Editorial Alaire

Agua y tierra y sol y somnolencia. Y cometas que pasan muy veloces.
Agua y tierra y esa privación de alegría que no produce llantos.
Agua y tierra y un corazón pequeño que solo aloja hormigas.
Agua y tierra: nada más.

Ladrillos de la historia perdidos en sus altos muros. Idénticos a sí mismos.
Con sangre y secreciones, ladrillos fértiles que no ven de lejos;
con la dureza azul de los troncos, ladrillos inmovilizados por los depredadores.

Sólo saben andar, andar bajo el peso de la luz y el dolor. Pero no se rebelan.
A veces saltan, trotan, se obstruyen los oídos con tapones de cadencias estridentes.
Otras se frotan, con el rito ancestral de los sexuados, monótonos y sólitos.
Otras ríen con rebuznos que trascienden los trigales y amedrentan a los vencejos.

La ceniza me aparta de vosotros,
pero quiero admirar vuestras pezuñas
y soñar que en el próximo verano
vuestra piel tornará bañada en pétalos.
Y quisiera acordarme de este invierno
en que, atados al filo de la inercia,
vuestros cuellos, esclavos del esparto,
aportaron la sangre necesaria
para dar de beber a los jilgueros.

No me quiero olvidar, cuando amanezca,
de la noche arrugada, de la terrible oscuridad que amamantó a los necios,
de la ceguera consentida de todos esos asnos desgraciados
que se cargaron sobre sus lomos los firmamentos incomprensibles
y los trajeron hasta el pie de la Capilla Sixtina.

Aplausos. Muchos. Me ha encantado.

Blanca

Cuánto sentido y verdad en tus versos. Me gustó mucho el poema
Un abvrazo
Pilar

Gran poema en todos los sentidos, Jerónimo. Me ha impresionado.
Salud.

Es un poemazo, amigo, uno de esos poemas-grito que van más allá del grito y del poema.

Un poema donde cada uno puede encontrarse alegoricamente.
Hay un verso que me sacude, que me lleva a las entrañas del poema;

Agua y tierra y esa privación de alegría que no produce llantos.

Es, sencillamente, la forma más cobarde de vivir, y la más extendida.

El poema tiene mucha miga, Jerónimo, y me alegra muchísimo engordar en tu voz.

Un abrazo, poeta.

Luis Oroz.

Jerónimo Muñoz escribió:Agua y tierra y sol y somnolencia. Y cometas que pasan muy veloces.
Agua y tierra y esa privación de alegría que no produce llantos.
Agua y tierra y un corazón pequeño que solo aloja hormigas.
Agua y tierra: nada más.

Ladrillos de la historia perdidos en sus altos muros. Idénticos a sí mismos.
Con sangre y secreciones, ladrillos fértiles que no ven de lejos;
con la dureza azul de los troncos, ladrillos inmovilizados por los depredadores.

Sólo saben andar, andar bajo el peso de la luz y el dolor. Pero no se rebelan.
A veces saltan, trotan, se obstruyen los oídos con tapones de cadencias estridentes.
Otras se frotan, con el rito ancestral de los sexuados, monótonos y sólitos.
Otras ríen con rebuznos que trascienden los trigales y amedrentan a los vencejos.

La ceniza me aparta de vosotros,
pero quiero admirar vuestras pezuñas
y soñar que en el próximo verano
vuestra piel tornará bañada en pétalos.
Y quisiera acordarme de este invierno
en que, atados al filo de la inercia,
vuestros cuellos, esclavos del esparto,
aportaron la sangre necesaria
para dar de beber a los jilgueros.

No me quiero olvidar, cuando amanezca,
de la noche arrugada, de la terrible oscuridad que amamantó a los necios,
de la ceguera consentida de todos esos asnos desgraciados
que se cargaron sobre sus lomos los firmamentos incomprensibles
y los trajeron hasta el pie de la Capilla Sixtina.

Sin duda impresionante el calado, la hondura de estas estrofas tan maravillosamente, tan originalmente dispuestas. Un placer de lectura. Mis respetos

Blanca Sandino escribió:Aplausos. Muchos. Me ha encantado.

Blanca

Y a mí me encanta que a ti te encante, Blanca. Me inclino hasta el suelo ante tus aplausos que te agradezco con todo el corazón.

Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Cuánto sentido y verdad en tus versos. Me gustó mucho el poema
Un abvrazo
Pilar

Cuánto afecto y favor hay en tus siempre esperados comentarios.
Créeme que tus elogios los guardo profundamente en mi recuerdo.
Gracias.

Un abrazo.

QUERIDO JERO.

Hoy ando con dolor de cabez y mi respuesta es escueta,
pero ya sabes cuanto me gusta tu poesía
y como bebo el nectar de tus versos cada día.

