Editorial Alaire

me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez

hay una música escurridiza
que relame mi espalda
(a falta de vértigo)
y acaricia mis piernas
con su ritmo curvilíneo,
tratando de amputar
el desequilibrio perfumado
de las ideas que no combinan con mi pelo

pero siempre
me queda algo de sal en solapa,
relámpagos calientes para reavivarme
y vientos interiores para barrer
los sedimentos agrios que
-por error- se asilaron en mi almohada

entonces reconozco
que simplemente me alcanza
con un doblez de la tarde:
un pequeño espacio / un diminuto tiempo
en el que pueda levantar mis párpados
(despertar mis sentidos)
y contemplar
la parcela de suelo que me sostiene
y el infinito de cielo que me libera.

me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez

El comienzo atrapa. Sigues leyendo, y cuando llegas al final estás muy contenta de haberte dejado atrapar.

Buen poema, Paula, y un título que a mí me gusta.

Blanca

paula varela escribió:me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez

hay una música escurridiza
que relame mi espalda
(a falta de vértigo)
y acaricia mis piernas
con su ritmo curvilíneo,
tratando de amputar
el desequilibrio perfumado
de las ideas que no combinan con mi pelo

pero siempre
me queda algo de sal en solapa,
relámpagos calientes para reavivarme
y vientos interiores para barrer
los sedimentos agrios que
-por error- se asilaron en mi almohada

entonces reconozco
que simplemente me alcanza
con un doblez de la tarde:
un pequeño espacio / un diminuto tiempo
en el que pueda levantar mis párpados
(despertar mis sentidos)
y contemplar
la parcela de suelo que me sostiene
y el infinito de cielo que me libera.

El poema mantiene un extraordinario ritmo de principio a fin, pero brilla con luz propia en los primeros y en los últimos versos, especialmente en estos últimos, donde haces una panorámica de la tierra al cielo, de la pequeñez a la infinitud.

Saludos, Paula.

Blanca Sandino escribió:

me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez

El comienzo atrapa. Sigues leyendo, y cuando llegas al final estás muy contenta de haberte dejado atrapar.

Buen poema, Paula, y un título que a mí me gusta.

Blanca

Que te llegue mi abrazo, Blanca... allá donde estés.

Óscar Bartolomé Poy escribió:

paula varela escribió:me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez

hay una música escurridiza
que relame mi espalda
(a falta de vértigo)
y acaricia mis piernas
con su ritmo curvilíneo,
tratando de amputar
el desequilibrio perfumado
de las ideas que no combinan con mi pelo

pero siempre
me queda algo de sal en solapa,
relámpagos calientes para reavivarme
y vientos interiores para barrer
los sedimentos agrios que
-por error- se asilaron en mi almohada

entonces reconozco
que simplemente me alcanza
con un doblez de la tarde:
un pequeño espacio / un diminuto tiempo
en el que pueda levantar mis párpados
(despertar mis sentidos)
y contemplar
la parcela de suelo que me sostiene
y el infinito de cielo que me libera.

El poema mantiene un extraordinario ritmo de principio a fin, pero brilla con luz propia en los primeros y en los últimos versos, especialmente en estos últimos, donde haces una panorámica de la tierra al cielo, de la pequeñez a la infinitud.

Saludos, Paula.

Óscar, te agradezco mucho la generosidad de tus palabras, me alegran!

un beso!

paula varela escribió:me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez .......................




.................y contemplar
la parcela de suelo que me sostiene
y el infinito de cielo que me libera.

Destaco estos versos de tu poema, por destacar algo, como si del infinito se pudiera entresacar otro infinito. Me parece magnífico al completo. Un abrazo

juan delgado escribió:

paula varela escribió:me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez .......................




.................y contemplar
la parcela de suelo que me sostiene
y el infinito de cielo que me libera.

Destaco estos versos de tu poema, por destacar algo, como si del infinito se pudiera entresacar otro infinito. Me parece magnífico al completo. Un abrazo

Juan, gracias por este inmenso comentario.

un abrazo.

Paula