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Destellos

Publicado: Vie, 15 May 2009 9:53
por L.Ariza
Quiero ser infelizmente libre
infelizmente mía,
por una vez,
una única vez que dure hasta mi muerte,
y poder recontar los palos y golpes
los amaneceres y atardeceres que vi
y los que también perdí por hacerme la dormida.

Al fin comprendí
que de nada sirve ser musa
si al final el poeta se folla a las malas
y me quedo siendo simplemente
la inicial en el último verso de poema,
inicial en ángulo recto que rompe la rima.
Aprendí que es más útil pedir que esperar
y más grato recibir que dar.

Los desengaños no son más que abrir los ojos,
darte cuenta de que el color rosa
no es más que una fina capa de pintura
que se cae con el tiempo
y que el violeta es el color que queda tras los golpes.

Querer ser feliz
es pretender ser otra que no se parezca a mí,
por eso quiero ser infelizmente mía
porque al fin quiero ser yo.

Publicado: Vie, 15 May 2009 10:07
por Antonio Soto
Es bueno abrir los ojos y reapropiarse del ser. Al final de cuentas nadie puede amarnos mejor que nosotros mismos.

Ha sido un gusto pasar por tus letras.

Un saludo afectuoso.

Publicado: Vie, 15 May 2009 11:50
por Óscar Bartolomé Poy
L.Ariza,
Un poema desencantado, que deja un amargo sabor. Brilla la decepción en tus versos, cuando, ciertamente, sería mejor que no hiciera acto de presencia. La realidad es que cuando pones tu felicidad en manos de otra persona, siempre, indefectiblemente, acabas sufriendo. El amor es así, exceptuando el amor propio. De ahí que en uno de mis aforismos diga: "Sólo hay una cosa peor que enamorarse de uno mismo; enamorarse de otro".

Saludos, L.Ariza.

Publicado: Vie, 15 May 2009 13:10
por Ricardo Serna G
L.Ariza,
La tristeza
la infelicidad
y la soledad
son actrices
en la poesía
que saben representar
perfectamente su papel...


te felicito


Un abrazo fuerte

Publicado: Dom, 17 May 2009 22:10
por carmen iglesia
Siempre escribes desde la verdad, Loida, y eso se agradece muchísimo... por lo demás, creo que la decepción, mal que nos pese, forma parte de la vida pero -dicen- que si aprendemos de ella nos hace ser mejores...

Un placer,

Carmen