Editorial Alaire

Las hojas no escritas

-Descubro al actor que hay en mí-

Yo, con cólera y envidia en silencio;
con rabia, con mi voz -como mujer-
despierto deseando
la música que acaricie mi rostro,
los latidos de mi alma que nadan
en soplos y burbujas inválidas,
en la jauría de levaduras subterráneas
sin batalla, sin brasero;
a oscuras despierto demente,
con las hojas no escritas,
con el mudo sustento que vigila
el llamado del sueño perdido
con muros que se romperán
en las sedientas manos de lo desconocido,
con los párpados de cementerio
que descubren que la muerte
no acepta el conjuro de su cuerpo;
abro el canto insistente
de mariposa en olas de guirnaldas
con la bilingüe raíz y follaje
en la transparente jaula
del tigre transformado.

Siento el tiempo pasar, vivo,
con el rumor de la noche,
con el sudor del viento,
con la llaga en la espada, sin moverme.

soy de la opinión que todos llevamos dentro un actor, un payaso y un equilibrista, que por llevar dentro llevamos hasta algún obispo disimulando en alguna de nuestras psiques, porque somos dobles de nosotros mismos, lo que somos, lo que quisiéramos ser, y lo que ya sabemos que nunca seremo, y cuestan tales aceptaciones:

"con los párpados de cementerio
que descubren que la muerte
no acepta el conjuro de su cuerpo"


aplaudo tu inspiración don Ricardo

un fuerte abrazo compañero

.

Buen poema Ricardo, eres sin conocerte creo un señor.
saludos
javier

Pues sí, Ricardo, necesitamos un actor y muy bueno, que convierta esos momentos difíciles, duros, intolerables que algunas veces nos toca vivir, en una buena 'representación'. Seguramente su existencia responda a la necesidad vital de sobrevivir. Por suerte para nosotros, creo, no le permitimos que viva por nosotros los momentos felices.

Un placer.

Blanca

con los párpados de cementerio
que descubren que la muerte
no acepta el conjuro de su cuerpo;

Ricardo Serna G escribió:Las hojas no escritas

-Descubro al actor que hay en mí-

Yo, con cólera y envidia en silencio;
con rabia, con mi voz -como mujer-
despierto deseando
la música que acaricie mi rostro,
los latidos de mi alma que nadan
en soplos y burbujas inválidas,
en la jauría de levaduras subterráneas
sin batalla, sin brasero;
a oscuras despierto demente,
con las hojas no escritas,
con el mudo sustento que vigila
el llamado del sueño perdido
con muros que se romperán
en las sedientas manos de lo desconocido,
con los párpados de cementerio
que descubren que la muerte
no acepta el conjuro de su cuerpo;
abro el canto insistente
de mariposa en olas de guirnaldas
con la bilingüe raíz y follaje
en la transparente jaula
del tigre transformado.

Siento el tiempo pasar, vivo,
con el rumor de la noche,
con el sudor del viento,
con la llaga en la espada, sin moverme.

Un gran cierre. El poema cobra una fuerza inusitada a medida que avanza. Los versos "con el rumor de la noche, con el sudor del viento" acarician la sensibilidad de cualquier poeta. También me ha gustado mucho el verso "con la bilingüe raíz y follaje". Está claro que todos llevamos un actor dentro, y que siempre estamos interpretando un papel en el teatro de la vida.

Saludos, Ricardo.

Pero a pesar de todo a pesar de todo ese oro calcinando hojas de antaño

escribes poesia con la convicccion de estar viviendo.

Un placer amigo, grandes versos.

javierdicenzo80 escribió:Buen poema Ricardo, eres sin conocerte creo un señor.
saludos
javier

gracias, querido amigo

Un abrazo fuerte

Blanca Sandino escribió:Pues sí, Ricardo, necesitamos un actor y muy bueno, que convierta esos momentos difíciles, duros, intolerables que algunas veces nos toca vivir, en una buena 'representación'. Seguramente su existencia responda a la necesidad vital de sobrevivir. Por suerte para nosotros, creo, no le permitimos que viva por nosotros los momentos felices.

Un placer.

Blanca

con los párpados de cementerio
que descubren que la muerte
no acepta el conjuro de su cuerpo;

Gracias, querida amiga


Un beso fuerte