Editorial Alaire

"¿Quería éste persuadir a la pobre mujer –que se resistía y aún era sólo a medias su víctima– de que la apariencia exterior de la pureza no era más que una mentira, de que, si la verdad se revelara por doquier, una letra escarlata flamearía en muchos pechos además del de Hester Prynne?"
‘La letra escarlata’, Nathaniel Hawthorne

La más cara no oculta la vergüenza
cuando la felonía perpetrada
es tamaña, y no existirá soldada
que compre al espíritu y lo convenza

de que la iniquidad es la que trenza
los actos de una mente enajenada
cuando pierde la razón azorada
por un impulso ruin y sinvergüenza.

El pecado es una letra escarlata
que, coruscando en su pecho ominoso,
le recuerda la ignominia que le ata

a su pasado, marfuz y oprobioso,
con un dolor tan agudo que mata
el alma con un tormento espantoso.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

una parte del mundo se sigue mostrando puritano y borde señalando con el dedo a la otra parte; un cierre certero.

un abrazo compañero

.

Óscar Bartolomé Poy escribió:"¿Quería éste persuadir a la pobre mujer –que se resistía y aún era sólo a medias su víctima– de que la apariencia exterior de la pureza no era más que una mentira, de que, si la verdad se revelara por doquier, una letra escarlata flamearía en muchos pechos además del de Hester Prynne?"
‘La letra escarlata’, Nathaniel Hawthorne

La más cara no oculta la vergüenza
cuando la felonía perpetrada
es tamaña, y no existirá soldada
que compre al espíritu y lo convenza

de que la iniquidad es la que trenza
los actos de una mente enajenada
cuando pierde la razón azorada
por un impulso ruin y sinvergüenza.

El pecado es una letra escarlata
que, coruscando en su pecho ominoso,
le recuerda la ignominia que le ata

a su pasado, marfuz y oprobioso,
con un dolor tan agudo que mata
el alma con un tormento espantoso.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Parece que soy el primero Óscar, y es un placer. El poema es bellísimo y agudo. Creo que es el primero que te leo con rima, y en ese sentido las encuentro bien dispuestas, sin forzar, ayudando a dar contundencia al contenido.
Lo del primer verso ¨ más cara ¨ me pareció muy original, va no sé si lo has querido así, supongo que sí.
El pecado, una vez realizado, deja un pequeño tumor en el alma que la va carcomiendo a medida que los años pasan. Como un gusano se come el interior de una manzana sin que ésta, por fuera, pierda su brillo.
Encantado amigo Óscar, siempre es un gusto venir a tus letras (escarlatas en este caso). Hay en ellas una irreductible vocación de belleza y profundidad.
Un abrazo.

Alonso de Molina escribió:una parte del mundo se sigue mostrando puritano y borde señalando con el dedo a la otra parte; un buen intento querido Oscar con un cierre certero.

un abrazo compañero

.

Aunque no se puede trasladar a nuestra sociedad el puritanismo de la Nueva Inglaterra que escribió Hawthorne, aún existen los prejuicios, las habladurías y los estigmas que queman en el pecho. No obstante, opino que no hay tribunal más severo para juzgar los pecados que la propia conciencia (para quien la tiene, claro está).

Este poema no es un intento; es un soneto. Saludos, Alonso, y gracias por estrenar el casillero de comentarios.

Profundo soneto sobre las conciencias, aunque hay pecados universales, la mayoría los hacemos personales
Un placer leerte
UN abrazo
Pilar

A veces, nos salpica tan de cerca que es imposible esconder la cabeza y aún así, buscamos la forma de salir indemnes del trance, pero nadie es completamente inocente. Un duro y bello poema que hoy me toca por cercanía especialmente.
Un abrazo, amigo Óscar.

Óscar Bartolomé Poy escribió:"¿Quería éste persuadir a la pobre mujer –que se resistía y aún era sólo a medias su víctima– de que la apariencia exterior de la pureza no era más que una mentira, de que, si la verdad se revelara por doquier, una letra escarlata flamearía en muchos pechos además del de Hester Prynne?"
‘La letra escarlata’, Nathaniel Hawthorne

La más cara no oculta la vergüenza
cuando la felonía perpetrada
es tamaña, y no existirá soldada
que compre al espíritu y lo convenza

de que la iniquidad es la que trenza
los actos de una mente enajenada
cuando pierde la razón azorada
por un impulso ruin y sinvergüenza.

El pecado es una letra escarlata
que, coruscando en su pecho ominoso,
le recuerda la ignominia que le ata

a su pasado, marfuz y oprobioso,
con un dolor tan agudo que mata
el alma con un tormento espantoso.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

El pecado es una letra escarlata ...

Un soneto bellísimo, Oscar, que dice mucho y dice muy bien. Un poema para disfrutar por lo bueno y para pensar. Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra.


Besos, mi cariño y admiración de siempre.

