Editorial Alaire

Cola de Pavo




Escribo como quien detiene el mundo

Pero no.



Y desde que amo escribo en espumas, o por colas que se arrastran sobre la arena

Y de tal modo


Escribo


Que sólo queda de mí la saliva luminosa que explota, los deseos, el aire de la cabeza.


Peso lo que pesa el féretro para el sueño

?no pruebo bocado como mandando

Y a veces me quedo frente al televisor frío hasta la aurora.


Lloro menos, salto por la casa como un ser sin huesos o la caricatura de una esponja.

Todo transcurre a diez centímetros, dorado, masónico, irredento


Pero no.


Rafael Teicher

Estoy ante un poema enorme; me deslizo en su corriente faraónica y nítida. Las últimas tres líneas son capaces de rotar una vez más el paso de la tierra.

Me ha llegado muy dentro ese transcurrir masónico.

Felicitaciones y un abrazo muy fuerte,

Hallie

Me chifla tu forma de nombrar las cosas, no sé si deteniendo el mundo, pero sí marcando el territorio con las palabras y algo más, pero sí, algo más, ese amor inmenso de escribir en las colas del cuerpo y parar a la cabeza un instante, ésa que dice placer y construye puentes que no se atraviesan, en tu prosa poética atraviesa los puentes, te arriesgas. Petons.