Editorial Alaire

Arriba, en los capiteles, ríen los duendes.
El ángel sólo teme al orgullo del mundo,
levanta sus aspas como un Atlas enfermo.
Han regresado, y ahora palidecen bajo palabras
de fuego. Una oración circula, siniestra, como un sol
de veinte páginas de nube. Llora la piedad circuncidada,
lejos de los apellidos, próxima a los hombros
calcinándose en mantos de noche rajada. Pienso en museos
tan antiguos como el círculo, mis largos brazos tocan la plata
de un cáliz dividido, presiento dólmenes fugitivos del relámpago,
sueñan las imágenes con raíces de árbol, su savia inunda la cera,
el álamo oscuro del rencor. Volverán las cajas sonoras,
regresarán al pecho virgen, blanco como un espejo de nieve.
Es la quietud o la paz roja el cenicero de estas almas,
parpadean los órganos temidos por la araña,
se abre mi corazón como una vidriera de sangre,
la luz baja al filo de los púlpitos, la ira reposa
en mandamientos bordados. Yo arranco lirios de amor
de sus párpados y los lanzo a la primavera, igual
que un hombre cojo que aún se ciñe veranos.

Fantástico trabajo, Ramón. Escritura firme de valores incuestionables. Muchos aplausos para este poema que pide ser leído muchas veces.
Salud.

Precioso poema el de hoy, lleno de imágenes que transmiten sentido y belleza. Me gustó mucho
Un abrazo
Pilar

Julio González Alonso escribió:Fantástico trabajo, Ramón. Escritura firme de valores incuestionables. Muchos aplausos para este poema que pide ser leído muchas veces.
Salud.

Gracias, Julio, por tu generoso comentario. Un fuerte abrazo.

Pilar Morte escribió:Precioso poema el de hoy, lleno de imágenes que transmiten sentido y belleza. Me gustó mucho
Un abrazo
Pilar

Gracias, Pilar, me alegra que te guste. Un abrazo.

Tremendo... Se merece muchísimas más lecturas...

Un besote de sábado frío,

Carmen

... amigo Ramón, no defraudan tus poemas, son como el mar: siempre susurran o se levantan; un abrazo, Orión

carmen iglesia escribió:Tremendo... Se merece muchísimas más lecturas...

Un besote de sábado frío,

Carmen

Gracias por tus palabras, Carmen. Un beso grande.

Me uno al aplauso de Julio. Un poema que lleva la personalísima huella de tu imaginería poética, de indudable excelencia metafórica.

Unha aperta, querido Ramón.

Ramón Carballal escribió:
Arriba, en los capiteles, ríen los duendes.
El ángel sólo teme al orgullo del mundo,
levanta sus aspas como un Atlas enfermo.
Han regresado, y ahora palidecen bajo palabras
de fuego. Una oración circula, siniestra, como un sol
de veinte páginas de nube. Llora la piedad circuncidada,
lejos de los apellidos, próxima a los hombros
calcinándose en mantos de noche rajada. Pienso en museos
tan antiguos como el círculo, mis largos brazos tocan la plata
de un cáliz dividido, presiento dólmenes fugitivos del relámpago,
sueñan las imágenes con raíces de árbol, su savia inunda la cera,
el álamo oscuro del rencor. Volverán las cajas sonoras,
regresarán al pecho virgen, blanco como un espejo de nieve.
Es la quietud o la paz roja el cenicero de estas almas,
parpadean los órganos temidos por la araña,
se abre mi corazón como una vidriera de sangre,
la luz baja al filo de los púlpitos, la ira reposa
en mandamientos bordados. Yo arranco lirios de amor
de sus párpados y los lanzo a la primavera, igual
que un hombre cojo que aún se ciñe veranos.

Magistral lección de poesía. Eres uno de los poetas con más talento para la metáfora que hay en este foro. He disfrutado mucho de la lectura de esta obra. Como han dicho en anteriores comentarios, es digna de ser leída y releída.

Saludos y felicitaciones, Ramón.

Antonio Justel escribió:... amigo Ramón, no defraudan tus poemas, son como el mar: siempre susurran o se levantan; un abrazo, Orión

Un abrazo, amigo Orión y mi agradecimiento por tus palabras.

J. J. M. Ferreiro escribió:Me uno al aplauso de Julio. Un poema que lleva la personalísima huella de tu imaginería poética, de indudable excelencia metafórica.

Unha aperta, querido Ramón.

Mi agradecimiento por tu amable comentario, J.J. Unha aperta, amigo.

La riqueza del léxico que se va engarzando y compone un todo en armonia, la imagen, la sugerencia y el lirismo son una constante en este poema, Ramón, yo diría que hay momentos de elevación casi mística, que a mí particularmente me encanta . Para que luego digan que no gusta la sublimacióm, jeje .

Un abrazo

Sara

Óscar Bartolomé Poy escribió:

Ramón Carballal escribió:
Arriba, en los capiteles, ríen los duendes.
El ángel sólo teme al orgullo del mundo,
levanta sus aspas como un Atlas enfermo.
Han regresado, y ahora palidecen bajo palabras
de fuego. Una oración circula, siniestra, como un sol
de veinte páginas de nube. Llora la piedad circuncidada,
lejos de los apellidos, próxima a los hombros
calcinándose en mantos de noche rajada. Pienso en museos
tan antiguos como el círculo, mis largos brazos tocan la plata
de un cáliz dividido, presiento dólmenes fugitivos del relámpago,
sueñan las imágenes con raíces de árbol, su savia inunda la cera,
el álamo oscuro del rencor. Volverán las cajas sonoras,
regresarán al pecho virgen, blanco como un espejo de nieve.
Es la quietud o la paz roja el cenicero de estas almas,
parpadean los órganos temidos por la araña,
se abre mi corazón como una vidriera de sangre,
la luz baja al filo de los púlpitos, la ira reposa
en mandamientos bordados. Yo arranco lirios de amor
de sus párpados y los lanzo a la primavera, igual
que un hombre cojo que aún se ciñe veranos.

Magistral lección de poesía. Eres uno de los poetas con más talento para la metáfora que hay en este foro. He disfrutado mucho de la lectura de esta obra. Como han dicho en anteriores comentarios, es digna de ser leída y releída.

Saludos y felicitaciones, Ramón.

Eres muy generoso, Óscar. Mi agradecimiento por tu comentario. Un abrazo.

Sara Castelar Lorca escribió:La riqueza del léxico que se va engarzando y compone un todo en armonia, la imagen, la sugerencia y el lirismo son una constante en este poema, Ramón, yo diría que hay momentos de elevación casi mística, que a mí particularmente me encanta . Para que luego digan que no gusta la sublimacióm, jeje .

Un abrazo

Sara

Gracias, Sara, me alegra que te guste. Te mando un fuerte abrazo.