Sin mirarme
Publicado: Mar, 22 Ene 2008 13:35
Sin mirarme te sentás
disciplinada y sin pliegues
a mirarme.
Y lo hacés
como si fuera mi humanidad
una geografía inexplorada.
Absorta en tus ojos
no escatimás recorridos,
y te dejás llevar
por esa necesaria atención
que te brota incandescente
desde cada uno de tus poros.
Cada partícula de tu mirada
se me dedica y entrega,
me escudriña y alisa.
Y me mirás sin deseos particulares
ni visiones generales,
me mirás como un conductor
mira al frente,
como una madre
al cruzar la calle,
como el techo a tu espalda.
No sé que artificios disimulados
tenés encerrados
en tu arte de mirar,
pero el verano que queda,
-pedaleando-
en mis ojos que te espían,
es un destello fulminante
que me ciega de injusticias.
Me mirás
como un ciego a la vida,
como un poeta
la hoja en blanco.
Y no existe entre tus pupilas
clase alguna de sentencia,
inteligencia o reflexión.
Sólo me mirás,
como un mimo
a su pared invisible,
como el piso, irreverente,
a tu falda.
Me mirás como excusa
de no encontrar algo más interesante,
y lo hacés con la convicción
de no estar perdiendo el tiempo,
con la frente tranquila
y con el sueño encendido.
Y si acaso yo te miro
y vos conseguís notarlo antes,
entonces girás,
y tu media sonrisa cabizbaja
- indisciplinada, de reojo,
sin que lo sepas-
me cuenta lo mismo que tu mirada.
Christian Cejas.
disciplinada y sin pliegues
a mirarme.
Y lo hacés
como si fuera mi humanidad
una geografía inexplorada.
Absorta en tus ojos
no escatimás recorridos,
y te dejás llevar
por esa necesaria atención
que te brota incandescente
desde cada uno de tus poros.
Cada partícula de tu mirada
se me dedica y entrega,
me escudriña y alisa.
Y me mirás sin deseos particulares
ni visiones generales,
me mirás como un conductor
mira al frente,
como una madre
al cruzar la calle,
como el techo a tu espalda.
No sé que artificios disimulados
tenés encerrados
en tu arte de mirar,
pero el verano que queda,
-pedaleando-
en mis ojos que te espían,
es un destello fulminante
que me ciega de injusticias.
Me mirás
como un ciego a la vida,
como un poeta
la hoja en blanco.
Y no existe entre tus pupilas
clase alguna de sentencia,
inteligencia o reflexión.
Sólo me mirás,
como un mimo
a su pared invisible,
como el piso, irreverente,
a tu falda.
Me mirás como excusa
de no encontrar algo más interesante,
y lo hacés con la convicción
de no estar perdiendo el tiempo,
con la frente tranquila
y con el sueño encendido.
Y si acaso yo te miro
y vos conseguís notarlo antes,
entonces girás,
y tu media sonrisa cabizbaja
- indisciplinada, de reojo,
sin que lo sepas-
me cuenta lo mismo que tu mirada.
Christian Cejas.