Sentimiento
Publicado: Jue, 12 Mar 2009 1:05
Me susurran tu nombre las verdolagas,
los nomeolvides y la grulla.
Olvidaron tu nombre las rosas;
me hirieron
sus espinas
y su aroma.
Porque no puede la noche,
aunque lo quiera,
herirme con su canto;
ni puede el fuego
quemar los crisantemos
con sus llamas
de hielo
entre tus manos.
Irredento esclavo de las pasiones,
tus ojos ígneos me miran
desde el suelo.
No es tu hombría,
ni tu orgullo,
lo que has perdido;
es tu vivificante savia,
que apenas fluye
y languidece en tus venas.
Lori
los nomeolvides y la grulla.
Olvidaron tu nombre las rosas;
me hirieron
sus espinas
y su aroma.
Porque no puede la noche,
aunque lo quiera,
herirme con su canto;
ni puede el fuego
quemar los crisantemos
con sus llamas
de hielo
entre tus manos.
Irredento esclavo de las pasiones,
tus ojos ígneos me miran
desde el suelo.
No es tu hombría,
ni tu orgullo,
lo que has perdido;
es tu vivificante savia,
que apenas fluye
y languidece en tus venas.
Lori