El cielo...

[Isidro Martínez Palazón]

El cielo….

Mañana cuando sea solo una fotografía colgada en la pared,
unos ojos que no ven, una habitación vacía,
una voz que, con el tiempo, se olvida…

búscame, si me necesitas…

Búscame en la lluvia y en la brisa,
en los ojos de los niños y en su risa,
en los tallos tiernos de la hierba,
en el mar y en la tormenta…


Mañana, si te ladra la melancolía
y te muerde la soledad,
yo vendré, de donde esté, para hacerte compañía
el cielo puede esperar….

Búscame, si me necesitas...

Que estaré en la tierra de mi huerto,
en el fuego de tu hogar en el invierno,
en la voz de la lluvia en el cristal,
el cielo puede esperar…

Búscame en mi caja de semillas,
en el aire que, en mi ausencia, te acaricia
en el lado vacío de la cama,
en los sueños de mi almohada….
…el cielo puede esperar….


Me verás en un gesto de mis hijas…
en los ojos de sus niños y en sus risas,
en cada astilla de mi vida….
el cielo puede esperar...


©Isidro Martínez. Enero 2006

http://isidromartinez.com/letra.php?dis ... co2/07.mp3

[Taller]

El cielo….

Mañana cuando sea solo una fotografía colgada en la pared,
unos ojos que no ven, una habitación vacía,
una voz que, con el tiempo, se olvida…

búscame, si me necesitas…

Búscame en la lluvia y en la brisa,
en los ojos de los niños y en su risa,
en los tallos tiernos de la hierba,
en el mar y en la tormenta…


Mañana, si te ladra la melancolía
y te muerde la soledad,
yo vendré, de donde esté, para hacerte compañía
el cielo puede esperar….

Búscame, si me necesitas...

Que estaré en la tierra de mi huerto,
en el fuego de tu hogar en el invierno,
en la voz de la lluvia en el cristal,
el cielo puede esperar…

Búscame en mi caja de semillas,
en el aire que, en mi ausencia, te acaricia
en el lado vacío de la cama,
en los sueños de mi almohada….
…el cielo puede esperar….


Me verás en un gesto de mis hijas…
en los ojos de sus niños y en sus risas,
en cada astilla de mi vida….
el cielo puede esperar...

Autor
Mensaje
Isidro Martínez Palazón


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El poema es una exhortación realizada a un ser querido para que recuerde al autor cuando este haya muerto, en la confianza de que su recuerdo producirá algo así como una presencia viva.
El tema es, sin duda, de un alto valor sentimental, propio del romanticismo. Y es propio de esta época por cuanto, por una parte, nos habla de una misteriosa y un tanto mágica comparecencia e incluye elementos (lo misterioso y lo mágico) netamente románticos. Pero también hay otros aspectos que lo encuadran en aquel movimiento, como son el halo trágico que lo impregna, la exaltación del “yo”, del amor y de la muerte, la búsqueda imposible de la inmortalidad, la mezcla íntima de lo real con lo irreal, el encuentro de la libertad total tras la muerte.
Pero si en el tema advertimos este romanticismo, no menos se advierte en el estilo. El poema, como todos los poemas, trata de provocar la emoción, pero no fue hasta Baudelaire (o hasta Darío, en español) que el poeta trató de emocionar antes de ser comprendido. El romántico, como el clásico o el neoclásico, hace que el lector se emociones porque ha comprendido. Tímidamente, desde el modernismo y, de forma abierta, tras las vanguardias y el 27, el autor busca una emoción que preceda a la comprensión. Fue a partir de entonces que el entendimiento del poema se derivó no de una primera comprensión racional, sino emocional: “si ‘entendemos’, entendemos porque nos hemos emocionado, y no al contrario”.

Podemos destacar en el poema, por una parte, un acertado empleo de figuras retóricas. Así las anáforas de “mañana”, “búscame”, “el cielo puede esperar”. Así unas imágenes francamente dulces y sensibles, como “si te ladra la melancolía”, “estaré en la tierra de mi huerto”, “Búscame en mi caja de semillas”, “en cada astilla de mi vida”. Y así, en general, es también destacable toda la poeticidad que desprende la idea de la evocación basada en la contemplación de los lugares íntimos o en experiencias o percepciones compartidas.

En el uso de la rima, ni entramos ni salimos. No es plato de gusto actual, pero sigue usándose, aunque de forma minoritaria. En este poema, es el apoyo más importante del ritmo fónico, que quedaría, sin ella, sin la rima, bastante débil.

Debería evitarse el insistente uso de puntos suspensivos, que nada suman y sí restan. También habría que ser cuidadoso con el empleo de ciertas figuras que, por estar muy lexicalizadas (muy incorporadas al habla corriente) pierden su valor poético. Es el caso de “el cielo puede esperar” (título de una película de los setenta), “te muerde la soledad” (repetidamente usado) o “la voz de la lluvia en el cristal” (también muy gastado).

En resumen, un bello poema que, si no podemos calificar de innovador, sí podemos decir de él que cumple, muy satisfactoriamente, con el objetivo fundamental de todo poema: provocar la emoción.


Jerónimo Muñoz

[Isidro Martínez Palazón]

Gracias, Jerónimo por su comentario.El poema nació para ser canción..
Soy poéta y músico autodidacta. No tengo estudios ni de música, ni de literatura, ni de nada. Escribo cuando una idea o un sentimiento me hace "roncha" y me aprieta tanto que para aliviarme de su presión.. tengo que echarlo fuera... Entonces mojo la pluma en la tinta del corazón y solo busco ritmo y cadencia...
He leído su comentario a mi mujer y dice que si le gustó la canción, el comentario no le anda a la zaga....
Se nota que es usted gente de letras y conocimiento.
Me siento agradecido por haber merecido su comentario.
Cordialmente. Isidro.