Editorial Alaire

Prisionero de mis pensamientos
y compulsivas obsesiones,
no soy dueño, y sí un esclavo de mi mente.

Soy adicto a pastillas placebo
que no mitigan el miedo,
a todo aquello que me quema
y evoca un lento suicidio.

Así es como sacio mi cobardía,
vivo, muero,
castigo mi herejía.

Hundido, me adentro en el abismo
donde todo mi ser se desvanece,
duerme
noche y día;
donde despertar quisiera.

¿Qué me queda?

Algo de cordura
pues sonrío ante mi estupidez.
Soy consciente de mi locura,
de mi ceguera.

Aún tengo la esperanza
de regresar a casa,
de donde nunca me fui,
donde siempre viví.

Sube de la Sala de Espera.

Liz Barrio escribió:Ante la angustia, la desazón o la tristeza, siempre está nuestra mejor amiga: la poesía que perpetuamente nos salva.
Abrazos Javi y un beso querido amigo,

Muchas gracias mi querida amiga...me alegra verte entre mis sentimientos, aun entre estos tan angustiosos...estás siempre en mi corazón Liz...un fortísimo abrazo y una sonrisa bien grandota

javi

Amigo Jvier has compuesto una poesía angustiosa en la que tú poeta te reconoces en el centro de esa angustia, pero como bien dices en el cierre final siempre queda la esperanza.
Esta poesía parece una especie de exorcismo, de sacarte demonios de dentro. Ha sido un placer leerla Javier.
Un abrazo amigo
Joan

Tu poema, Javier Cañas Belmar, ha evocado en mi conciencia la memoria del universal poema de Cavafis llamado "LA CIUDAD". Lo leí en mi adolescencia, pero se quedó impreso en mi ser de un modo indeleble, como una marca de hierro espiritual en el alma, transformando mi percepción de la realidad y con ello, mi propia existencia.

Agradezco tu poesía por la gracia de la evocación.

Con afecto te abrazo.

Tristany Joan Gaspar escribió:Amigo Jvier has compuesto una poesía angustiosa en la que tú poeta te reconoces en el centro de esa angustia, pero como bien dices en el cierre final siempre queda la esperanza.
Esta poesía parece una especie de exorcismo, de sacarte demonios de dentro. Ha sido un placer leerla Javier.
Un abrazo amigo
Joan

Sí, mi estimado amigo, como bien dices, es un exorcismo, liberación, mostrarme tal cual soy, me siento, sangra la herida que nunca cicatriza...estos humildes versos son unos pequeños puntos de supura...placer el mío al encontrarte entre mis sentimientos. Un afectuoso abrazo Joan.

javi

Antonio Soto escribió:Tu poema, Javier Cañas Belmar, ha evocado en mi conciencia la memoria del universal poema de Cavafis llamado "LA CIUDAD". Lo leí en mi adolescencia, pero se quedó impreso en mi ser de un modo indeleble, como una marca de hierro espiritual en el alma, transformando mi percepción de la realidad y con ello, mi propia existencia.

Agradezco tu poesía por la gracia de la evocación.

Con afecto te abrazo.

Muchas gracias Antonio; me alegra verte entre mis sentimientos y dejarme tan enriquecedor y generoso comentario...acojo con sumo gusto tu abrazo...

javi