Editorial Alaire

Eduardo, cuánta fuerza en este poema...ésa que aniquila la responsabilidad de los sentidos y revolotea en las paredes blancas deshechas de permanencia.


"volverás a casa, querida;
con la resina de la herejía
pegada al universo,
su fuego,
-la lumbre que ahogó
a Goneril-,
como órbita desenfrenada,
persistirá en excusa.
Yo iré a dormir
con mi lava dentellando:
hasta mañana surco de semillas,
armonía de la epidermis."



Este final respira un pliego de dolor inevitable. Mis aplausos, poeta!

Hallie

Hallie Hernández Alfaro escribió:Eduardo, cuánta fuerza en este poema...ésa que aniquila la responsabilidad de los sentidos y revolotea en las paredes blancas deshechas de permanencia.


"volverás a casa, querida;
con la resina de la herejía
pegada al universo,
su fuego,
-la lumbre que ahogó
a Goneril-,
como órbita desenfrenada,
persistirá en excusa.
Yo iré a dormir
con mi lava dentellando:
hasta mañana surco de semillas,
armonía de la epidermis."



Este final respira un pliego de dolor inevitable. Mis aplausos, poeta!

Hallie

Hallie, gracias siempre, por tus palabras, por tu complicidad, desde hace tiempo que no encuentro que decirte, tal parece que tan solo atino a repetir las cosas que aprendo de ti, de tu poesía. Un beso enorme.

Muy buen poema Eduardo, me eha encantado .
Muy intenso , muy emoyivo.

Un abrazo

Joan

Tristany Joan Gaspar escribió:Muy buen poema Eduardo, me eha encantado .
Muy intenso , muy emoyivo.

Un abrazo

Joan

Gracias por el comentario Tristany, es un gusto verte por aquí. Saludos.

No se me ocurriría intentar desentrañar las intimidades que muerden en este poema, Eduardo, tan sólo detenerme en la carga de pasión que nos conduce por los senderos de lo imaginado y también la carga de dolor que nos devuelve a la soledad que se alimenta de nosotros mismos y que a veces se acompaña el sueño.
Me gusta caminar por tus versos, uno siempre acaba pinchándose...en el buen sentido.

Un abrazo

Sara

Eduardo R. de la Cruz,
Tienes un estilo que atrapa y cautiva. He disfrutado con la lectura de este poema. Ya desde los versos iniciales intuía que merecería la pena. Tienes un léxico muy rico, con muchos matices. El poema es como un cuadro de Edward Hopper: la soledad de la habitación de un motel.

Saludos, Eduardo.

Sara Castelar Lorca escribió:No se me ocurriría intentar desentrañar las intimidades que muerden en este poema, Eduardo, tan sólo detenerme en la carga de pasión que nos conduce por los senderos de lo imaginado y también la carga de dolor que nos devuelve a la soledad que se alimenta de nosotros mismos y que a veces se acompaña el sueño.
Me gusta caminar por tus versos, uno siempre acaba pinchándose...en el buen sentido.

Un abrazo

Sara

Sara, es una alegría, siempre leerte. Tus palabras son siempre un espejo de lo que el poeta imagina y reinterpreta. Gracias por tu tiempo. Un abrazo.

[b]Óscar Bartolomé Poy[/b] escribió: Eduardo R. de la Cruz,
Tienes un estilo que atrapa y cautiva. He disfrutado con la lecturade este poema. Ya desde los versos iniciales intuía que merecería lapena. Tienes un léxico muy rico, con muchos matices. El poema es comoun cuadro de Edward Hopper: la soledad de la habitación de un motel.

Saludos, Eduardo.

Oscar, gracias por tu amable interpretación. Precisamente Hopper me parece una buena comparación del poema con un realismo que se dibuja en elementos disruptivos de sí.

Un abrazo.

De tus poemas, Eduardo, me gusta hasta el tipo de letra.

No suelo comentarte porque temo no estar a la altura de lo escrito.

Siempre me gusta el ritmo que imprimes al verso corto:

el madero
que crucifica tus despojos retoña
como un alud
de murmuraciones que reptan
a través de una geografía
conturbada y triste
a través de un solsticio
que se encarama en los deshechos.

También encuentro interesante el comentario de Óscar, creo que la analogía con los cuadros de Hopper está muy lograda, porque tu poesía, como su pintura, tiene una cualidad esencial de modernidad, en el mejor sentido de la palabra.

Bueno, nada más por ahora, hasta la próxima.

Un abrazo,

Esteban

Esteban Granado escribió:De tus poemas, Eduardo, me gusta hasta el tipo de letra.

