Editorial Alaire

Porque ya nadie me dice te quiero en francés
y el olor a vainilla aún me la pone dura.
Te echo de menos.

Al otro lado de la línea telefónica:
pi...pi...pi...pi...pi...
siempre está comunicando
odio esa maldita melodía.

Ayer abrí la caja de galletas,
la de chocolate,
no la otra con fibra de no se qué,
alli guardo tus fotos,
estás tan guapa siempre,
esa en la que pareces una sirena desahuciada,
con tu bikini rosa
y el tatuaje besándote el pezon derecho
es mi favorita.
Ella es la culpable de que cuando veo el mar
me acuerde tanto de ti,
- ¿ Sabes?
se me mete por la nariz un olor a salitre
y luego me invade el pecho,
cuando suspiro me quedo vacío,
como si tuviera un hueco a la medida de tu espacio.

Pi...pi...pi...pi...pi
Sé de alguien que con dos pastillas de colores
podría bailar este sonido hasta el amanecer,
pero yo no,
las mías son blancas,
tienen un nombre extraño
si lo pronuncias todo seguido
parece que estás invocando al diablo.
Son para la ansiedad creo,
no se, yo me noto igual,
quizás menos ausente.
Más conmigo.

También el psicólogo vio la foto.
- Joder haber empezado por ahí. Dijo.
Me duplicó la medicación y acto seguido
sin apartar la vista de tus ojos soltó:

- Tú no estás loco, los locos son ellos,
yo, todos.
Pero tu no. -

Eso ya lo sabía.
Total nada nuevo.

Ayer fui al cine con Jessica,
- ¿Recuerdas a Jessica?
Si la recuerdas como olvidarla,
ha crecido a lo ancho
pero ya sabes que yo siempre fui de curvas,
no tengo ni idea del nombre de la película
pero su boca sabía a chocolate con nueces.
Lo peor eran sus zapatos....
si ya se...mi puto fetichismo...
Lo siento. No empezaré otra vez.

Creo que son las palabras que más te he repetido.
"Lo siento".
Siempre era mentira.
Por inercia.
Ya sabes soy un hombre.

A veces sueño que aún estas aquí,
es lo más cerca que estoy de la felicidad...
y quería decirte una cosa importante,
diferente, acorde a lo que siento....

- ¿ Quieres oirla?..........
pi....pi....pi...pi...pi
no se que coño estoy haciendo
pi...pi...pi....pi...pi...

Nadie me escucha.

Ernesto perez,
Tus poemas tienen un estilo muy personal, y eso puede ser bueno o malo, porque siempre existe el riesgo de repetirse. Está fuera de toda duda que con tus historias de amor, sensibles aunque recubiertas por un barniz mundanal, atrapas la atención del lector, y eso es un punto a tu favor. En cierto modo, y como ocurre con las películas de Woody Allen, tus poemas son un reflejo de la neurastenia de esta sociedad donde priman el egoísmo y la soledad.

Saludos, Ernesto.

Me encanto ese sarcasmo y cinismo, un gusto, saludos

No creo que tus historias sean tan mundanas... o sí... todos somos mundanos, afortunadamente... Atrapan, claro que sí... No las cambio por casi nada... Sé que me gusta lo que haces y que lo disfruto... Y que admiro tu voz porque me parece auténtica. Que me gusta mucho, vamos.

Un beso,

Carmen

Ernesto, se me ha hecho un nudo en la garganta sintiendo todo el poema.

Uff un abrazote y vuelvo después, si?

Hallie

odio los móviles, casi que te entiendo, me encanta el principio que ya invita a leer, he leído todo el poema con una sonrisa tristona, melancólica, me gusta esta forma de decir tuya,te robo una galleta de chocolate...

un abrazo Ernesto