Editorial Alaire

Maravilloso poema, atesorar la vida es un misterio que algunas personas poseen y otras no lo perciben, no sienten las horas y los días correr locamente.

Un poema fuerte, solido, muy a mi gusto, me encanto leerlo.

Un abrazo, Gustavo, me alegro que te gustara.

Federico.-

Esos versos me han parecido magníficos. Y...

A plomo cae mi carne de pájaro imposible.

(...)

El sol dobla imponente
la curva en llamas del agua de la tarde.

Es esa brasa
el pájaro de luces
que siempre se me escapa.

"El sol dobla imponente
la curva en llamas del agua de la tarde."

uff.. qué bonito.

Blanca

federico ruibal escribió:A plomo cae mi carne de pájaro imposible.

Frenético trato, con palabras de piedra,
de modelarle alas urgentes.

Allí donde el ocaso trazaría
su línea delicada
mis manos imperitas desgarran el azul
y ni a sombra, ni a luna, ni a golpe, ni a gobierno
el vuelo se me pinta.

El sol dobla imponente
la curva en llamas del agua de la tarde.

Es esa brasa
el pájaro de luces
que siempre se me escapa.

Un poema muy hermoso, sobre todo por lo que se refiere a los versos que te he subrayado. Has compuesto un ramillete de buenas imágenes.

Saludos, Federico.

Blanca, gracias por pasarte!

Un abrazo gordo.

Federico.-

federico ruibal escribió:A plomo cae mi carne de pájaro imposible.

Frenético trato, con palabras de piedra,
de modelarle alas urgentes.

Allí donde el ocaso trazaría
su línea delicada
mis manos imperitas desgarran el azul
y ni a sombra, ni a luna, ni a golpe, ni a gobierno
el vuelo se me pinta.

El sol dobla imponente
la curva en llamas del agua de la tarde.

Es esa brasa
el pájaro de luces
que siempre se me escapa.

Enhorabuena, Federico; un muy bello poema con un lenguaje cuidado y acertado.
Salud.

Julio! gracias por pasar.

Rico café.



Un abrazo.

f.-