No suelo comentarte porque temo no estar a la altura de lo escrito.

Siempre me gusta el ritmo que imprimes al verso corto:

el madero
que crucifica tus despojos retoña
como un alud
de murmuraciones que reptan
a través de una geografía
conturbada y triste
a través de un solsticio
que se encarama en los deshechos.

También encuentro interesante el comentario de Óscar, creo que la analogía con los cuadros de Hopper está muy lograda, porque tu poesía, como su pintura, tiene una cualidad esencial de modernidad, en el mejor sentido de la palabra.

Bueno, nada más por ahora, hasta la próxima.

Un abrazo,

Esteban

Hola Esteban, esto de no comentar por temor a no estar a la altura, fíjate que a mi me ocurre también pero justo al momento de enviar los poemas. Lo de el tipo de letra, ocurre que es la que mejor veo sin gafas. En fin, que agradezco mucho tu comentario atinado y gentil. Un saludo.

Eduardo R. de la Cruz escribió:La edad del cardo

ínsulas de circunstancias
abrevan tus pechos,
el pretérito de la esperanza
crepita y se ahoga
al unísono canto
de Francesca de Rimini,
todos los poros
que nos impelen líquidos ateridos

laberinto
preciso para la despedida
de ésos adúlteros instantáneos
que somos,
la cortina excéntrica
del motel nimbado
devoradas sombras furtivas,
agujeros del tiempo,
ángeles infectados.

.......en la pared,
.......colgadas, dos mujeres florecen,
.......sus vientres o lenguas malheridas
.......germinan perspectivas;

en tus pechos
brotan semillas que el hambre
apura hacia su entorno,
su tangente aletea moribunda
sobre el camastro,
un espíritu
de mujer lame la vellosidad
de su erupción;
su lava su magma,
huele a lima recién cortada,
ése arbusto extraña ya
su primavera,
mientras la calle bulle
y la noche prevalece de su olvido.

un almidón
fermenta tus ovarios,
como una fotográfica
evolución de tempestades
la luz
que desprende,
galopa hacía el techo y muere;
un cardo
sumergido entre la hierba,
desde fuera de esa agreste habitación:
observa.

un minotauro
impele su ponzoña
sobre tu simbiosis,
el madero
que crucifica tus despojos retoña
como un alud
de murmuraciones que reptan
a través de una geografía
conturbada y triste
a través de un solsticio
que se encarama en los deshechos.

volverás a casa, querida;
con la resina de la herejía
pegada al universo,
su fuego,
-la lumbre que ahogó
a Goneril-,
como órbita desenfrenada,
persistirá en excusa.
Yo iré a dormir
con mi lava dentellando:
hasta mañana surco de semillas,
armonía de la epidermis.

Hay veces, Eduardo, en que a uno le parece que esta todo dicho en poesia; pero hay otras veces - como me ocurre cuando leo la tuya- que, al contrario, parece que esta todo por decir... Y usted tiene en posesion, muchas de esas palabras venideras. Mucha sabiduria, entre otras muchas cualidades...Un placer

Deslumbrante poema. Mi felicitación sincera. Un abrazo.

Emilio Aparicio escribió: Hay veces, Eduardo, en que a uno le parece que esta todo dicho en poesia; pero hay otras veces - como me ocurre cuando leo la tuya- que, al contrario, parece que esta todo por decir... Y usted tiene en posesion, muchas de esas palabras venideras. Mucha sabiduria, entre otras muchas cualidades...Un placer

Emilio, amén aparte, siempre es grato leer lo que un poeta piensa de lo que otro escribe. Para bien o para mal, no creo haber encontrado esas palabras venideras, de hecho hace unos días le comentaba a una amiga (poeta, también) lo verdaderamente frustrante que es concluir un poema y sentirlo carente de espíritu y eso que le comento arriba a Esteban está relacionado con esto mismo. Pero tu comentario reanima a cualquier zombie y me alegro. Un abrazo sincero.

[b]Ramón Carballal[/b] escribió:
Deslumbrante poema. Mi felicitación sincera. Un abrazo.

Ramón, gratísimo pasar y encontrar el comentario tuyo, un saludo afectuoso.

....me gusta lo que propone tu escritura, Eduardo. Lo distinto, lo bellamente calculado e incalculable.

Enhorabuena, Poeta. Saludos.

Vaya vaya, mi querido amigo Eduardo, que me dejas en vaíven, en desorden grato, luego de leer seguidamente las corrientes de este magnífico poema. Exquísito.

Mi abrazo y admiración en la distancia