Felicitaciones amigo del lama
por tan magnifico trabajo, siempre es un placer llegar a tu ventana.

Besos grandotes.

Carmen

La ceniza me aparta de vosotros,
pero quiero admirar vuestras pezuñas
y soñar que en el próximo verano
vuestra piel tornará bañada en pétalos.
Y quisiera acordarme de este invierno
en que, atados al filo de la inercia,
vuestros cuellos, esclavos del esparto,
aportaron la sangre necesaria
para dar de beber a los jilgueros.

No me quiero olvidar, cuando amanezca,
de la noche arrugada, de la terrible oscuridad que amamantó a los necios,
de la ceguera consentida de todos esos asnos desgraciados
que se cargaron sobre sus lomos los firmamentos incomprensibles
y los trajeron hasta el pie de la Capilla Sixtina.

Jerónimo, ¡qué gran poema!
Versos con una gran fuerza simbólica sobre el gran problema de todos los que sobre sus hombros, siempre anonimamente, se cargan los pesados fardos de otros, los necios.
Todo un ejercicio de inteligencia poética en la social.
El poeta está irremediablemente implicado en su tiempo, y sobre él también llueven todas las miserias del momento histórico que le toca vivir. No puede, no debe, de manera permamente vivir abrigado en su torre de cristal, a la fuerza ha de manifestar, de una u otra manera, los golpes plurales que como ser social le agreden

Un fuerte abrazo.

No me quiero olvidar, cuando amanezca,
de la noche arrugada, de la terrible oscuridad que amamantó a los necios,
de la ceguera consentida de todos esos asnos desgraciados
que se cargaron sobre sus lomos los firmamentos incomprensibles

Yo tampoco me quiero olvidar... de que somos producto y también hacedores de un sistema infame.
Un gran poema, Jerónimo.

Julio González Alonso escribió:Gran poema en todos los sentidos, Jerónimo. Me ha impresionado.
Salud.

Tus palabras me demuestran, Julio, que, en la medida de mis posibilidades, he hecho los deberes. Y es muy buena la sensación del deber cumplido.
Gracias por tu afecto y comprensión.

Un abrazo.

Agua y tierra y sol y somnolencia. Y cometas que pasan muy veloces.
Agua y tierra y esa privación de alegría que no produce llantos.
Agua y tierra y un corazón pequeño que solo aloja hormigas.
Agua y tierra: nada más.

Ladrillos de la historia perdidos en sus altos muros. Idénticos a sí mismos.
Con sangre y secreciones, ladrillos fértiles que no ven de lejos;
con la dureza azul de los troncos, ladrillos inmovilizados por los depredadores.

Sólo saben andar, andar bajo el peso de la luz y el dolor. Pero no se rebelan.
A veces saltan, trotan, se obstruyen los oídos con tapones de cadencias estridentes.
Otras se frotan, con el rito ancestral de los sexuados, monótonos y sólitos.
Otras ríen con rebuznos que trascienden los trigales y amedrentan a los vencejos.

La ceniza me aparta de vosotros,
pero quiero admirar vuestras pezuñas
y soñar que en el próximo verano
vuestra piel tornará bañada en pétalos.
Y quisiera acordarme de este invierno
en que, atados al filo de la inercia,
vuestros cuellos, esclavos del esparto,
aportaron la sangre necesaria
para dar de beber a los jilgueros.

No me quiero olvidar, cuando amanezca,
de la noche arrugada, de la terrible oscuridad que amamantó a los necios,
de la ceguera consentida de todos esos asnos desgraciados
que se cargaron sobre sus lomos los firmamentos incomprensibles
y los trajeron hasta el pie de la Capilla Sixtina.

Excelente poema, querido amigo Jerónimo. Me ha encantado.
Muy inteligente la estructura versal, de una depuradísima técnica.
Verso libre retórico mayor del bueno, que muestra una gran habilidad para concertar un hilo melódico de sensaciones grandes.
Aliteraciones mágicas y un sinfín de recursos retóricos, para un trabajo con tintes magistrales por doquier, que, además, no huye de sus raíces métricas (estrofa monorrítmica en versos endecasílabos).
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un fuerte abrazo.

Este es un verso rotundo que me gusta, Jerónimo.

Hay una gran seguridad en el trazo -que es como el de un buen pintor-, que describe y mucho más. También una reminiscencia de JRJ, como el reflejo del fecundo trazo de Velázquez en la obra desesperada de Bacon.

Versos largos que amplifican la idea y se recrean en el detalle y endecasílabos para afianzar el estilo. Sabia combinación rítmica que, junto a un estricto conocimiento del quehacer poético, conforma una pieza singular, de gran altura.

Enhorabuena y un abrazo,

Esteban

Hola Jerónimo
Enorme poema, amigo mío, a esos animales tan poco comprendidos y casi en peligro de extinción. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
Mario.