Editorial Alaire

Como cada domingo
o día de visita
me quedaba sin pan
menos mal que llegaban los hijos
atravesaban lentamente las calles
hasta volver a casa
en donde esperaba atemporal
definitiva
con un plato de arroz entre mis manos
creía que la vida estaba hecha a domingos
como esos cobertores de telas discordantes
como esos libros tristes que perpetran a veces
como esas propagandas ficticias de la tele
y esperaba el domingo después de cada lunes
después de cada tarde solitaria
después de cada gesto despectivo
esperaba a los hijos mansamente
como se espera el viento
como se espera a Dios desde la tierra
esperaba de pie tranquilamente
la mesa bien servida y el corazón abierto
esperaba a los hijos que venían
atravesando calles sorteando peligros
acariciando perros vagabundos
que esperan cual las madres los domingos
como migas de pan
que arrojan los señores posesivos
que permite la ley
que manda Dios
(y si no qué más da que no lo mande)
esperaba a los hijos tercamente
como espera el labriego la cosecha
con los surcos abiertos
con las sienes mojadas por la espera
esperaba a los hijos
esperaba a los hijos.


(1995)

Y llegaban los hijos, querida Dolors, porque, tarde o temprano, los hijos llegan, esté o no servida la mesa, porque están unos brazos abiertos, llamando a cada uno por su nombre para que lleguen al regazo de la madre. Hermoso poema, lleno de ternura, e impregnado de la belleza que siempre otorgas a tus palabras. Un gran poema, la norma no se rompe.

Un gran abrazo, desde Ciudad de México.

José Manuel F. Febles

Tocado, Dolors, tocado. Hay amores eternos que parecen alumbrar los domingos y alumbran siempre y se llaman hijos. Tú los has nombrado, les has puesto versos a su manera de existir y yo los he vuelto a ver en tu poema, tu espléndido poema de amor y atardecida. Qué hermosa es la poesía cuando cae en tus manos que hasta los hijos nos parecen más hijos y los domingos más domingos. Lo dicho: tienes la virtud de tocar los corazones y con eso ya sería bastante. Aunque es mucho más..

Un beso.

Hola Dolors

Espero que los hijos llegasen, amiga mía, porque los hijos siempre vuelven al calor del hogar, incluso al pan del hogar paterno.
Me encantó como siempre pasearme por tus magistrales letras. Un abrazo.
Mario.

Hola, Dolors. Varias veces he leído el poema, y las misma veces me has emocionado. Mucho.
Me ha ocurrido también, en las varias lecturas, que hay unos versos que, de pronto, cuando la emoción es alta alta, parece que le priven de ella a los versos final del poema, bellísimos por cierto.

Te los he señalado en rojo, y seguramente yo no soy capaz de valorar la importancia que tienen en el poema. Así que no me hagas mucho caso.

El resto, como ya te he dicho, me ha emocionando muchísimo.

Un placer.


Blanca


después de cada tarde solitaria
después de cada gesto despectivo
esperaba a los hijos mansamente
como se espera el viento
como se espera a Dios desde la tierra
esperaba de pie tranquilamente
la mesa bien servida y el corazón abierto
esperaba a los hijos que venían
atravesando calles sorteando peligros
acariciando perros vagabundos
que esperan cual las madres los domingos
como migas de pan
que arrojan los señores posesivos
que permite la ley
que manda Dios
(y si no qué más da que no lo mande)
esperaba a los hijos tercamente
como espera el labriego la cosecha
con los surcos abiertos
con las sienes mojadas por la espera
esperaba a los hijos
esperaba a los hijos.

El poema es precioso... y está hermosísimamente trabajado, como todo lo que te leo...

Un placer,

Carmen

Es un regalo precioso poder leerte Dolors.

Un abrazo poeta grande.

Bienvenida Dolors, me alegra verte en Alaire.

"la mesa bien servida y el corazón abierto "

nada mejor que el corazón abierto
(el plato de arroz entre las manos tampoco desmerece)

emocionan tus letras

abrazo para ti

.

José Manuel, me pillas en unas malas horas en las que parece que todos los elementos están ensañándose, pero sigo queriendo a los amigos y sigo, s¡n casi fe en ella, amando la poesía. Al fin y al cabo, esta despendolada amiga nuestra, nada tiene que ver con los que la intentan apartar de su cauce ni con los hacedores de los enormes problemas de la vida real. La ilógica impera en todas partes, hasta el punto de que una teme quedarse hasta sin casa, por decirlo de un modo sencillo. Mi abrazo muy agradecido por tu constante apoyo y el de Ceccy y otros compañeros.

Me interesa lo que dices, querida amiga Dolors. Y lo siento.
Pero existe el invierno, es el poder de la misión del agua, al sur de la semilla,
lugar de floración del canto en celo, que sosiega las olas del Estigia.
Un gesto donde brama el caudal ignorado, la espuma de la vida.

Es difícil pensar que los ríos no menguan si un furor de nostalgia demoniza las horas,
castigo del artista, de su orilla romántica, la vil inanición de las sonrisas, látigo popular
del soñador, efluvio del ocaso, manantial detenido que vuelve de la piedra;
y está pidiendo asilo.

Así que aflora el desencanto envejece el poema.
Uf, pues, ahora que te conozco, no, no me hagas eso. Antes quisiera conocer el verso,
la voz, la palabra, el formato del agua en uno de los mejores autores que he tenido ocasión de leer, cuando he podido saberte.

El don de la palabra es la semilla,
lugar de floración del timbre en celo,
la sed del agua, suave maravilla
que ronda por el llanto hasta tu anhelo.

Tu poema, confín de caramelo,
incendiando tu voz y tu mejilla,
magnífica memoria en paralelo,
es la esencia venial de cuanto brilla.

En fin, es más cierto mañana que todos los pretéritos, serán pavesas
del brasero que sientas.
Felicidades por ese bellísimo domingo, a pesar de todo.
Un fuerte abrazo.

Val, siempre se palpa como una luz no estéril, como una fauna álgida cediédonos las alas, una tea incendiada que nos cede su relámpago y música, cuando se leen tus palabras.
Mi abrazo, amigo enorme, siempre.

Uno siempre se acerca a tus poemas preparado para mojar pan en la salsa ¡¡todo siempre está tan bueno!!
Eres una maestra en este oficio, me refiero al de poeta, no cocinera. Ese despliegue de imágenes sabiamente buscadas, donde la sugerencia lírica insiste en el mismo tema pero siempre desde un punto de vista diferente, de tal manera que el lector va recargando la batería de la conmoción, y enciende, se agita, corre…

Te felicito. Es un orgullo tenerte entre nosotros.

Bicos

Mi emoción es grande al leerte. Me has tocado la fibra más sensible
Un abrazo
Pilar

He aquí toda tu esencia Dolors, y es que hasta los perros, comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.

Maravilloso

Abrazos

Me alegra estar aquí, especialmente aquí

No hay duplicidad querida, no la hay
ERES UNICA E IRREPETIBLE
Dios te bendiga

Te quiero mucho
Ross