Tu cuerpo, la helicoidal del deseo

[Óscar Bartolomé Poy]

A Sara A., con amor

El infinito es tu cuerpo desnudo
–decúbito supino–,
una línea continua en el espacio,
dos curvas paralelas que se tocan en el tiempo
y un dibujo con tres puntos de fuga:
ojos, labios y nuca.

Geometría euclidiana,
fractales
–caracolas espumosas son tus pechos–,
patrones
–helechos revoltosos son tus cabellos–
y series de Fibonacci
–esponjas de mar son tus dedos–,
las matemáticas se conjuraron
para hacer de tu cuerpo
la helicoidal del deseo,
el número áureo del cielo.

De todas las formas geométricas que hay en la naturaleza,
la tuya es sin duda la más perfecta,
porque la Naturaleza antes que sabia es madre,
y al crearte sabía que tú serías su hija predilecta,
y así te bañó con su savia bendecida,
como Tetis, la nereida, a su favorito, el Pélida.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

[Marian Ramentol Serratosa]

Perfecta geometría, efectivamente.

Un abrazo
Marian
http://marianramentol.blogspot.com/

[Óscar Bartolomé Poy]

[quote="Marian Ramentol Serratosa"]Perfecta geometría, efectivamente.

Un abrazo
Marian
http://marianramentol.blogspot.com/[/quote]

Gracias por ser la primera y única en comentar.

Un abrazo, Marian.

[Aubriel Camila de la Prad]

Oscar, deslumbran las imágenes. Se suceden de una manera casi vertiginosa y tienen una gran belleza (sabés que me fascinan las imágenes). Matemática y Naturaleza entrelazadas de una manera magistral.

Hermoso, como siempre!

Besos, amigo, y mis felicitaciones.

[Tristitia Marisol]

A Sara A., con amor

El infinito es tu cuerpo desnudo
–decúbito supino–,
una línea continua en el espacio,
dos curvas paralelas que se tocan en el tiempo
y un dibujo con tres puntos de fuga:
ojos, labios y nuca.

Geometría euclidiana,
fractales
–caracolas espumosas son tus pechos–,
patrones
–helechos revoltosos son tus cabellos–
y series de Fibonacci
–esponjas de mar son tus dedos–,
las matemáticas se conjuraron
para hacer de tu cuerpo
la helicoidal del deseo,
el número áureo del cielo.

De todas las formas geométricas que hay en la naturaleza,
la tuya es sin duda la más perfecta,
porque la Naturaleza antes que sabia es madre,
y al crearte sabía que tú serías su hija predilecta,
y así te bañó con su savia bendecida,
como Tetis, la nereida, a su favorito, el Pélida.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

La estrofa inicial, es la que más me ha gustado como estrofa, sin embargo hay versos que son espléndidos como el símil del cuerpo con una helicoidal del deseo.
Me parece interesante, además, la incorporación de elementos matemáticos -ya que la matemática es una de las pocas cosas 'perfectas' que conocemos-.
Y la estrofa final, tan tuya por los ingredientes mitológicos, una excelente firma.
Es un poema con carga erótica sutil, elegante y entregado. Muy romántico.
Gracias por compartirlo. Un beso grandote, grandote.

[Óscar Bartolomé Poy]

Oscar, deslumbran las imágenes. Se suceden de una manera casi vertiginosa y tienen una gran belleza (sabés que me fascinan las imágenes). Matemática y Naturaleza entrelazadas de una manera magistral.

Hermoso, como siempre!

Besos, amigo, y mis felicitaciones.

Sé bien que lo que más te gusta de un poema son sus imágenes. No en vano, tú logras unas preciosas imágenes en tus poemas. Las matemáticas en la naturaleza me sirven para dar un enfoque diferente y original amor, y para describir de la forma más perfecta que conozco a mi musa.

Besos, mi estimada amiga Aubriel.

[Óscar Bartolomé Poy]

A Sara A., con amor

El infinito es tu cuerpo desnudo
–decúbito supino–,
una línea continua en el espacio,
dos curvas paralelas que se tocan en el tiempo
y un dibujo con tres puntos de fuga:
ojos, labios y nuca.

Geometría euclidiana,
fractales
–caracolas espumosas son tus pechos–,
patrones
–helechos revoltosos son tus cabellos–
y series de Fibonacci
–esponjas de mar son tus dedos–,
las matemáticas se conjuraron
para hacer de tu cuerpo
la helicoidal del deseo,
el número áureo del cielo.

De todas las formas geométricas que hay en la naturaleza,
la tuya es sin duda la más perfecta,
porque la Naturaleza antes que sabia es madre,
y al crearte sabía que tú serías su hija predilecta,
y así te bañó con su savia bendecida,
como Tetis, la nereida, a su favorito, el Pélida.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

La estrofa inicial, es la que más me ha gustado como estrofa, sin embargo hay versos que son espléndidos como el símil del cuerpo con una helicoidal del deseo.
Me parece interesante, además, la incorporación de elementos matemáticos -ya que la matemática es una de las pocas cosas 'perfectas' que conocemos-.
Y la estrofa final, tan tuya por los ingredientes mitológicos, una excelente firma.
Es un poema con carga erótica sutil, elegante y entregado. Muy romántico.
Gracias por compartirlo. Un beso grandote, grandote.

De eso se trataba, de establecer una analogía entre la perfección del cuerpo (y del espíritu) de la mujer a la que amo y las matemáticas, con todas esas formas geométricas que nos brinda la Naturaleza. No podía faltar, asimismo, esa última referencia mitológica que es parte de mi sello de autor. Me siento orgulloso sobre todo del primer verso.

Besos faetíticos, mi estimada amiga.