PREGUNTAS PARA UN INSOMNIO

[José Manuel F. Febles]

PREGUNTAS PARA UN INSOMNIO

Al excelente poeta y gran amigo, José Luis Domenech B.




Amigo:
cuando cumplí los veinte años
no existían hojarascas de otoños
ni lluvias en la mirada
por quien sentir mañana.
Cuando cumplí los veinte años
el corazón crecía y crecía
con la fuerza de la luz
y la ciega certeza
de entender mi destino,
de comprenderlo todo
en cada esquina oscura,
en cada noche de vino.
Vivo en el desembarco de la nostalgia
en medio de un después que no conozco,
atardecido.
Hoy han pasado décadas
de tierras movedizas
y aquella luna llena no tiene ahora
cuerpo de fiesta ni responde
con la efímera voz del trueno
a mis desnudas preguntas,
porque busco hasta el límite
cuánta sombra aún me queda
detrás de la mirada.


En la ciudad de Durango -México- donde crecen
las rosas y el amor canta en la arboleda cada amanecer.

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[Julio Gonzalez Alonso]

PREGUNTAS PARA UN INSOMNIO

Al excelente poeta y gran amigo, José Luis Domenech B.




Amigo:
cuando cumplí los veinte años
no existían hojarascas de otoños
ni lluvias en la mirada
por quien sentir mañana.
Cuando cumplí los veinte años
el corazón crecía y crecía
con la fuerza de la luz
y la ciega certeza
de entender mi destino,
de comprenderlo todo
en cada esquina oscura,
en cada noche de vino.
Vivo en el desembarco de la nostalgia
en medio de un después que no conozco,
atardecido.
Hoy han pasado décadas
de tierras movedizas
y aquella luna llena no tiene ahora
cuerpo de fiesta ni responde
con la efímera voz del trueno
a mis desnudas preguntas,
porque busco hasta el límite
cuánta sombra aún me queda
detrás de la mirada.


En la ciudad de Durango -México- donde crecen
las rosas y el amor canta en la arboleda cada amanecer.

Insomnio largo, Jose Manuel, del que ve la vida, la siente y la piensa. Los límites los ponen, más que los años, la capacidad de asombro y las ganas de preguntar y buscar respuestas. Creo que has reflejado de manera acertada lo que significa el paso del tiempo, situándonos emocionalmente en ese torbellino de cumpleaños que arranca de los veinte. Mis felicitaciones.
Salud.

[Sara Castelar Lorca]

Es un poema bellísimo José Manuel, una mirada dentro de uno mismo, buscándose en el ahora y en el después. Todos avanzamos por los años llenándonos de ellos pero con la curiosidad alerta por lo que vendrá y también sabremos asumirlo y hacerlo parte de nosotros. Me encantó pasar por tus versos.

Un abrazo

Sara

[Blanca Sandino]

Un final magnífico, José Manuel, para un poema instrospectivo, intimista, que parte de un número de años muy redondito.

Me ha gustado mucho.

Blanca

[José Manuel F. Febles]

PREGUNTAS PARA UN INSOMNIO

Al excelente poeta y gran amigo, José Luis Domenech B.




Amigo:
cuando cumplí los veinte años
no existían hojarascas de otoños
ni lluvias en la mirada
por quien sentir mañana.
Cuando cumplí los veinte años
el corazón crecía y crecía
con la fuerza de la luz
y la ciega certeza
de entender mi destino,
de comprenderlo todo
en cada esquina oscura,
en cada noche de vino.
Vivo en el desembarco de la nostalgia
en medio de un después que no conozco,
atardecido.
Hoy han pasado décadas
de tierras movedizas
y aquella luna llena no tiene ahora
cuerpo de fiesta ni responde
con la efímera voz del trueno
a mis desnudas preguntas,
porque busco hasta el límite
cuánta sombra aún me queda
detrás de la mirada.


