Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:¿Cuántos relojes rotos
arena sobre la nada?
El viento oculta los primeros sonidos,
mientras se depositan sobre la piedra úteros vírgenes.
Las saetas corrieron hasta ceñirse al segundo del miedo
arropando la muerte bajo la espada y la lengua de la serpiente.
El sonido, la luz y el movimiento son los tejados de la duda
que llenaron el sentido de la búsqueda.

Los días asfaltaron nuestros pasos
y hemos perdido la primera nota.
Bailamos con zapatos sobre placas de mármol
para huir del secreto de las lágrimas.
Olvidamos danzar desnudos la vibración de la voz eterna
y ocultamos con sedas la piel de la verdad.

Nos han enloquecido los pasos del destino:
se oscureció la puerta del luto
y es tiniebla el ojo de la luz.

Irremediablemente, donamos la cabeza al verdugo del tiempo
que guarda el exilio perdurable de los cuerpos,
en un espacio que descifra la sombra
y hermana los pilares del templo.

Pilar Morte escribió:¿Cuántos relojes rotos
arena sobre la nada?
El viento oculta los primeros sonidos,
mientras se depositan sobre la piedra úteros vírgenes.
Las saetas corrieron hasta ceñirse al segundo del miedo
arropando la muerte bajo la espada y la lengua de la serpiente.
El sonido, la luz y el movimiento son los tejados de la duda
que llenaron el sentido de la búsqueda.

Los días asfaltaron nuestros pasos
y hemos perdido la primera nota.
Bailamos con zapatos sobre placas de mármol
para huir del secreto de las lágrimas.
Olvidamos danzar desnudos la vibración de la voz eterna
y ocultamos con sedas la piel de la verdad.

Nos han enloquecido los pasos del destino:
se oscureció la puerta del luto
y es tiniebla el ojo de la luz.

Irremediablemente, donamos la cabeza al verdugo del tiempo
que guarda el exilio perdurable de los cuerpos,
en un espacio que descifra la sombra
y hermana los pilares del templo.

Ignacio Fajardo escribió:Así es Pilar, el tiempo implacable y las oportunidades perdidas. Como no tiene remedio, gocemos lo que quede.

Un beso con caroño.

Blanca Sandino escribió:Deberíamos disfrutar cada día como si fuera el primero. El último llegará cuando sea, pero entre tanto, hay tantas cosas, tantas con las que disfrutar. Ahora, primavera, el campo es una medicina impagable para nuestros dolores físicos y espirituales. Luego, disfrutaremos de é, ya agostado, o del mar sobre la piel, la brisa y el sol dándonos ese colorcito tan atractivo. Después el otoño con sus colores azules, ocres, añiles, luego un poquito de frío en ese noviembre que no tiene mucho de que alegrarse, salvo de dar paso a Diciembre, a esos momentos en familia, a las risas -o el llanto a solas para que nadie te vea-. Y de nuevo enero que trae consigo a los Reyes Magos. Y febrero tan cortito, y luego marzo, y de nuevo estaremos -como hoy- en abril.

Cada día, creeme Pilar, es nuevo, sólo tenemos que cuidar un poquitín de él, y algo más de nosotros.

Nostágia y quizá algo de temor, hacen un poema interesante. Sin duda que sí.

Blanca

Óscar Bartolomé Poy escribió:

Pilar Morte escribió:¿Cuántos relojes rotos
arena sobre la nada?
El viento oculta los primeros sonidos,
mientras se depositan sobre la piedra úteros vírgenes.
Las saetas corrieron hasta ceñirse al segundo del miedo
arropando la muerte bajo la espada y la lengua de la serpiente.
El sonido, la luz y el movimiento son los tejados de la duda
que llenaron el sentido de la búsqueda.

Los días asfaltaron nuestros pasos
y hemos perdido la primera nota.
Bailamos con zapatos sobre placas de mármol
para huir del secreto de las lágrimas.
Olvidamos danzar desnudos la vibración de la voz eterna
y ocultamos con sedas la piel de la verdad.

Nos han enloquecido los pasos del destino:
se oscureció la puerta del luto
y es tiniebla el ojo de la luz.

Irremediablemente, donamos la cabeza al verdugo del tiempo
que guarda el exilio perdurable de los cuerpos,
en un espacio que descifra la sombra
y hermana los pilares del templo.

El transcurrir del tiempo, uno de los temas que más literatura, y poesía, ha generado. En tu poema el paso inexorable de los días cae como la arena del reloj que cuenta la duración de nuestras vidas. En mi opinión, el inicio del poema es renqueante, pero a partir de la segunda estrofa se pone a tono, gracias a unas imágenes muy logradas, y cito: "Los días asfaltaron nuestros pasos y hemos perdido la primera nota".

Me queda una duda: ¿al final del primer verso no tendría que haber una coma?

Saludos, Pilar.

Aubriel Camila de la Prad escribió:

Pilar Morte escribió:¿Cuántos relojes rotos
arena sobre la nada?
El viento oculta los primeros sonidos,
mientras se depositan sobre la piedra úteros vírgenes.
Las saetas corrieron hasta ceñirse al segundo del miedo
arropando la muerte bajo la espada y la lengua de la serpiente.
El sonido, la luz y el movimiento son los tejados de la duda
que llenaron el sentido de la búsqueda.

Los días asfaltaron nuestros pasos
y hemos perdido la primera nota.
Bailamos con zapatos sobre placas de mármol
para huir del secreto de las lágrimas.
Olvidamos danzar desnudos la vibración de la voz eterna
y ocultamos con sedas la piel de la verdad.

Nos han enloquecido los pasos del destino:
se oscureció la puerta del luto
y es tiniebla el ojo de la luz.

Irremediablemente, donamos la cabeza al verdugo del tiempo
que guarda el exilio perdurable de los cuerpos,
en un espacio que descifra la sombra
y hermana los pilares del templo.

Wow, Pilar! Casi no pude respirar mientras te leía, tal es la fuerza y la sucesión de las imágenes.
La segunda estrofa es magistral. Bueno, el resto no se queda atrás, pero la segunda me conmueve particularmente.
Un poema bellísimo.

Besos.

José Manuel F. Febles escribió:Al tema del tiempo le han salido fulgurantes figuras que tú, en tus poemas, has sabido encontrar. Excelente.

Un abrazo.

José Manuel F. Febles

carmen iglesia escribió:Nos han enloquecido los pasos del destino:
se oscureció la puerta del luto
y es tiniebla el ojo de la luz.


Hola Pilar,
Esa estrofa que te resalto es la que a mí, particularmente, más me gusta de todo el poema. Logras en ella esa "síntesis" que yo tanto valoro en poesía...

Cada uno tenemos nuestra particular manera de entender la palabra... hay quien goza extediéndola pero como, creo que tú sabes, no es mi caso... A pesar de eso creo que sé disfrutar del trabajo de los demás y lo respeto muchísimo... Todos andamos buscando... Y necesitamos a los demás para encontrar.

Muchas gracias.

Y un beso. Nos leemos.

Carmen