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Publicado: Sab, 31 Ene 2009 15:19
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Foro poético-literario, revista y tienda de libros de la Editorial Alaire. Poemas de todo tipo, relatos cortos, ensayos. Debates, discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario. Convocatorias de concursos de poesía.
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Rolando del Pozo escribió:Un gran gusto leerte Aubriel. Saludos cordiales.
un hermoso y tierno relato, me alegra que que encontraras tu equilibrio! disfrute mucho su lectura! crees que tu angel quiera venir a México? siempreencantada de leerte amiga!Aubriel Camila de la Prad escribió:Para Bibi y Muriel
Me enamoré de él en cuanto lo vi.
Era una tarde de enero. Bajo un cielo con nubes como campanarios, dormía su sueño de porcelana en un puestito de Plaza Dorrego.
La cabecita apoyada sobre su brazo, las alitas desplegadas, piececitos de pequeño que hace poco dio los primeros pasos.
Significaba algo importante para mí. Algo que no alcanzaba a entender, pero me retenía.
Me quedé largo rato contemplándolo. Seguramente mucho más tiempo del que me parece ahora, porque ya era de noche cuando la voz de la vendedora me sacó de mi estupor.
-Es hermoso- me dijo.
-Bellísimo- respondí.
-Está restaurado, es muy antiguo, ¿Lo querés?
-Me encantaría, pero debe ser muy caro.
-Depende- dijo mirándome con fijeza-¿Cómo creés que se llama?
-Alair- dije, el nombre del ángel de mi infancia.
La chica sonrió una sonrisa enigmática y comenzó a envolverlo en papeles de diario.
-No, no voy a llevarlo, no tengo dinero.
-No está a la venta. El dinero es un valor tan arbitrario … Y sí, vas a llevarlo porque es para vos.
No pude decir una palabra. Lo puso en una bolsa de papel madera y deslizó junto a él un sobre que guardaba en el pecho, bajo la blusa hindú.
-Cuidalo- me dijo.
Caminé unos pasos aturdida y pensé que tal vez era mejor devolverlo. Ese miedo que nos dan las cosas que no entendemos …
Cuando me volví, ni el puesto ni la chica estaban.
Ya en mi casa, lo puse en mi habitación, sobre la cómoda de algarrobo que me gusta tanto. El lugar pareció agradarle porque se iluminó.
Leí la carta:
“Alair te esperaba. Los dos se necesitan. Sé su amiga, hablale, tratalo con ternura. A veces le gusta irse por ahí pero si te quiere va a volver. Hasta el día en que encuentre el camino de regreso. Esa fue mi misión y ahora es la tuya: ayudarlo a volver a su mundo.
El va a ayudarte a encontrar el equilibrio emocional que estás buscando. Es, ante todo, un ángel equilibrado.”
Acaricié sus alas.
Un calor familiar y largamente añorado subió por mi mano hasta mi corazón y me llenó de paz. Un calor inconfundible.
Un ángel equilibrado, pensé, y no pude evitar menear mi cabeza. ¿Cómo habrá hecho para meterse dentro de esa porcelana?
Le dije bajito:
-Podés salir. Ya encontraste el camino de regreso.
Rolando del Pozo escribió:Un gran gusto leerte Aubriel. Saludos cordiales.
Hallie Hernández Alfaro escribió:No habia visto esta muestra de arte alado y en plaza Dorrego!!!!! ay dios mio, Aubriel. Cuando vaya a Baires agendá un cortadito conmigo porque tanta coincidencia debe significar algooo. Y nada, amargo o cortadito por medio, descifraremos estos códigos que hacen de tus poemas una experiencia propia.
Ah, una cosa en la que no estoy de acuerdo con vos: sí, es un gran relatoooooo, vaya si lo es!
Un beso enorme y felicitaciones por tu narrativa!
Hallie
J. J. M. Ferreiro escribió:Una verdadera preciosidad de relato, amiga Aubriel (hasta tu nombre suena a ángel ). Desprende el sabor que se disfruta ante la esperanza conseguida. Es pura satisfacción, paz y equilibrio, disfrute ante el deseo realizado. Hay momentos de la lectura que me recoradaron a ciertas escenas de la película "Gremlins", cuando Rand el padre de Billy compra a un misterioso comerciante oriental a "Gizmo", Gizmo parece desprender ese tipo de sensaciones, de paz, equilibrio... aunque claro... también esconde un lado oscuro... muy terrible.
Bicos, querida amiga
MarRevuelta escribió:El equilibrio estaba en tu mano, sólo necesitaste el ángel para verlo. Es un precioso relato lleno de ternura y esperanza. Tal vez todos tengamos por ahí nuestro pequeño ángel. Un beso amiga.
María.