Editorial Alaire

Tan sólo un folio en blanco.

El lobo no sigue el rastro discontinuo,
al Hombre: antorcha
que se apaga al descubrir
el refugio de Parzival;

una mirada oscura
que palidece la noche
cuando el aullido se despoja
del suicidio que aún respira:

vertical que desmiembra la sombra;
(y desnudo queda el miedo)

tan sólo un folio en blanco
para esculpir las voces,
toda una vida,
mi sombra;

la existencia que desvisten tus labios.

Volcán de palabras,
cenizas
que se esfuman en el tiempo;
como el humo;

se disipa el fantasma
que ya no mira al espejo.

Quedó desnudo el instante;

¡ya!.

Una mirada dibuja
los pálidos paisajes de la noche.

Invierno
que acaba entre vértices y aristas,
las estepas del exilio:

vacío que estrecha
la curvada silueta de tu nombre;
la arquitectura del instante,
el secuestro del aullido;
sombra
pálida de la noche
que no encuentra refugio.

Hola compañer@s,

este poema resulta un poco más flojillo, pero ¿ debo por ello dejarlo atrás?. Yo creo que no, pues sea bueno o menos bueno, forma parte de mí, de uno de esos instantes que en la suma resulta la vida que no es más que la brevedad de la aspiración del Hombre, que intenta hacer de ella un momento único.

Bienvenido, amigo Dan, esperemos que te sientas a gusto entre nosotros.
Será un placer intercambiar poesía contigo.
Recibe un cordial saludo.