Editorial Alaire

Mi sueño
poca cosa
una placita con derramamiento de sol
garabatos de palomas y nenúfares
como en las novelas inglesas a ser posible
y árboles sin historial de suicidas jóvenes
ver pasar las horas a mi lado
sin rozarme ni vivirme demasiado
que los mendigos me escuchen
a cambio de pan y paciencia
que no me falte nunca algún saludo
de las nietas de mis ex novias
al pasar camino de la escuela
ver así que los días entendieron
esta rara manía de vivir acompañado
y que no se fue tan de vacío el tiempo
que alguien llame por teléfono
cuando las tardes muerden abatidas
con su dureza de nada o casi nada
que no me amenacen más los concejales
si se me olvida reciclar la basura
o rezar el padrenuestro antes de dormir
que pueda seguir leyendo versos sobre todo
y sobrevivir a los de mi quinta
para hablar bien de ellos a sus vecinos
que los médicos no me prohíban
mirar cómo crecen las muchachas
ni tomar el vermú con algún republicano
que alguien me invite alguna vez
a festejar la libertad qué gran palabra
que Francoise y Joan no me olviden
porque yo las sigo amando
bonjour tristesse gracias a la vida

y que no me llamen más Vicente

Jo, lo has explicado tan bien que me dan ganas de pedirte que me guardes un sitio en el banco. Vale, prometo que te dejaré que me cuentes cómo eran tus ex, y que si tú no me llamas Clara ni Gloria ni Alba (nombres a los que yo respondo como si fueran míos, supongo que hay una cierta conexión), yo no te llamaré Vicente : )


Por cierto, un final a lo grande, que cualquiera de los grandes hubiera estado encantado de firmar.

Buen, buen poema, Valentín. Un placer leerlo.

Blanca

Valentin, gracias por tus versos. Me ha encantado la mirada que colocas sobre la vida y lo bien que lo plasmas en tus versos. Un abrazo, Eduardo

Valentin Martin,

Pensamiento, corazón y poesía
es vida que se llena de flores


Magnífico,

Un abrazo fuerte, querido amigo

Mi querido amigo, cuánto te comprendo , si esos deseos los tengo tan aprehendidos en el corazón
que parece me los has sacado con estos versos maravillosos. Gracias por mostrar tu corazón, llenos de tan gratos anhelos.

Un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

p.p.

No sé si en alguna ocasión, por error, sin duda, te he llamado Vicente...

Hola Valentín
Unos versos que buscan la cotidianidad de las cosas con excelente rítmo y acierto. Me gustó, yo también me veo en ese banco mirando como crecen las muchachas.
Un placer leerte, amigo mío.
Abrazos.
Mario.

Siempre, siempre, siempre... me emociona lo que te leo... Hay una enormísima sinceridad en tu poesía y una manera de ver y entender la vida que me parece preciosa y conmovedora...

Un placer, de verdad.

Carmen

Blanca, tu lectura enriquece el poema, tú enriqueces lo que escribo. Gracias por tu cálida acogida.

Un beso.

Magnifico poema lleno de una fuerza descomunal!

Felicitaciones y aplausos!!!!

Un beso grande.

Hallie

Eduardo, las gracias a ti, por supuesto. Nada es un poema sin la mirada del otro. Y gracias por tus palabras.

Un abrazo.

Absolutamente delicioso este poema Valentin.
Hay mucha ternura y mucho humor en tu mirar.

Enhorabuena, un cordial saludo.

Ricardo, un abrazo para ti también y mi gratitud de siempre.

José Manuel, gracias por tanta complicidad.

Un abrazo.

Caigo por estos versos tuyos esta mañana de abril, y veo ese sueño tuyo (que tu llamas poca cosa y yo llamo deseo razonable) como sombras chinescas del recuerdo futurible.
Se me antojan manchas de tintas en una postal caligrafiada con tu mejor letra. Y las manchas son el inconsciente razonado.
Qué decirte pues... que me encantó tropezarme con estas palabras, que me invtan a festejar la libertad, a recordar a los acompañantes, a dar los buenos días a la tristeza y dar gracias a la vida (cantando)... a sobrevivir.
Salud.

... y que no me llamen más Vicente,..........umm, vamos a ver... Vicente Martín... la verdad es que me suena, no sé de qué, pero me suena

Fuera ironías, que para fina ironía este poemazo, que con esa sorna que imagino recordando tu cara ahí, sentado en el sofá de la Residencia de Estudiante; digo que con esa sorna te imagino recitando y después mirando un poco tímidamente y de soslayo a ver si alguno por si acaso "la pescó".

Eso para leer y releer, y después apuntarme a la panda del vermouth para charlar e ironizar, consecuentemente, sobre los años vividos.

Un fuerte abrazo, querido amigo.