Editorial Alaire

"Es la razón para seguir soñando,
una bendita puerta a la esperanza"


La sonrisa de un niño



Cuando sonríe un niño,
se encienden mil luceros
en el oscuro cielo,
y hay como un aleteo
de mil palomas blancas
que conmueven el alma
de aquél que lo contempla,
su corazón aumenta
preñado de ternuras,
y mil lágrimas puras
en su mirada tiemblan.

Cuando sonríe un niño,
se contagia su gozo,
se remueven los posos
de nuestra propia infancia,
y tenemos constancia
de aquél lejano embozo
que un día nos cubriera,
y del pecho que diera
en calor y alimento,
ese feliz contento
que repetir quisieras.

Cuando sonríe un niño,
en su risa inocente
sonríe la mañana,
que dichosa se hermana
con la luz del estío,
el calor gana al frío,
y el río de la mente
que arrastra las ideas,
se convierte en torrente
de recuerdos ausentes
y sensaciones nuevas.

Cuando sonríe un niño,
se hace tan grande el mundo
como su propia risa,
se detiene la prisa
la fracción de un segundo,
y se vuelve fecundo
el más seco desierto;
en sus ojos despiertos
de mirar que embelesa,
hay toda una promesa
de horizontes abiertos.

Cuando un niño sonríe
es la Vida quien ríe,
y nada es imposible;
la magia se hace humana
y sus labios ventana
de la expresión más libre.
En su alegre inocencia
sedienta de cariño,
es Dios quien le hace un guiño
a nuestra ruin conciencia,
cuando sonríe un niño.

Los niños tienen la cualidad de no permanecer jamás estáticos, y es maravilloso ver cómo oscilan los estados anímicos entre mopmento y momento. Siempre he creído que la verdad la detentan ellos, y la tuvimos nosotros en algún momento. Luego, las costumbres sociales nos enseñaron a "sufrir con dignidad" como decía alguien, a reprimirnos y esconder nuestra verdadera cara, crear una altera para jugar ese juego de los adultos, hasta que lo que se sentía real desapareció en medio de tanto constructo nefasto.
El caso es que los niños sufren pero no permanecen solamente en ese estado (salvo excepciones), ellos son, verdaderamente, más fuertes que nosotros.
Siempre que estoy en el salón de clases junto a ellos (más si son muy pequeños) dejo de lado esas cosas que me distraen y me lastiman del afuera y solo me concentro en ellos porque, si algo saben, es captar la atención y mantenernos ocupados.
El mundo es tan simple cuando somos pequeños...¿realmente mejoramos la convivencia al erigir tantas leyes? Coprendo que son necesarias para la organización de las naciones pero...¿por qué cada vez más personas sufren y caen en depresiones agudas? Las tasas de suicidio y desesperanza respecto al futuro es alarmante....
No creo en la anrquía pero, definitivamente, no creo en lo que hemos heredado.
Disculpe si me fui de tema...su poema es adorable y, ojalá pudieran sonreir todos lo niños, incluso aquellos que viven desnutridos o que son víctimas de violencia doméstica.
Saludos, caballero.
.:Tati:.

Mario Martínez,
Hermoso canto a la inocencia. El poema va a más, encontrando en las dos últimas estrofas su máxima expresión poética. Tus versos rebosan de calidez y ternura. Me gusta la paronomasia risa/prisa y el fragmento: "se vuelve fecundo el más seco desierto". La rima, como siempre, muy trabajada.

Saludos, Mario.

[quote="Mario Martínez"]"Es la razón para seguir soñando,
una bendita puerta a la esperanza"


Pues sí, es la razón para seguir soñando.

Los niños no están tan 'maleados', o modelados, como nosotros, por eso, su sonrisa es más sonrisa, y su dolor aún más dolor. Todo lo muestran como lo sienten: al natural.

Bello poema, Mario.

Blanca

Hermoso, Mario!
La sonrisa de un niño es como un sol que lo ilumina todo.
Me encantó leerte.

Besos.

Siempre que estoy en el salón de clases junto a ellos (más si son muy pequeños)

Por lo que adivino que puedes ser maestra, amiga Maika. Mi hija también lo es.
Me alegra mucho que te haya gustado y tienes razón, ojala que ningún niño perdiese nunca la sonrisa. Abrazos.
Mario.

Gracias, Óscar. Me alegra mucho que te haya gustado. Un fuerte abrazo.
Mario.

Hola Blanca

Los niños no están tan 'maleados', o modelados,

Y quien pudiese mantenerlos siempre así.
Me alegra que el poema te haya gustado, amiga mía. un abrazo.
Mario.

Qué bonito poema.
Qué bien has expresado lo que transmite la sonrisa de un niño.
Felicidades por escribir poemas tan vitalistas como este.
Un abrazo
Joan

Gracias Aubriel

Me alegra saber que el poema te gustó. Un fuerte abrazo.
Mario.

Gracias Tristani.
Me alegra mucho que esta sonrisa te haya gustado. Un abrazo.
Mario.

Felicidades, Mario. Yo me había fijado en los ojos y la mirada de los niños, pero tú nos traes su sonrisa y nos llenas de clara felicidad. Con un abrazo.
Salud.

Mario buen poema nos dejas con un emotivo y sugerente mensaje que transmite la inocente sonrisa de un niño.
Saludos

Raf

Gracias Julio. Ya sabes en qué sonrisa me fijo cada día.
Un abrazo .
Mario.

Rafael Valdemar

Discúlpame, amigo mío.
Repasando poemas me di cuenta de que había olvidado tu comentario. Lo siento.
Me alegra que el poema te gustase. Un abrazo de niño distraido.
Mario.