco lunar,
que me baña con su luz argéntea,
una luz mórbida y delusoria
que oscurece más que ilumina
la incierta senda del ánima.

Sobre el crujido de una rama,
noctua ulula como un faraute de desgracias,
extinguiendo la llama de Vesta.

Frente a mí,
tus pupilas dilatadas rielan como dos fuegos fatuos en un camposanto,
y un estremecimiento involuntario me sacude todo el cuerpo.

Y en mi nerviosismo
–no puedo evitarlo–,
tamborileo sobre el cráneo de Yorick.

La noche es un territorio demasiado hostil
para atravesarlo solo.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Meparece que aquí el amor ha sido la excusa para pintarpaisajes imágenes extraordinarias. Allí te marqué, los tramos que másme han interesado. Por cierto la súplica a la luna y su luz argéntea enla 4taestrofa (creo) es brillante. Y como en todo poema de amor sesiente una emoción especial, particular, un clima angustioso, porque elamor es dolor mi querido amigo.
Bueno Óscar el poema cumple con tusello de lírico, con tu lenguaje elegante y sobre todocon tu emoción poética, tu pulso; portal lo considero un gran poema y ha sido un placer leerlo y comentarlo.
Te mando un abrazo grande.

Pilar Morte escribió:Me gustan tus poemas de amor, tiene el sello de lo auténtico. Un placer
Un abrazo
Pilar

Porque mi amor es auténtico. Más que eso: es inmortal. Gracias por estrenar los comentarios.

Un abrazo, Pilar.

Liz Barrio escribió:Cuando desde su trinchera la poesía cobija el espíritu, el corazón agradecido suspira y sonríe y una vuelve a leer con sanador deleite estos espléndidos versos de amor.
Saludos poeta y un fuerte abrazo,

Poesía, espíritu y amor. Es la tríada, la sublimación. Celebro que hayas disfrutado de mis versos.

Un abrazo, Liz.

Amigo Óscar

Tus poemas de amor están transidos de un enorme lirismo

Todo el poema es un canto sublime que enardece el alma.

Bellísimo el final:"La noche es un territorio demasiado hostil pasra atravesarlo solo"

Felicidades

Mi mejor abrazo y gratitud.

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Óscar Bartolomé Poy escribió:A Sara A., con amor y devoción, ahora más que nunca

La vida es una ilusión que huye despavorida cuando no estás conmigo.

La alegría se desvanece,
todo se cae,
incluso el telón de la noche;
y las estrellas,
que se deshacen como terrones de azúcar en la leche,
ya no me guían con su pálido fulgor.

Aquí no hay paredes que tapen mi desnudez,
ni aliento que me quite el frío.

Y tengo los pies entumecidos,
como si me hundiera en una ciénaga
a cada paso que doy,
tembloroso y vacilante,
sobre el barro de los días,
sin poder siquiera asirme al cordón de tu ombligo.

Muero de ausencia
mientras mi mirada se alza,
férvida e implorante,
hacia el disco lunar,
que me baña con su luz argéntea,
una luz mórbida y delusoria
que oscurece más que ilumina
la incierta senda del ánima.

Sobre el crujido de una rama,
noctua ulula como un faraute de desgracias,
extinguiendo la llama de Vesta.

Frente a mí,
tus pupilas dilatadas rielan como dos fuegos fatuos en un camposanto,
y un estremecimiento involuntario me sacude todo el cuerpo.

Y en mi nerviosismo
–no puedo evitarlo–,
tamborileo sobre el cráneo de Yorick.

La noche es un territorio demasiado hostil
para atravesarlo solo.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Hermoso, mi estimado Oscar! Un poema de amor maravilloso! Es uno de los que más me gusta. Transmite mucho, muchísimo.

Besos para los dos.

Me alegro de que mi poema haya sido de tu agrado, Aubriel. Como tiene una atmósfera gótica, no sabía si iba a gustar tanto, pero parece ser que sí. La ambientación es secundaria cuando le escribo a Sara. Lo único inalterable es el amor, un amor que es un parterre donde florecen versos cada día, cada hora.

Besos para ti, mi estimada amiga.

Hermoso el poema, y estoy mirando tu blog interesante.

Federico.-

Sin la llama protectora de Vesta, desnudo y sin paredes, dudando de la propia existencia cuando el cráneo de Yorick nos mira desde el hueso, sí, no se puede atravesar la noche así. Me ha encantado este poema, Oscar.

Un abrazo
MArian

No solamente es un excelente poema amoroso, Óscar, sino que posee un estilo muy personal y unos detalles que lo dotan de originalidad. Te felicito, compañero, que ese estremecimiento involuntario te sacuda siempre para crear.
Un abrazo.
Julián Borao

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un poema maravilloso, Òscar! Cada estrofa destila belleza, fuerza, emoción y esa erudicción personal que nos atraviesa cuando la inspiración se engalana!!

Ovación cerrada y saludos afectuosos para Sara.

Hallie

Toda esa belleza nace de Sara. Ella es el hontanar donde abrevan mis versos. Gracias por tu generosa opinión. Me alegro de que mi poema te haya gustado tanto.

Saludos, Hallie.

"La noche es un territorio demasiado hostil
para atravesarlo solo. "

Así acaba el poema y aquí esta la explicaciíon de algunos de tus angustiosos versos que aparecen en este poema.
me ha gustado mucho.
Me ha gustado la naturalidad de este veerso
"que se deshacen como terrones de azúcar en la leche,"
frente a la seriedad de los otros versos.

Un fuerte abrazo
Joan