Editorial Alaire

Perseguía con ojos expectantes la arteria virginal del horizonte,
inacabable grieta que digiere gaviotas y verdades de oropel,
ausencia de perfumes y doctrinas, surco sembrado de esperanzas ácidas.

Amaba aquella línea inasequible. Vislumbraba su inmensa lejanía,
pero, osado y precario, bogaba en la barquilla sin cuadernas
en candoroso empeño de alcanzar su enigmática palabra.
Pobre barquilla azul.
Ah de su tripulante, rebelde y optimista, flor del jacarandá.

Y el horizonte hueco se reía, con neblina en los dientes y arsénico en los labios,
sabedor de su propia irrealidad, sabedor del delirio que lo inventa.
Su imaginaria espina revela las carencias porosas de la carne.

Jerónimo Muñoz escribió:Perseguía con ojos expectantes la arteria virginal del horizonte,
inacabable grieta que digiere gaviotas y verdades de oropel,
ausencia de perfumes y doctrinas, surco sembrado de esperanzas ácidas.

Amaba aquella línea inasequible. Vislumbraba su inmensa lejanía,
pero, osado y precario, bogaba en la barquilla sin cuadernas
en candoroso empeño de alcanzar su enigmática palabra.
Pobre barquilla azul.
Ah de su tripulante, rebelde y optimista, flor del jacarandá.

Y el horizonte hueco se reía, con neblina en los dientes y arsénico en los labios,
sabedor de su propia irrealidad, sabedor del delirio que lo inventa.
Su imaginaria espina revela las carencias porosas de la carne.

Todavía rebullen en la mente las imágenes y las metáforas que se alzan imparables con su carga emotiva, sobre todo las de la última estrofa que cierra este poema de carencias perseguidas, todas al alcance de la derrota de un navío en busca de su personal Ítaca en el mar, a veces proceloso, de la poesía.
Salud.

La carencia, la imposibilidad, la realidad, siempre virtual, descrita con un gran lujo imaginativo.

Te desenvuelves como pez en el agua o como ave en el horizonte, en estos medios poéticos que has decidido explorar.

Un fuerte abrazo

Bellísimo tu poema, Jerónimo.

Y sí, pobre barquilla, y su tripulante, cualquiera que sea, flor de jacarandá, y sus carencias.

Siempre la mar, siempre la arteria virginal del horizonte, qué bonito. Gracias.

Blanca

Perseguía con ojos expectantes la arteria virginal del horizonte,

(...)


Pobre barquilla azul.
Ah de su tripulante, rebelde y optimista, flor del jacarandá.

Julio González Alonso escribió:

Jerónimo Muñoz escribió:Perseguía con ojos expectantes la arteria virginal del horizonte,
inacabable grieta que digiere gaviotas y verdades de oropel,
ausencia de perfumes y doctrinas, surco sembrado de esperanzas ácidas.

Amaba aquella línea inasequible. Vislumbraba su inmensa lejanía,
pero, osado y precario, bogaba en la barquilla sin cuadernas
en candoroso empeño de alcanzar su enigmática palabra.
Pobre barquilla azul.
Ah de su tripulante, rebelde y optimista, flor del jacarandá.

Y el horizonte hueco se reía, con neblina en los dientes y arsénico en los labios,
sabedor de su propia irrealidad, sabedor del delirio que lo inventa.
Su imaginaria espina revela las carencias porosas de la carne.

Todavía rebullen en la mente las imágenes y las metáforas que se alzan imparables con su carga emotiva, sobre todo las de la última estrofa que cierra este poema de carencias perseguidas, todas al alcance de la derrota de un navío en busca de su personal Ítaca en el mar, a veces proceloso, de la poesía.
Salud.

¡Otra vez el primero mi amigo Julio! Eres maravilloso. Con un amigo como tú sobran doscientos que predican serlo. Y más cuando advierto la sinceridad de tus palabras.
Te agradezco mucho tu mensaje que me hace sentirme enganchado al mundo.
Un abrazo.

Jerónimo Muñoz escribió:Perseguía con ojos expectantes la arteria virginal del horizonte,
inacabable grieta que digiere gaviotas y verdades de oropel,
ausencia de perfumes y doctrinas, surco sembrado de esperanzas ácidas.

Amaba aquella línea inasequible. Vislumbraba su inmensa lejanía,
pero, osado y precario, bogaba en la barquilla sin cuadernas
en candoroso empeño de alcanzar su enigmática palabra.
Pobre barquilla azul.
Ah de su tripulante, rebelde y optimista, flor del jacarandá.

