Editorial Alaire

Hoy no puedo morirme.
Lo siento, mas no tengo
tiempo para perderlo con tus pequeñas cosas.
He dejado inconclusas
mil emociones nuevas que no admiten demora,
ilusiones tardías que buscan en el alma
rincones donde asirse,
recuerdos que he logrado
rescatar ayer mismo de la esquiva memoria.

Aún debo mis disculpas
a varios conocidos a los que sin quererlo
herí con la torpeza de mi arrogancia altiva,
con el gesto iracundo
o la injusta palabra.
Aún debo aclarar cosas que a menudo me inquietan,
como si Dios existe
o la verdad es eterna,
si fue feliz mi vida, si mereció la pena
tribulaciones, llantos,
tanta renuncia expresa que atrás fuimos dejando.

¡Que no puedo morirme!
¡Me da igual si te empeñas!, tengo fechas pendientes.
Quiero ver como un día trepa la verde hiedra
que sembré la otra tarde a la sombra del patio.
Quiero saber si el nido del árbol de la plaza
que despobló el invierno,
se llena de gorriones allá por primavera.
Y tengo que decirle a mi mujer te quiero
más de doscientas veces,
todas las que el silencio de una manera absurda
me congeló en los labios;
y decirle a mis hijos
que es el amor quien dicta cada paso que he dado,
y saberlos felices en un mundo que luce
fanal de desencantos.

Tengo varios poemas a falta de unos versos,
un corazón que siente,
una mente que piensa,
y unos viejos oídos que esperan derretirse
cuando oigan la dulzura de la palabra abuelo.
Así que ya ves, muerte, no es el mejor momento.
Marcha y vuelve otro día,
cuando pase algún tiempo,
cuando me sienta inútil
y tenga el alma toda repleta de silencios.




Mario.

Tengo varios poemas a falta de unos versos,
un corazón que siente,
una mente que piensa,
y unos viejos oídos que esperan derretirse
cuando oigan la dulzura de la palabra abuelo.
Así que ya ves, muerte, no es el mejor momento.
Marcha y vuelve otro día,
cuando pase algún tiempo,
cuando me sienta inútil
y tenga el alma toda repleta de silencios.

Me has hecho sonreír. Magnífico, Mario. Aplausos.

Blanca

Mario Martínez,

"Y tengo que decirle a mi mujer te quiero
más de doscientas veces,
todas las que el silencio de una manera absurda
me congeló en los labios"

Cómo me han gustado estos versos. Mandas a la Muerte a paseo después de repasar tu vida y apercibirte de todo lo que te queda por hacer. Siempre he pensado que le escribimos a la Muerte para espantarla. Escribir es una manera de exorcizar el miedo que nos infunde.

Mucho me temo que Dios no existe, y qué decir de la verdad. Aunque no se escriba en mayúscula, es una palabra que nos viene demasiado grande, tanto o más que el mismo concepto de Dios.

Me permito hacerte una observación, con tu permiso: ¿la expresión "arrogancia altiva" no es un tanto redundante, un pleonasmo?

Me gusta esa vitalidad contagiosa de tus poemas. Larga vida, amigo Mario.

A mí, me has hecho llorar, porque tenemos un sentimiento muy parecido, y tengo muchas cosas pendientes antes de morir. Tú, querido Mario, lo has dicho de la única forma que se puede decir, EXTRAORDINARIA. Un poema de una calidad inmensa, con un toque de tristeza dulce, esa amiga que muchas veces nos acompaña. Te felicito en medio de un gran abrazo que vuela desde la Ciudad de México.

José Manuel F. Febles

Mario mi enhorabuena por tan excelente poema.

Tan humano,tan cerca,que toca el corazón. Recrearse en esas pequeñas cosas,La hiedra que crece,decirle a tu mujer que la quieres,tus hijos,la llegada de tus nietos... y que al final nos damos cuenta que en realidad son las cosas que realmente merecen la pena.
Todo ello con versos hermosos y sinceros,impregnados de amor y de humor.

Un canto a la vida que es un placer leer.

Un afectuoso saludo.

Y no puedes morir porque quedan muchos poemas para alegría de nuestras horas; y eso que me emocionaron estos versos.
Un abrazo
Pilar

hay que plantale cara a la vida, pero no menos a la muerte, qué se habrá creído la muy borde, que llega sin avisar.

bravo por tus letras


.

Me has hecho sonreír.


Gracias Blanca.
Hacer sonreir con un poema también es una gran cosa, amiga mía, no todo van a ser tristezas, que la vida de por sí ya nos da demasiadas.
me alegra que te haya gustado. Gracias por estar ahí.
Mario.

¡ Joroba Mario, qué manía con lo de morir¡¡
Yo no pienso ni hoy, ni mañana ni jamás de los jamases, me voy a quedar "pa siomiente de rábanos"
Así es que no lo sientas tnato, no te mueres y Santas Pascuas-
Abrazos en marino

Me gusta esa vitalidad contagiosa de tus poemas.

Gracias por decírmelo, Óscar, amigo mío. Eso, y la sencillez procuro que sean la base de mis versos.
En cuanto a las palabras reiterativas (arrogancia y altiva), puede que tengas razón y lo sean, pero quiza sea una forma de ahondar en lo que quería expresar, de todas formas, así quedará, ya que el poema ya fue publicado en una Antología. Gracias por decírmelo, compañero. Un abrazo.
Mario.

y yo que últimamente escribo sobre la muerte tanto...son dos enfoques distintos de como ver las cosas...en cualquier caso, me ha encantado este desplome de sentimientos, narrados con TODA sinceridad...que no venga la muerte, pero si la franqueza de las personas, y aquí socio, te has desnudado...un abrazo colega Mario...

Mario, soberbio poema en el que repasas muchas de las cosas importantes de la vida que, a menudo, posponemos demasiado tiempo. El arte altísimo de tu dominio de la rima hace crecer estos versos con un ritmo envidiable, haciendo de la lectura una ocasión de gozo. El tema está muy bien tratado desde su inicio hasta ese final que nos recuerda -en otra clave- el "vuelva usted mañana" de Larra, solamente que dicho a la muerte y no por un funcionario de la vida. El tinte de ironía ayuda a subrayar la necesidad de vivir. Más que aplausos.
Salud.

Un poemazo amigo. Un gusto leerte.
Sludos

Gracias José Manuel, amigo mío, me alegra mucho que te haya gustado este poema en el que intento convencer a la muerte, cosa por otra parte bastante dificil. Un abrazo.
Mario.

Ya te lo han dicho todo, querido amigo Mario, los compañeros que cantan las excelencias del poema y yo estoy totalmente de acuerdo.
Ha sido un placer leerte este bellísimo trabajo. Felicidades.
Te mando un fuerte abrazo.