Editorial Alaire

Oh negra ausencia, o enigmática
ausencia de los vivos, donde se escriben,
en refinada liturgia de la tarde, antífonas
de odio, o amor, sobre la tierra, porque
bajo el palio del ocaso, retornas hombre
y cuando la fiebre me sube por los pulsos
como un lobo al acecho nos acosas
y todo en la piel se hace pasión que hiere.

Desde el tiempo, regresas hasta aquí,
tú que habitas las estrellas y entregas
su luz para la noche y sientes el frío
de la luna cuando a la intemperie duerme
mi soledad que por el filo del alba se desangra.

Sin pedir permiso, sin avisar, llegaste
a dejarnos tu risa candeal, tu voz de trigo,
y las manos sembrando en los temperos
la cosecha que en la palabra ha granado.
Ignoro si cuando te marches habrá vacío,
si a la garganta subirá de nuevo la congoja
e insurgente se mostrará otra vez la sangre
y reclame esa libertad que de vejez muere.

Yo, mientras, te sigo convocando a un ritual
de utopías gastadas y versos prohíbidos;
acércate y verás cómo desfallece el mar,
y cómo llora, cuando sus diálogos de sal
escuecen a perpetuidad en mis heridas.

Llego, paisano, a abrir las lecturas de este poema tuyo lleno de ímpetu y lírica queja y oración desesperada. No es que espere redentores para este mundo, pero leerte me ha sentado bien, Rafael.
Salud.

Rafael Valdemar,
Hay una sutil noción del pecado y la redención en este poema expiatorio que quizá encuentre en la Semana Santa su razón de ser. Aunque no soy creyente, he disfrutado de sus imágenes, en especial del "palio oscuro del ocaso". Hay una errata: "llegaste a dejarnos".

Saludos, Rafael.

Gracias Julio por pasarte por mis versos y dejar constancia de ello

Saludos

Raf.

Me ha gustado leer "Llegastes", hoy, día de Viernes Santo. Yo sí soy creyente, pero no espero un redentor porque estoy segura de que fui redimida en su momento, aun cuando, oficialmente, no ocurrirá hasta las tres de la tarde. Cuando era adolescente pensaba en que ya no había remedio, hiciera lo que hiciese, no serviría de nada. He tenido que crecer un poquitillo (interiormente porque lo que es exteriormente, no ha dio mucho, la verdad), para entender que cada año tengo una nueva posibilidad de adelantarme al buen ladrón, de 'robarle' el sitio.

Gracias.


Blanca

Oh negra ausencia, o enigmática
ausencia de los vivos, donde se escriben
antífonas de odio o amor sobre la tierra
en refinada liturgia de la tarde. Bajo el palio
oscuro del ocaso, aquí retornas hombre
y cuando la fiebre me sube por los pulsos
como un lobo al acecho nos acosas
y todo en la piel se hace pasión que hiere.

Hola Rafael

Unos alejandrinos de lujo, estos que nos dejas, amigo mío.
Con evocaciones a la Semana Santa, a la redención y al pecado.
Me ha gustado, compañero. Un abrazo.
Mario.

Gracias Oscar por pasarte por mis versos y dejar constancia de ello

Saludos

Raf.

Blnaca gracia spor pasarte por mis versos y dejars constancia de ello

Saludos

Raf.

Mario gracias por la lectura del poema y por dejar constancia de tu paso

Saludos

Raf

Tu poema es hermoso
Un abrazo
Pilar

Hago una magnífica y detenida lectura de tu poema, que me lleva a una profunda meditación. Has logrado comunicar con extraordinarios versos un sentimiento hacia el mañana que ha de llegar para todos. Quiéralo Él, que sea en el mejor de los momentos. Me he sentido a gusto, muy a gusto en este poema. Mi felicitación la incluyo, en un fraternal abrazo.

José Manuel F. Febles

Pilar gracias por pasarte por mis versos y dejar constancia de ello

Saludos

Raf.

Rafael: Bravo, excelentes letras, de lo mejor que lei en alaire.
javier

José Manuel gracias por la lectura del poema y por dejar constancia de tu paso.

Saludos

Raf.

Rafael Valdemar,
Magnífica poesía, querido amigo

me da gusto estar aquí


Un abrazo fuerte