Y el horizonte hueco se reía, con neblina en los dientes y arsénico en los labios,
sabedor de su propia irrealidad, sabedor del delirio que lo inventa.
Su imaginaria espina revela las carencias porosas de la carne.

... Jerónimo, bonito poema en lucha con el horizonte; es una estampa bien ensavblada ante lamirada sicológica del lector y bien transmitida a su interior; mo ben, amigo; Orión

Algunos horizontes no pueden más que sucumbir y detenerse. Hasta me atrevo a decir, sabes, que pueden ser fácilmente superados, así.

Un abrazo admirado, amigo querido.

Todos perseguimos una arteria virginal del horizonte (precioso), la nuestra, y mientras sigamos en el empeño estamos a salvo.
Aplasos al poema
Un abrazo
Pilar

J. J. M. Ferreiro escribió:La carencia, la imposibilidad, la realidad, siempre virtual, descrita con un gran lujo imaginativo.

Te desenvuelves como pez en el agua o como ave en el horizonte, en estos medios poéticos que has decidido explorar.

Un fuerte abrazo

Gracias, J. J. Es parte de un pequeño poemario en el que he querido plasmar la incapacidad del hombre para penetrar en la realidad (si es que la hay).

Otro abrazo fuertote.

Un poema que llena con bondad los huecos en el pecho(esa nostalgia vaporosa que llevamos en silencio) y atisba con nombre propio, la belleza profunda.

Enhorabuena!!!

Hallie

Amigo Gero: ya sabes lo que opino de los foros, el tedio que me producen, pero a veces es bueno entrar por estos sitios, porque da una visión global de lo que se está haciendo, de lo que otros hacen. Creo que éste ya lo conocía, que era el que destaqué en último poemario que me diste. Es un gran poema, hondo, inquietante y hermoso. Un abrazo.

Blanca Sandino escribió:Bellísimo tu poema, Jerónimo.

Y sí, pobre barquilla, y su tripulante, cualquiera que sea, flor de jacarandá, y sus carencias.

Siempre la mar, siempre la arteria virginal del horizonte, qué bonito. Gracias.

Blanca

Perseguía con ojos expectantes la arteria virginal del horizonte,

(...)


Pobre barquilla azul.
Ah de su tripulante, rebelde y optimista, flor del jacarandá.

Es curioso el hecho de que cada lector pone los ojos en una parte del poema, aquella que mayor impresión le causa. Creo, Blanca, que has resaltado lo mejor (lo único, quizás) resaltable del poema.
Te doy, junto a mi agradecimiento, el testimonio de mi sincera amistad.

Un beso.

Antonio Justel escribió:

Jerónimo Muñoz escribió:Perseguía con ojos expectantes la arteria virginal del horizonte,
inacabable grieta que digiere gaviotas y verdades de oropel,
ausencia de perfumes y doctrinas, surco sembrado de esperanzas ácidas.

Amaba aquella línea inasequible. Vislumbraba su inmensa lejanía,
pero, osado y precario, bogaba en la barquilla sin cuadernas
en candoroso empeño de alcanzar su enigmática palabra.
Pobre barquilla azul.
Ah de su tripulante, rebelde y optimista, flor del jacarandá.

Y el horizonte hueco se reía, con neblina en los dientes y arsénico en los labios,
sabedor de su propia irrealidad, sabedor del delirio que lo inventa.
Su imaginaria espina revela las carencias porosas de la carne.

... Jerónimo, bonito poema en lucha con el horizonte; es una estampa bien ensavblada ante lamirada sicológica del lector y bien transmitida a su interior; mo ben, amigo; Orión

Gracias, Antonio. Eres muy amable en tu comentario y eso es muy reconfortante para mis constantes dudas.

¿Orión? ¿Entonces tú eres...? ¡Ah!

Un abrazo.

Y el horizonte hueco se reía, con neblina en los dientes y arsénico en los labios,
sabedor de su propia irrealidad, sabedor del delirio que lo inventa.
Su imaginaria espina revela las carencias porosas de la carne.

Jero poeta.

Cuando las palabras se agolpan en la garganta
y poeta no puede manejar el silencio,
se hace necesario colocarlas en el dintel de las manos,
acariciar el aire y sonreír ante la magia que llevan.

Hoy tus paralelos se encontraron y arañaste
metáforas maravillosas a la mañana, suspiros que se entremezclan
con el aroma exquisito que despide el verso y esas carencias
que durmieron su vuelo con el tiempo.

Felicitaciones

Besos

Lara

Muy hermoso trabajo, querido amigo Jerónimo.
Habilidad y sentimiento se dan la mano en este poema de incapacidades.
Verso libre con un buen ritmo, mezcla de retórico y acentual, que ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un fuerte abrazo.