Ana Villalobos Carballo escribió:Algo de ti , algo de mí, algo de todos, Blanca, porque “Marta somos todos” “Todos somos Marta”.
Cuatro versos tengo atrapados en mi mente y en mi corazón desde el sábado y no he sido capaz de pasarlos al papel, porque Marta ha viajado conmigo a todas partes durante quince días en la parte de atrás de mi coche y, aún hoy, sigue ahí, la he visto en cada comercio, en cada calle, en moto, en taxi, en la cara de mi hija, de sus amigas, de mis sobrinas…porque no hay palabras que puedan callar la llamada del Guadalquivir, ni su llanto, porque sus orillas aún están llorando y llorarán para siempre. Porque cualquier palabra me parece insignificante y banal ante el dolor tan espantoso de sus padres, de su familia.
Déjalos que reposen. Aunque siempre serán de Marta, vivirán dentro de ti. Incluso los olvidarás, y ojalá nunca tengas que escribirlos, porque si hubiera un motivo similar, ya no habría quien los parara. Así es, pero entonces tendrán -como el vino- los ingredientes necesarios para ser los de Marta, y los de cualquiera.
Y yo sé que tú me entiendes cuando digo todo esto, porque me conoces;
Sí, te entiendo, porque te conozco y porque te explicas muy bien.
y que también me entiendes si te digo que no quiero estrellas para tu poema, ni escribir, ni leer que tiene versos geniales o maravillosos porque tu poema es el poema del dolor, del dolor más horrible que pueden sentir unos padres, es el poema del espanto, de lo inhumano, de la equivocación, porque en algo nos estamos equivocando para que en esta sociedad tan progre, tan moderna , tan perfecta estén sucediéndose tantas barbaridades. Y sé que hoy me dejas que llore con tu poema porque hoy toda Sevilla llora con tu poema.
Tienes razón, Ana. No es normal que los padres entierren a sus hijos, sino al contrario. Si bien, no es justo que nos culpemos de todo aquello que los jóvenes hagan mal. Ni que olvidemos que hay muchos, muchísimos, que aprenden a ser personas de bien, que estudian, trabajan, se esfuerzan, colaboran, entregan su tiempo al voluntariado, etc. Así todo, tienes razón, algo falla, algo va mal, algo hacemos mal. Ayer oí un anuncio en la radio, las voces de dos jovencillas -con su acento andaluz- y la de un muchachillo de su edad, más menos. ¿dónde vais? pregunta el muchacho. A Madre Coraje, a echar una mano, ¿te vienes? responden ellas. Si, vamo, no tengo yo otra cosa mejor que hacer, contesta él. Entonces se oye la voz de una de las chicas que le dice: pues después no te quejes de que este mundo es una mierd** (o algo así), hay que comprometerse si queremos mejorarlo. Es decir, Ana, no podemos dárselo todo resuelto, no podemos salvar sus vidas ni sus almas -son las suyas, sus vidas y sus almas- como decía no recuerdo quién con respecto a aquellos que sí tienen problemas: no hay que darles peces, sino enseñarlo a que los pesquen.
Hoy es un día imposible de olvidar, imposible olvidar a todas las Martas que ya no están; imposible olvidar a todos los Jeremy desaparecidos sin saber si están o no están, aunque la vida sigue…
Sí, la vida sigue. Y en cada una de esas esquinas, nos vamos dejando algo nuestro.
Gracias por acercar a todos el recuerdo de Marta y recordarnos que no ha muerto que sólo vuela, y por tener presente a los padres de los responsables porque también tiene que ser algo horrible para ellos.
: )
Un beso muy grande
Gracias.
Blanca
Ana
( Y mientras escribo esto escucho la siguiente noticia: “Un tercer detenido, al parecer menor de edad” más espanto al ya existente, y me vuelvo a preguntar ¿qué está fallando?