Fermín Lasarte escribió:

Óscar Bartolomé Poy escribió:"¿Quería éste persuadir a la pobre mujer –que se resistía y aún era sólo a medias su víctima– de que la apariencia exterior de la pureza no era más que una mentira, de que, si la verdad se revelara por doquier, una letra escarlata flamearía en muchos pechos además del de Hester Prynne?"
‘La letra escarlata’, Nathaniel Hawthorne

La más cara no oculta la vergüenza
cuando la felonía perpetrada
es tamaña, y no existirá soldada
que compre al espíritu y lo convenza

de que la iniquidad es la que trenza
los actos de una mente enajenada
cuando pierde la razón azorada
por un impulso ruin y sinvergüenza.

El pecado es una letra escarlata
que, coruscando en su pecho ominoso,
le recuerda la ignominia que le ata

a su pasado, marfuz y oprobioso,
con un dolor tan agudo que mata
el alma con un tormento espantoso.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Parece que soy el primero Óscar, y es un placer. El poema es bellísimo y agudo. Creo que es el primero que te leo con rima, y en ese sentido las encuentro bien dispuestas, sin forzar, ayudando a dar contundencia al contenido.
Lo del primer verso ¨ más cara ¨ me pareció muy original, va no sé si lo has querido así, supongo que sí.
El pecado, una vez realizado, deja un pequeño tumor en el alma que la va carcomiendo a medida que los años pasan. Como un gusano se come el interior de una manzana sin que ésta, por fuera, pierda su brillo.
Encantado amigo Óscar, siempre es un gusto venir a tus letras (escarlatas en este caso). Hay en ellas una irreductible vocación de belleza y profundidad.
Un abrazo.

No vas mal encaminado. Es el primer soneto que escribo. Quienes me hayan leído sabrán que no soy lo que se dice un defensor de la métrica y de la rima, ni de los cánones clásicos, pero me gusta experimentar, porque así es como se crece. Escribir un soneto, la verdad, no es muy difícil; escribir un buen soneto, donde las piezas (versos) no parezcan metidos a presión para encajar en el puzzle (poema), sí. Eso está al alcance de muy pocos.

Por supuesto, "más cara" es un calambur donde, además de a la apariencia y a la hipocresía, también aludo al peculio (de ahí que en el tercer verso se lea "soldada"), y es que hay cosas que el oro no puede comprar. Huelga decir que me encantan las figuras retóricas, y el soneto es un espacio ideal para hacer estos juegos de palabras.

No existiría la Justicia si todos los individuos de una sociedad tuvieran conciencia, pero claro, eso es mucho pedir, y más en una sociedad teleológica que sólo se mueve por intereses.

Me alegro de que veas belleza y profundidad en mis versos. Es lo que siempre busco y trato de transmitir.

Aunque no hayas sido el primero en llegar (por muy poco), te agradezco la visita. Un abrazo, mi estimado amigo Fermín.

Pilar Morte escribió:Profundo soneto sobre las conciencias, aunque hay pecados universales, la mayoría los hacemos personales
Un placer leerte
UN abrazo
Pilar

La conciencia es uno de mis temas preferidos, y 'La letra escarlata', excepcional y poética novela de Nathaniel Hawthorne, me daba la oportunidad de elaborar un soneto con tan buen material.

Gracias por visitarme. Saludos, Pilar.

Buen poema amigo Oscar.

Verdaderamente la historia del ser humano se podía analizar como el devenir de la hipocresía en todos los ambitos que le atañen: político, religioso o de simple relación entre los seres humanos; y quizá, de las tres, la más responsable de las tragedias de la humanidad sea la religiosa, en el momento actual en su máximo esplendor.

Un abrazo querido amigo.

"No obstante, opino que no hay tribunal más severo para juzgar los pecados que la propia conciencia (para quien la tiene, claro está). "

Estoy muy deacuerdo con esto que dices, Óscar, el problema es que hay demasiada gente sin conciencia, este mundo se rige más por los intereses que por la conciencia. Yo simplificaría lo que dice Ferreiro y me quedaría con "de simple relación de los seres humanos" porque independientemente de las creencias religiosas, ideologías políticas el que es hipócrita lo es sin más aditamentos. El poema es muy agudo y trata bien el tema. Un hermoso y acertado título.

Un beso que te llegue al corazón


Ana

MarRevuelta escribió:A veces, nos salpica tan de cerca que es imposible esconder la cabeza y aún así, buscamos la forma de salir indemnes del trance, pero nadie es completamente inocente. Un duro y bello poema que hoy me toca por cercanía especialmente.
Un abrazo, amigo Óscar.

Pues ya siento que te toque de cerca este poema, aunque, en cierto modo, nos toca a todos, porque todos somos actores en ese teatro que es la vida, y ser persona significa llevar una máscara puesta. El problema es llevar la máscara puesta a todas horas, y no quitársela ni para dormir, de modo que al final la persona se convierte en personaje. De otro lado, todos (pre)juzgamos a los demás sólo con la mirada. Como decía Oscar Wilde por boca de lord Henry Wotton: "Sólo los superficiales no se fijan en las apariencias".

