Editorial Alaire

Aun contables de tal concepto,
falaz invento de hombres
que no saben ver, mirar,
en este instante, yo
le pongo nombre al tiempo,
asumo el reto de mancillar
con palabras lo invisible,
la idea que, en fugaz relámpago,
espontáneo, golpea mi cabeza,
espolea mis manos,
obligándome a martillear el teclado,
adueñándose de estos versos.

Regreso al lugar,
al espacio, al momento,
donde siempre estuve,
de donde nunca partí...

ciudad encantada
erigida por la esperanza,
cimentada por la férrea voluntad,
la de un hombre
que soñó, sueña, siempre soñará
con manos artesanas,
hacer de lo imposible
la realidad de lo intangible.

Parto al lugar donde bebí
su aliento imperecedero,
donde me sumergí
en negros agujeros,

adentrándome entre las estrellas,
navegando entre olas
de tinieblas,

al encuentro de la luz
que alumbró, cegó,

por siempre,

mi destino.

Sube de la Sala de Espera.

A este hombre que soñó, sueña y soñará no puedo menos que aplaudirlo.
¡Qué hermoso poema, Javi!

Un beso enorme.

aubri (con gafas )

Aubriel Camila de la Prad escribió:A este hombre que soñó, sueña y soñará no puedo menos que aplaudirlo.
¡Qué hermoso poema, Javi!

Un beso enorme.

aubri (con gafas )

Gracias mi querida amiga por leerme y dejarme tan generosas palabras hacia mis humildes versos...el eco de esos aplausos retumban en mi mirada....un besazo..me encantas con gafas

javi