Editorial Alaire

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Cómo me ha gustado esta afluencia de confesiones poéticas, de nidos/palabras que tocan el amor por los cuatro costados. Ese final evaporado en verdad pulcra, en viril acepción del mundo, me ha conmovido hasta los tuétanos!!!

Aplausos, querido Poeta!

Y un abrazote también.

Hallie

El poema es una preciosidad... Y está lleno de ternura...

Me ha encantado.

Un beso,

Carmen

Que su verdadera cualidad no son sus tetas inolvidables,
sino la paciencia para aceptar mi inutilidad
en general y en particular, cuando se trata de todo.
Porque es capaz de entender que no cabe en mí
la palabra infinito
o las ganas de simplificar su vida,
y que a cambio, le canto por las noches,
digo su nombre cuando estoy encima de ella
y la escondo del mundo en mi pecho.
Sabe que me cuesta esperar a que regrese
al planeta de inseguridades donde vivo,
pero hoy, la espero hasta la madrugada,
aunque vuelva durmiéndose
aunque vuelva sin querer saber de mí
aunque no vuelva.

Un poema precioso, Martín, y sobre todo esta parte que destaco una auténtica y hermosa declaración de amor impreganada de cariño y ternura, aunque no vuelva.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Gracias, Hallie, por tu visita, por tus amables palabras a lo que escribí.

Un abrazo.

Martín Desormeaux.-

Un gusto tu visita, Carmen, gracias por tan generoso comentario.

Un abrazo.

Martín Desormeaux.-

Gracias, Ana, por tu amable presencia y lectura hacia el texto.

Saludos cordiales.

Martín Desormeaux.-

Hermosa historia. Un placer leerte
Un abrazo
Pilar

Gracias, Pilar, por venir a leerme.
Te dejo un abrazo.

Martín Desormeaux.-

Y cómo se ma había pasado a mí esta joyita llena de urgente pasión, sensualidad a paladas, pero sensualidad de la buena, alejada de las ridiculeces sensibileras al uso.

Un fuerte abrazo, querido amigo

Gracias, J.J., por detenerte y dejarme tus palabras.

Te mando un cordial saludo.

Martín Desormeaux.-