Saludos, María, y gracias por visitar mis versos.

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Óscar Bartolomé Poy escribió:"¿Quería éste persuadir a la pobre mujer –que se resistía y aún era sólo a medias su víctima– de que la apariencia exterior de la pureza no era más que una mentira, de que, si la verdad se revelara por doquier, una letra escarlata flamearía en muchos pechos además del de Hester Prynne?"
‘La letra escarlata’, Nathaniel Hawthorne

La más cara no oculta la vergüenza
cuando la felonía perpetrada
es tamaña, y no existirá soldada
que compre al espíritu y lo convenza

de que la iniquidad es la que trenza
los actos de una mente enajenada
cuando pierde la razón azorada
por un impulso ruin y sinvergüenza.

El pecado es una letra escarlata
que, coruscando en su pecho ominoso,
le recuerda la ignominia que le ata

a su pasado, marfuz y oprobioso,
con un dolor tan agudo que mata
el alma con un tormento espantoso.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

El pecado es una letra escarlata ...

Un soneto bellísimo, Oscar, que dice mucho y dice muy bien. Un poema para disfrutar por lo bueno y para pensar. Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra.


Besos, mi cariño y admiración de siempre.

Siempre procuro escribir poemas que hagan pensar, Aubriel. Aunque me gusta cultivar la belleza de las palabras, no me olvido de la reflexión. Creo que muchos lectores lo agradecen. De este modo, un poema resiste más lecturas.

Tal como dices, todos somos culpables de condenar con la mirada, y luego con la conciencia, a los demás, incluso al inocente. Ahora bien, no hay que confundir las cosas, porque "juzgar" no es necesiariamente malo, ya que significa, literalmente, "formarse una opinión sobre algo o alguien"; es decir, tener criterio.

Un abrazo, mi estimada amiga, y gracias por dejarme tu opinión.

Óscar Bartolomé Poy escribió:"¿Quería éste persuadir a la pobre mujer –que se resistía y aún era sólo a medias su víctima– de que la apariencia exterior de la pureza no era más que una mentira, de que, si la verdad se revelara por doquier, una letra escarlata flamearía en muchos pechos además del de Hester Prynne?"
‘La letra escarlata’, Nathaniel Hawthorne

La más cara no oculta la vergüenza
cuando la felonía perpetrada
es tamaña, y no existirá soldada
que compre al espíritu y lo convenza

de que la iniquidad es la que trenza
los actos de una mente enajenada
cuando pierde la razón azorada
por un impulso ruin y sinvergüenza.

El pecado es una letra escarlata
que, coruscando en su pecho ominoso,
le recuerda la ignominia que le ata

a su pasado, marfuz y oprobioso,
con un dolor tan agudo que mata
el alma con un tormento espantoso.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Amigo Óscar:
Me congratulo de tus intentos con la enrevesada métrica. Un acierto el desarrollo del tema, con algunos encabalgamientos interesantes. Imagino que en el primer verso ha de leerse máscara, salvo que haya alguna otra intención con la expresión más cara, que se me escapa. Creo que el soneto, bueno en sí, sería mucho mejor si consiguieras revisar la acentuación de algunos versos que hacen la lectura un poco embarazosa, como en cuando pierde la razón azorada (acentuado en 7ª y con una sonoridad, quizás, excesiva por la proximidad del sonido zo )
Lo dicho, que me ha alegrado leerte en este tipo de métrica. Espero más.
Salud.

J. J. M. Ferreiro escribió:Buen poema amigo Oscar.

Verdaderamente la historia del ser humano se podía analizar como el devenir de la hipocresía en todos los ambitos que le atañen: político, religioso o de simple relación entre los seres humanos; y quizá, de las tres, la más responsable de las tragedias de la humanidad sea la religiosa, en el momento actual en su máximo esplendor.

Un abrazo querido amigo.

Ciertamente, las religiones han sido desde siempre un bastión de la hipocresía, aunque no creo que ahora estén en su máximo esplendor. Más bien, creo que están en franca decadencia, aunque todavía cuenten con apoyos sólidos. Eso sí, al "adaptarse" a los nuevos tiempos quizá hayan tenido que moderar ligeramente su mensaje reaccionario sólo en apariencia, y eso es un plus de hipocresía. Sea como fuere, las apariencias y el engaño abundan en todas las esferas de la vida pública y social, incluso en la privada. De otro lado, aunque en la novela de Hawthorne el pecado tenga una raigambre cristiana-protestante-calvinista, sus consecuencias son extensibles a cualquier sociedad, cualquiera que sea su credo e ideología. Basta con que exista un grado de conciencia.

Gracias por tu opinión, J. J. M. Ferreiro. Un abrazo, amigo.