Editorial Alaire

Óscar Distéfano escribió:

Mi risa desea no tener las calles asfaltadas,
rodar kilómetros hasta el silencio de una pradera,
en última instancia… el más hostil páramo del mundo
resistiendo el gruñido de los depredadores,
el banquete de las carroñeras e inmundas alimañas.

La tarde tiene esa inmensidad de los buses atestados,
los pájaros el color del cemento,
la lluvia sólo sacia la sed de las alcantarillas,
los párpados de los transeúntes se caen de metal
y el ruido de los motores ya no es asombro.

Mi esperanza es un taxi amarillo que se nutre de urgencias,
no tengo pizca de hambre, ganas de beber, necesidad de dormir.
La abstinencia y la vigilia
son formas de gozar el cansancio de mi cuerpo
para echarme a la noche sin fastidios en cualquier callejón.

Quiero ponerle chasis y ruedas a mi risa.

Ignacio Fajardo escribió:Y se lo pones con este poema. Le das cobertura y te alejas hasta la distancia que precisas, lejos de asfaltos y entre las alimañas.

Un saludo cordial

Ricardo Serna G escribió:Óscar Distéfano,

Muy bueno
el de ponerle
ruedas a la risa, querido amigo

te felicito

Un abrazo fuerte

Hallie Hernández Alfaro escribió:Óscar, qué gusto leeerte, un jueves feriado, por estas tierras bajas!

"Mi esperanza es un taxi amarillo que se nutre de urgencias,"

Me llevo esta línea brillante y total como la mejor compañía de hoy.

Un abrazo fuerte.

Hallie

Marian Ramentol Serratosa escribió:El entorno no es amable pero el poema sabe como echarse a la noche sin fastidios, con ruedas en la risa y ese magnífico chasis hecho de versos.

Un abrazo
MArian

La tarde tiene esa inmensidad de los buses atestados,
los pájaros el color del cemento,
la lluvia sólo sacia la sed de las alcantarillas,
los párpados de los transeúntes se caen de metal
y el ruido de los motores ya no es asombro.