En la ciudad de Durango -México- donde crecen
las rosas y el amor canta en la arboleda cada amanecer.

Insomnio largo, Jose Manuel, del que ve la vida, la siente y la piensa. Los límites los ponen, más que los años, la capacidad de asombro y las ganas de preguntar y buscar respuestas. Creo que has reflejado de manera acertada lo que significa el paso del tiempo, situándonos emocionalmente en ese torbellino de cumpleaños que arranca de los veinte. Mis felicitaciones.
Salud.

Mi querido amigo y compañero de caminos, de años, de vida. Siempre ando buscando respuestas a todos los momentos de mi vida, porque considero la vida muy corta y tengo el sano deseo de saber de que mal voy a morir. Tus palabras son esclarecedoras, por haber interpretado mis humildes versos con la exactitud del poeta que eres.

Un cálido abrazo desde muy lejos.

José Manuel F. Febles

[José Manuel F. Febles]

Es un poema bellísimo José Manuel, una mirada dentro de uno mismo, buscándose en el ahora y en el después. Todos avanzamos por los años llenándonos de ellos pero con la curiosidad alerta por lo que vendrá y también sabremos asumirlo y hacerlo parte de nosotros. Me encantó pasar por tus versos.

Un abrazo

Sara

En saber bailar bajo la lluvia está el don de aceptar cuanto nos envía el cielo, pero no cabe duda que, como humano, hay una constante sombra detrás de la mirada, que nos preocupa en saber cuando se va a posar sobre nosotros. Mi agradecimiento por leer en este espacio que se me ofrece, la humildad de mis versos.

Un gran y respetuoso abrazo, desde México.

José Manuel F. Febles

[José Manuel F. Febles]

Un final magnífico, José Manuel, para un poema instrospectivo, intimista, que parte de un número de años muy redondito.

Me ha gustado mucho.

Blanca

Querida Blanca, para ti mi gratitud por tus emotivas palabras.
Recibe un sincero y fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

[Ana Villalobos Carballo]

Tu poema, José Manuel, nos situa en las emociones de los veinte años, de esos años en que las vida nos lleva en volandas de una sensación a otra sin que las sombras, si es que alguna hay, nos hagan apenas mella, para luego precipitarnos en la nostalgia de los años vividos y en la preocupación de cuando y cómo nos llamará la muerte. Mejor no pensarlo querido amigo, lo mejor es preocuparse de aprender a (y tomo las palabras que tu mismo dejas en respuesta a un comentario) "saber bailar bajo la lluvia" porque allí "está el don de aceptar cuanto nos envía el cielo", y el miedo desaparece

Hermoso tu poema, y hemosas tus palabras que siempre son profundas y sabias, plenas de creencias.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

[José Manuel F. Febles]

Tu poema, José Manuel, nos situa en las emociones de los veinte años, de esos años en que las vida nos lleva en volandas de una sensación a otra sin que las sombras, si es que alguna hay, nos hagan apenas mella, para luego precipitarnos en la nostalgia de los años vividos y en la preocupación de cuando y cómo nos llamará la muerte. Mejor no pensarlo querido amigo, lo mejor es preocuparse de aprender a (y tomo las palabras que tu mismo dejas en respuesta a un comentario) "saber bailar bajo la lluvia" porque allí "está el don de aceptar cuanto nos envía el cielo", y el miedo desaparece

Hermoso tu poema, y hemosas tus palabras que siempre son profundas y sabias, plenas de creencias.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Cuando hemos pasado ciertas fronteras -en la edad- nos sentimos, al menos yo, examinando la conciencia, porque se le ven las orejas al lobo y no sabemos cuando nos llegará el aviso de partida. "Saber bailar bajo la lluvia" es una receta que recomiendo, es muy fácil, querida Ana, pero para llevarla uno, cambia la situación. Tus palabras son alentadoras en lo que a mis versos te refieres y, eso, es de agradecer, mi amiga.

Un fuerte abrazo

José Manuel F. Febles