Editorial Alaire

Hablé aun con el crepúsculo y su llama desabrigada.
Para mis deseos cansados recité oraciones en fervor sediento
cedí al huracán de mi piano y al trémolo instinto
como nostálgico compañero de viaje junto a mi valija rota.
En la sangre conservé distancias para tu arribo inmenso
y el poema sin gastar de una lágrima minúscula en gotas de linfa arrinconada.

Postergando la devoción y el rezo
un poco de mí ha desaparecido
porque un párrafo de mármol cerró la mirada
porque ambos comprendimos que
recóndito
el primordial verbo jamás llegaría.

Furtiva
la negación se escondía
un sólo instante se llamó reflejo
sentir
morir
y morir no quiso la más alta insensatez.
Hablé con todos ellos, hablé de mí y sentí el inaudito aullido inmolándose.
Oh silencio que parecías la ola de plumaje oscuro
y un rumor virgen hallando sitio al lado de la tristeza intuida.

Nadie escuchó
nadie guardó mi metástasis en el abismo
cuando mis labios sonaron a destellos apocalípticos
en el grito del arpa enamorada.

-No- fue la palabra
y el impar vacío de prudente reserva y afonía terminal.

Excelente Liz, un poema para paladear, leer y releer, y aplaudir. Es de destacar la emoción con la que escriibes cada uno de los versos, las imágines sublimes y el elegante manejo del lenguaje. Querida amiga ha sido un placer. Te felicito.
Un abrazo grande.

Querida Liz, te has desnudado en este excelente poema, de hermosas imágenes e imponente desarrollo. Me encantó, como siempre leerte.
Besos fuertes como abrazos.

Fermín Lasarte escribió:Excelente Liz, un poema para paladear, leer y releer, y aplaudir. Es de destacar la emoción con la que escriibes cada uno de los versos, las imágines sublimes y el elegante manejo del lenguaje. Querida amiga ha sido un placer. Te felicito.
Un abrazo grande.

Muy honrada por tu generoso comentario Fermín. Gracias por calificar de esa forma mis letras.
Un beso y un fuerte abrazo para ti,

Pedro Ferreira escribió:Querida Liz, te has desnudado en este excelente poema, de hermosas imágenes e imponente desarrollo. Me encantó, como siempre leerte.
Besos fuertes como abrazos.

Gracias amigo querido, siempre tu opinión es importante y valiosa para mí.
Besos muy fuertes, como abrazos,

Creo que desborde es la palabra clave de este poema, sobre todo las dos primeras estrofas, que, salvo detalles mínimos, las encuentro geniales. Bueno, el final también es buenísimo. Un gusto leerte, Liz.

Saludos.

Martín Desormeaux.-

Liz Barrio escribió:Hablé aún con el crepúsculo y su llama desabrigada.
Para mis deseos cansados recité oraciones en fervor sediento
cedí al huracán de mi piano y al trémolo instinto
como nostálgico compañero de viaje junto a mi valija rota.
En la sangre conservé distancias para tu arribo inmenso
y el poema sin gastar de una lágrima minúscula en gotas de linfa arrinconada.

Postergando la devoción y el rezo
un poco de mí ha desaparecido
porque un párrafo de mármol cerró la mirada
porque ambos comprendimos que
recóndito
el primordial verbo jamás llegaría.

Furtiva
la negación se escondía
un sólo instante se llamó reflejo
sentir
morir
y morir no quiso la más alta insensatez.
Hablé con todos ellos, hablé de mí y sentí el inaudito aullido inmolándose.
Oh silencio que parecías la ola de plumaje oscuro
y un rumor virgen hallando sitio al lado de la tristeza intuida.

Nadie escuchó
nadie guardó mi metástasis en el abismo
cuando mis labios sonaron a destellos apocalípticos
en el grito del arpa enamorada.

-No- fue la palabra
y el impar vacío de prudente reserva y afonía terminal.

¡Qué bárbaro, Liz! Una genialidad. Me conmueve particularmente esta estrofa:

Nadie escuchó
nadie guardó mi metástasis en el abismo
cuando mis labios sonaron a destellos apocalípticos
en el grito del arpa enamorada.

Besos!

Martín Desormeaux escribió:Creo que desborde es la palabra clave de este poema, sobre todo las dos primeras estrofas, que, salvo detalles mínimos, las encuentro geniales. Bueno, el final también es buenísimo. Un gusto leerte, Liz.

Saludos.

Martín Desormeaux.-

Eres muy amable Martín, he corregido ya el detalle. Gracias por leerme y por tu generosidad.
Abrazos para ti,

Un placer leer tu poema. Me trasmites perfectamente la sensación de la despedida en el desgarro del Adios. Me quito el sombrero ante como expresas la llegada del silencio: " Oh silencio que parecías la ola de plumaje oscuro". Saludos

Escribes muy bien, Liz, el poema no tiene desperdicio. Un abrazo.

Un poema de desencuentro pero muy hermoso. Un placer leerte
Un abrazo
Pilar

Tus poemas siempre crean imágenes preciosas, sensaciones mágicas y sentimientos de fuerte emotividad.
Me ha encantdo este poema por la riqueza de las imágenes y por ese dominio del lenfuaje.
Me ha parecido genial.
Un fuerte laqui y un montíon de besos.
Joan

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Liz Barrio escribió:Hablé aún con el crepúsculo y su llama desabrigada.
Para mis deseos cansados recité oraciones en fervor sediento
cedí al huracán de mi piano y al trémolo instinto
como nostálgico compañero de viaje junto a mi valija rota.
En la sangre conservé distancias para tu arribo inmenso
y el poema sin gastar de una lágrima minúscula en gotas de linfa arrinconada.

Postergando la devoción y el rezo
un poco de mí ha desaparecido
porque un párrafo de mármol cerró la mirada
porque ambos comprendimos que
recóndito
el primordial verbo jamás llegaría.

Furtiva
la negación se escondía
un sólo instante se llamó reflejo
sentir
morir
y morir no quiso la más alta insensatez.
Hablé con todos ellos, hablé de mí y sentí el inaudito aullido inmolándose.
Oh silencio que parecías la ola de plumaje oscuro
y un rumor virgen hallando sitio al lado de la tristeza intuida.

Nadie escuchó
nadie guardó mi metástasis en el abismo
cuando mis labios sonaron a destellos apocalípticos
en el grito del arpa enamorada.

-No- fue la palabra
y el impar vacío de prudente reserva y afonía terminal.

¡Qué bárbaro, Liz! Una genialidad. Me conmueve particularmente esta estrofa:

Nadie escuchó
nadie guardó mi metástasis en el abismo
cuando mis labios sonaron a destellos apocalípticos
en el grito del arpa enamorada.

Besos!

Muy honrada me siento por tu sentido y generoso comentario Aubriel. Gracias por acudir a mis decires, también te leo.
Abrazos y un beso para ti,

Un interesante ejercicio imaginativo amiga Liz; las palabras se despeinan en tus metáforas, se escapan y revolucionan, esta es la idiosincrasia propia de la palabra poética; salirse de la norma, para crear o sugerir una nueva norma.

Bicos.

Liz Barrio,
Es un título de lo más curioso. Me han gustado mucho estos dos versos:

"Oh silencio que parecías la ola de plumaje oscuro
y un rumor virgen hallando sitio al lado de la tristeza intuida."

También subrayo ese "arpa enamorada", por los recuerdos que me trae a leyendas medievales.

Saludos, Liz.