Estupideces
Publicado: Jue, 22 Ene 2009 6:06
Te dibujas detrás de mi cortina
entre fantasmas de amores olvidados
y crucifijos de abriles apagados
que se marcharon detrás de mis diciembres.
Siempre regresas al sitio del que huías,
donde nadie te espera como yo,
enclavada en la banca que escondías
para que no regrese a ti jamás mi corazón.
Me rodeas inocuo, tampoco, pero siempre,
en esas melodías que no escucho,
porque me recuerdan a él de vez en cuando a caso
y su recuerdo aquí, es poco y eso es mucho.
Se me gastan los besos como nunca,
en busca de otras bocas que sean tuyas,
pero ninguna guarda el sabor que tú provocas,
ni esa fragancia francesa que esculpías.
El vino esta de alcohol, no me lastima,
echémosle esas gotas con las que canjeábamos su esencia
porque le achispe ese gustillo
de saborearte silente en esta ausencia.
Amor desencajado por el tiempo,
que me confunde ayer menos que hoy día,
dime que no regresarás, dime que has muerto,
para apagar por fin tu voz... mi melodía.
Deja de cuestionarme por él
él ya no existe,
solo existió un momento en tu clarividencia,
lo ejecutó tu aroma, tus besos, tu presencia
y se marchó sin rastros, sin ruido, ni evidencia...
Y ahora me quedas tú, únicamente,
entre recuerdos vagos,
... y llantos,
... y embriagueces,
tu regalo de adiós transita lentamente
mi camino de ti, haciéndome escribir éstas estupideces.
entre fantasmas de amores olvidados
y crucifijos de abriles apagados
que se marcharon detrás de mis diciembres.
Siempre regresas al sitio del que huías,
donde nadie te espera como yo,
enclavada en la banca que escondías
para que no regrese a ti jamás mi corazón.
Me rodeas inocuo, tampoco, pero siempre,
en esas melodías que no escucho,
porque me recuerdan a él de vez en cuando a caso
y su recuerdo aquí, es poco y eso es mucho.
Se me gastan los besos como nunca,
en busca de otras bocas que sean tuyas,
pero ninguna guarda el sabor que tú provocas,
ni esa fragancia francesa que esculpías.
El vino esta de alcohol, no me lastima,
echémosle esas gotas con las que canjeábamos su esencia
porque le achispe ese gustillo
de saborearte silente en esta ausencia.
Amor desencajado por el tiempo,
que me confunde ayer menos que hoy día,
dime que no regresarás, dime que has muerto,
para apagar por fin tu voz... mi melodía.
Deja de cuestionarme por él
él ya no existe,
solo existió un momento en tu clarividencia,
lo ejecutó tu aroma, tus besos, tu presencia
y se marchó sin rastros, sin ruido, ni evidencia...
Y ahora me quedas tú, únicamente,
entre recuerdos vagos,
... y llantos,
... y embriagueces,
tu regalo de adiós transita lentamente
mi camino de ti, haciéndome escribir éstas estupideces.