flor caníbal
Publicado: Lun, 02 Feb 2009 12:50
Contuve la respiración
y sostuve el asco y el horror,
por un instante.
Sabía que de otra manera
jamás hubiese podido atravesar el espanto,
fascinado por los destellos de la descomposición.
Me asfixiaba en la bruma pestilente
de ese estanque podrido en el que se hundían mis pies.
Una húmeda voluntad verde y espesa
había invadido las ciudades
arrasando las civilizaciones,
ahogando a sus hijos en la espuma de su lascivia,
licuando su carne en el ácido de su útero de flor caníbal.
Señora de las sanguijuelas y las babosas.
Viscosa madre de ojos gelatinosos y dedos alveolados.
Monstruosa sirena de pelo rojo.
Hembra terrible y sanguinolenta.
Medusa maternal.
Magma venéreo.
Entretejido a su seno vegetal
rompí costuras y reventé sus membranas.
Serpientes de gelatina
se enroscaban a mis tobillos
intentando retenerme.
Me aparté de ti,
reniego de tu amor mortal.
Abandono tu cálida ciénaga.
Me abro camino en tus tripas glotonas
y salgo de ti.
Nací a la luz seca.
En el olvido hice mi infancia.
y sostuve el asco y el horror,
por un instante.
Sabía que de otra manera
jamás hubiese podido atravesar el espanto,
fascinado por los destellos de la descomposición.
Me asfixiaba en la bruma pestilente
de ese estanque podrido en el que se hundían mis pies.
Una húmeda voluntad verde y espesa
había invadido las ciudades
arrasando las civilizaciones,
ahogando a sus hijos en la espuma de su lascivia,
licuando su carne en el ácido de su útero de flor caníbal.
Señora de las sanguijuelas y las babosas.
Viscosa madre de ojos gelatinosos y dedos alveolados.
Monstruosa sirena de pelo rojo.
Hembra terrible y sanguinolenta.
Medusa maternal.
Magma venéreo.
Entretejido a su seno vegetal
rompí costuras y reventé sus membranas.
Serpientes de gelatina
se enroscaban a mis tobillos
intentando retenerme.
Me aparté de ti,
reniego de tu amor mortal.
Abandono tu cálida ciénaga.
Me abro camino en tus tripas glotonas
y salgo de ti.
Nací a la luz seca.
En el olvido hice mi infancia.